El Mate 30 Pro es el gran terminal de Huawei para acabar 2019. El contragolpe del P30 Pro aterrizará, si no hay mayores sorpresas, a mediados de este mismo mes de noviembre. El gigante de las telecomunicaciones chino lanzó primero en casa el más relevante de sus dispositivos, salvando prácticamente todos los muebles posibles en el apartado de hardware: a nivel técnico, hay de nuevo grandes novedades en este smartphone.
Lo hará en occidente sin trucos de ninguna clase, pues no hay sistema operativo propio ni ases en la manga, que sepamos. Llegará como un eco de lo que vemos en China: Android en su versión open source, los Huawei Mobile Services –HMS– y EMUI 10 por encima. Para los recién llegados, esto significa que no habrá acceso –de serie, al menos– a las principales aplicaciones que solemos descargar desde Google Play: Google Maps, Photos, Gmail, o YouTube, pero tampoco Facebook, WhatsApp o Instagram.
A pesar de la situación, el coloso consolida su crecimiento, y ya ha distribuido nada menos que 200 millones de smartphones en lo que va de 2019, pero no ha podido finalmente garantizar de una forma sencilla el acceso a los principales servicios utilizados fuera de China. Sí contamos, no obstante, con la tienda propia de aplicaciones de Huawei, AppGallery, en la que encontramos un catálogo más bien limitado de aplicaciones.
Y es que el método que se había utilizado hasta ahora para instalar los servicios de Google –los Google Play Services o GPS, requeridos por una buena cantidad de apps para funcionar correctamente– en los dispositivos de Huawei con procedencia China, dejó de funcionar recientemente. El instalador, conocido como LZPlay, hacía compatibles las estos servicios con el dispositivo, tras un doble KO con el que tanto Google como Huawei negaban implicaciones directas.
Pantalla infinita, interacción por gestos, grabación de vídeo en baja luz, nuevo procesador y memorias ahora más rápidos... características estupendas que quedan en segunda línea sin una forma sencilla y robusta de utilizar los principales servicios sin unas garantías mínimas. Es por ello que Huawei prepara el desembarco del Mate 30 Pro como una suerte de reto para los usuarios más avanzados. Veamos cómo y por qué todavía es posible instalar las aplicaciones más comunes, y qué seguridad nos queda tras hacerlo.
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Huawei Mate 30, de AppGallery a Google Play
Según encendemos el Mate 30 Pro, como ya vimos, nos encontramos con un dispositivo en apariencia muy similar al que podríamos esperar en la era pre-Trump: varias pantallas de configuración, Android en su última versión y las aplicaciones básicas de Huawei. No obstante, ni rastro de Google Play o del registro con la cuenta de Google.
Y esto tiene grandes implicaciones para prácticamente todos los usuarios, lo que hace que este análisis sea especial: hay que entender muy bien qué estamos comprando si nos decidimos por el Mate 30 Pro. Si bien habrá un porcentaje de usuarios avanzados al que Huawei está apelando y que de momento podrán tener casi todos los servicios funcionando de una forma correcta, este proceso ya no es tan automático. Deja además a día de hoy algunos flecos sueltos por los que quizá incluso algunos usuarios avanzados no estén dispuestos a pasar.
En AppGallery no vemos un catálogo similar al de Google Play, ni mucho menos. Esta tienda está bastante más limitada y, si bien la marca ha confirmado estar destinando más de mil millones de dólares en incentivos para atraer a los desarrolladores, seguirán quedando fuera las grandes plataformas que todos buscamos. De momento, entre las conocidas aquí encontramos alguna aplicación como tiendas –Amazon, AliExpress y alguna otra–, además de aplicaciones de origen chino como TikTok.
Difícilmente con esto vamos a saciar nuestras necesidades digitales. Por tanto hay dos caminos abiertos, cada cual más complejo. El primero es descargar las aplicaciones desde servicios de descarga como Uptodown, ApkMirror u otros, y cruzar los dedos porque su uso no requiera los GPS de una forma crítica –las aplicaciones de Google no funcionarán–. El segundo es instalar los servicios de Google con el método actualmente funcional y que, aunque no es difícil de ejecutar, tiene más pasos de los habituales.
Tras el bloqueo de LZPlay, los métodos todavía funcionales de instalación de los servicios de Google llegan desde los foros más especializados, como XDA-developers o los propios de Huawei en China. Básicamente realizan una instalación de esta aplicación –que concede a los servicios de Google unos permisos de administrador a través de una API de Huawei recientemente descubierta–, y a través de una restauración de parte de los ficheros incluidos en ella –extraídos previamente de otro Mate 30 Pro de cuando LZPlay todavía funcionaba correctamente–, conseguir que funcione.
Hay varias formas de realizar este backup intermedio, con la única condición de que hay que realizarlo desde un medio externo: bien desde la tarjeta NMCard, las 'microSD' de Huawei; desde un cable USB C OTG con adaptador para sticks USB, microSD o SD; o bien desde un PC y utilizando el programa propio de Huawei, HiSuite. El método que parece estar funcionando de una forma más sencilla es conectando un medio externo, y lleva cerca de media hora si somos capaces de entender mínmamente lo que estamos haciendo, lo cual no será para todos –y se confirma si no has entendido estos últimos párrafos, aunque hay multitud de tutoriales paso a paso para los más insistentes–.
Hecho esto, quedan instalados ya los servicios de Google y el teléfono está listo, previo reinicio y desinstalación de esta aplicación –que, dicho sea, se encuentra en chino–. Tendremos Google Play instalada en el terminal, de donde podemos descargar las aplicaciones fundamentales de Google –Maps, YouTube, Chrome, etc– y las demás habituales que utilicemos –donde entran las de Facebook, claro–.
Las dudas tras el proceso
Esta instalación es posible gracias a que Huawei abrió una puerta interna en su sistema operativo, en un proceso en el que supuestamente revisan a conciencia que el código de la aplicación en cuestión. No obstante, esta API hasta ahora oculta –que está supuestamente diseñada para la gestión de dispositivos en empresas– permite instalar los servicios de Google como aplicaciones del sistema, por lo que se le otorgan una serie de privilegios que hacen dudar de si está haciendo algo más.
Es por esto que se recomienda realizar el proceso sobre un terminal en blanco, y desinstalar esta aplicación tras finalizar y antes de seguir configurando el Mate 30 Pro. En cualquier caso, no hay garantías de que pueda o no estar dejando algún 'residuo' tras de sí, y en la era en la que estamos tremendamente preocupados por la privacidad no parece la mejor de las formas de aterrizar un terminal premium como este.
La alternativa propuesta tampoco deja mucho que desear, instalando a menudo aplicaciones de fuentes externas –aunque Huawei insista en que se incluye un antivirus que hace las veces de su Google Play Protect, es más fácil que escape algo–. Como referencia, en China es habitual que cada fabricante cuente con su propia tienda. Aquí otra alternativa funcional y exenta de los servicios de Google sería la Appstore de Amazon, aunque tampoco cuente con excesiva variedad.
Siempre podríamos no obstante acceder a los principales servicios, como Twitter, Instagram, Facebook, Gmail o Telegram, a través de sus webs móviles, que en la mayoría de casos realizan buena parte de las tareas de la aplicación, aunque de una forma menos práctica.
De nuevo, no parece que esta sea la forma de limitar un terminal que, a nivel de hardware y como veremos, se encontraría peleando por entre los mejores smartphones del año, por lo que parece que su compra y el intento de instalar Google Play van de la mano. Aun con esas, hay algunos detalles a tener en cuenta:
- Aunque en un primer momento era funcional, Google Pay no funcionará con el Mate 30 sin autorización de Google, tras ser esta revocada recientemente, a pesar de contar con NFC. Sí deben hacerlo otras aplicaciones de pago contactless.
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Netflix no será accesible, por lo que no podremos descargarla desde Google Play ni instalarla manualmente. De momento, el Mate 30 Pro no es compatible con el servicio de vídeo bajo demanda más popular. Tampoco vía web.
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En nuestro caso, el acceso a los servicios de ubicación ha sido un tanto errático. En un primer momento ni siquiera localizaba. Volviendo a formatear, y realizando todo el proceso de nuevo, solo algunas aplicaciones son capaces de actualizar la ubicación.
Por tanto, no es todavía una cuestión de 'arreglar' lo que está 'roto' y por arte de magia tener lo que Huawei de serie no puede proporcionar. Hay que asumir que hay ciertas características que probablemente no terminen por resolverse.
No obstante, y aunque Huawei todavía no ha abierto la puerta a las versiones modificadas del sistema operativo, sí afirman que habrá unos términos de garantía mucho más laxos y benevolentes con el usuario que se anime a realizar modificaciones de software. Esto es, que la garantía seguirá siendo válida incluso cuando se realicen estas modificaciones fuera de los cauces habituales.
Posibilidades y precio
Pero todavía queda un halo de esperanza para que el Mate 30 Pro llegue a las masas, y este pasaría por un posible levantamiento del veto, al menos, en lo que respecta a la rehabilitación de los lazos comerciales con Google. Esto puede ocurrir de varias formas, ya sea con un punto y aparte a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, o bien mediante la extensión de los permisos necesarios que de momento no han sido otorgados a ninguna empresa estadounidense.
Para contrarrestar el efecto de una salida al mercado en una posición claramente más débil que el resto de lanzamientos, Huawei España parece que atacará la situación mediante un precio de salida menor –la pérdida del modelo base de 256 GB es ya un pequeño spoiler de esto–, o bien a través de packs de lanzamiento que incluyan a los compradores alguno de los nuevos lanzamientos de la marca.
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Se trataría de una especie de premio a la especie de fe que hay que tener en el gigante de las telecomunicaciones chino, en que la situación se resuelva y por el camino se hayan hecho con uno de los smartphones más potentes del mercado y recibiendo un par de bonus por el camino.
Recientemente, Huawei ha presentado su interpretación de los AirPods con los FreeBuds 3, unos auriculares inalámbricos con cancelación de ruido incluida y un precio más que atractivo. Similarmente, también lanzaron el Huawei Watch GT 2, su último smartwatch con sistema operativo propio. Cualquiera de estos dispositivos parece más que susceptible de aterrizar como acompañamiento a las primeras remesas de unidades.
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Huawei Mate 30 Pro, la curva innecesaria
Entrando ya en un análisis más clásico, las sensaciones iniciales consolidan en la experiencia del día a día con un terminal cristalino que es grande, robusto y algo pesado, a la par que poderoso. Llama la atención su pantalla Horizon, que llega completamente hasta los bordes, aunque lo hace por las razones erróneas: parece más una apuesta de Huawei por presentar un terminal sustancialmente distinto y renovado respecto al Mate 20 Pro que por introducir aspectos realmente prácticos.
Lo que parece una simple curva para añadir ese efecto wow a unos diseños que ya tienen más bien poco por inventar en este formato tiene, a fin de cuentas, implicaciones profundas en la usabilidad. Sin ir más lejos, desaparecen las teclas de volumen. Ahora, para subirlo o bajarlo, será mediante gestos. Es algo que se entrena, pero ciertamente al principio es algo frustrante, hasta que damos con la tecla.
Ya hemos visto durante generaciones como Samsung, abanderada de este tipo de diseños, iba corrigiendo su exceso de iniciativa inicial hacia curvas más moderadas y que facilitaran la usabilidad. Huawei, entre otros, vuelven ahora a la carga con este panel que a nivel de experiencia aportan más bien poco, pero sí complican ese gesto de modificar el volumen. Este podría ir, por ejemplo, al panel de accesos rápidos sobre las notificaciones, similar al brillo.
El botón de apagado y bloqueo resulta una osadía demasiado grande de retirar, por lo que sí que se mantiene, esta vez en una parte mucho más atrasada del terminalm, que sienta en la mano conmo una densa pieza de cristal.
El panel se mantiene en el OLED, aunque su formato es algo especial –más ancho– debido a su plegado lateral y todavía en el equivalente al FullHD+. Se trata de un paso atrás en resolución respecto a la generación anterior, donde ya veíamos paneles QHD+. En estos tamaños y gamas terminan por agradecerse aportando un extra de agudeza al contenido más vectorial como texto e interfaces.
Por lo demás, sí vemos que finalmente de la mano de EMUI 10 llega el modo oscuro, lo que permite aprovechar esos negros profundos a lo largo de toda la interfaz. Esto consiente un ahorro de batería en este tipo de paneles, además de un punto de vista más agradable en entornos oscuros.
Resulta curioso no obstante como se mantiene el notch de gran formato que vimos con su predecesor. En un momento en el que los terminales Android escapan de él o van a por perforaciones en pantalla cada vez menores e incluso inexistentes –los inventos móviles para matar al notch parece que al fin retroceden–, Huawei insiste con un módulo de desbloqueo facial que, dicho sea, es esta vez más estrecho a la par de que completo, con el nuevo y este ya sí más falible sensor de gestos.
Ya son varios los fabricantes –como LG o Google– que están empujando en la dirección del ambient computing o específicamente el control por gestos del terminal, extendiendo su uso más allá de limitarnos a tocarlo. Por ahora, los gestos que reconoce el Mate 30 Pro son más bien pocos: scroll arriba, scroll abajo y capturas de pantalla con tan solo mover la mano frente al dispositivo, además del ya clásico doble golpe con los nudillos.
Resulta curioso que Huawei insista en un doble método de identificación potente, pues tanto este desbloqueo facial en 3D –más seguro, rápido y funcional en la oscuridad– como el sensor de huellas dactilares bajo pantalla –que mucho ha acelerado desde que vieran la luz hace ahora un año–, conforman un combo que facilita el desbloqueo en prácticamente todas las situaciones.
Huawei Mate 20 Pro | Huawei Mate 30 | Huawei Mate 30 Pro | Huawei P30 Pro | |
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Pantalla | 6,4", OLED, QHD+ (1440p) | 6,6", OLED, FullHD+ (1080p) | 6,5", Horizon OLED, FullHD+ (1176p) | 6,5" 19,5:9 OLED, FullHD+ (1080p) |
Tamaño | 72 x 156 mm | 76 x 161 mm | 73 x 158 mm | 73 x 158 mm |
Grosor | 8,6 mm | 8,4 mm | 8,8 mm | 8,4 mm |
Peso | 189 gramos | 196 gramos | 198 gramos | 192 gramos |
SoC | Kirin 980, 7nm | Kirin 990 4G, 7nm | Kirin 990 4G, 7nm | Kirin 980, 7nm |
RAM | 6, 8 GB | 8 GB | 8 GB | 8 GB |
Memoria | 128, 256 GB y NMCard | 128 GB y NMCard | 128 GB y NMCard | 128, 256, 512 GB y NMCard |
Cámara principal | 40 MP f/1,8, zoom 3x 8 MP y gran angular 20 MP | 40 MP f/1,8, zoom 3x 8 MP f/2 y gran angular 16 MP f/2,2 | 40 MP f/1,8, zoom 3x 8 MP f/2,4, gran angular 40 MP f/1,8 y profund. | 40 MP f/1,6, zoom 5x 8 MP f/3,4, gran angular 20 MP f/2,2 y ToF |
Cámara frontal | 24 MP f/2,0 | 32 MP f/2,0 | 32 MP f/2,0 | 32 MP f/2,0 |
Batería | 4.200 mAh, carga rápida 40W, inalámb. 15W | 4.200 mAh, carga rápida 40W, inalámb. 27W | 4.500 mAh, carga rápida 40W, inalámb. 27W | 4.200 mAh, carga rápida 40W, inalámb. 15W |
Resist. | IP68 | IP68 | IP68 | IP68 |
Biometría | Sensor de huellas bajo pantalla, óptico, y facial 3D | Sensor de huellas bajo pantalla, óptico | Sensor de huellas bajo pantalla, óptico, y facial 3D | Sensor de huella bajo pantalla, óptico |
Conect. | 4G (LTE Cat 21), Wi-Fi 5, BT 5.0, NFC, USB C, sin jack, GPS, Glonass, Galileo, Beidou | 4G, Wi-Fi 5, BT 5.1, NFC, USB C, sin jack, IR, GPS, Glonass, Galileo, Beidou | 4G, Wi-Fi 5, BT 5.1, NFC, USB C, sin jack, IR, GPS, Glonass, Galileo, Beidou | 4G (LTE Cat 21), Wi-Fi 5, BT 5.0, NFC, USB C, sin jack, GPS, Galileo, Glonass, Beidou |
Sistema | Android 9 Pie | Android 10 sin Google | Android 10 sin Google | Android 9 Pie |
Lanzam. | Nov. 2018 | Nov. 2019 | Nov. 2019 | Abr. 2019 |
Precio oficial | Desde 1.049 euros | 799 euros | Inferior a 1.099 euros | 949, 1.049, 1.199 euros |
https://hipertextual.com/analisis/huawei-mate-20-pro-analisis-caracteristicas-opinion
Rendimiento bruto, no tanto: el verdadero gama alta Huawei esta temporada es 5G
Los Mate 30 llegan como los terminales más potentes de la marca, primeros en estrenar parte de su hardware más potente del año. Aquí se incluyen los recién lanzados Kirin 990. No obstante, en su versión 4G, que es la que hemos probado, las diferencias no son tan relevantes, y parte de la culpa podría tenerla la repetición en unos diseños previos al veto –parece que esto se resuelve de cara a próximos lanzamientos–.
En la versión 5G encontraremos –si llega a occidente– una NPU más potente y mayores frecuencias tanto en CPU como en GPU, en parte alimentadas por una fabricación en el proceso 7nm+ de TSMC, más eficiente y vanguardista en 2019.
Por tanto, en términos de rendimiento tradicional, el Mate 30 Pro sigue más bien los pasos de su antecesor. Sí hay fuertes ganancias en el apartado gráfico, donde si bien también repite tecnología, aumenta el número de núcleos Mali G76 de 10 a 16, con una consecuente mejora gráfica cercana al 50%.
En cuanto a sus memorias, Huawei abraza al fin el último estándar UFS 3.0, con altísimas velocidades de lectura y escritura que permitirán abrir las aplicaciones de forma prácticamente instantánea. No alcanzan, no obstante, velocidades de escritura tan altas como las que vemos en los recientes Galaxy Note 10.
Contamos con las características más que suficientes como para hacer correr cualquiera de las aplicaciones disponibles a su máximo operativo. No obstante, pasando por alto la tendencia de las pantallas a 90 Hz que vemos en los últimos terminales de OnePlus o Google.
Como punto extra, el Mate 30 Pro es compatible de serie con Fortnite, pues se descarga de forma externa a Google Play, así como totalmente funcional con PUBG una vez conseguimos instalarlo.
La autonomía de este Mate 30 Pro es, como ya lo fue la del P30 Pro, excepcional. La nueva batería de 4.500 mAh es la más grande que ha utilizado Huawei en un terminal de diseño convencional –aunque idéntica a la del Mate X–, y su rendimiento acompaña: podemos aguantar fácilmente un par de días con una sola carga, que además sucede bastante rápido con su cargador de 40 W. Esta generación mejora también la carga inalámbrica hasta los 27 W, siendo de nuevo inversa, por lo que permite cargar accesorios como los FreeBuds u otros teléfonos.
Por la parte del software, y más allá del drama de los GPS, EMUI 10 proporciona ya una experiencia alejada de las quejas estéticas. De hecho, recuerda bastante a la interfaz que presentó Samsung hace ahora un año, One UI, y cuenta con añadidos como el control por gestos o la rotación automática en función de la posición de los ojos, lo cual es –esto sí– práctico y útil.
El área sensible y los cuatro ojos
En sus últimas propuestas, Huawei viene presentando terminales con cada vez mayor cantidad de sensores y, también importante, siendo estos de un tamaño cada vez mayor. Además de su nueva matriz en formato RYYB, que modifica los fundamentos del color para –según la marca– aumentar la captación de luz en un 40%, introducen aquí un **nuevo ultra gran angular que es superior en tamaño, y también diferente en formato.
Huawei Mate 20 Pro | Huawei Mate 30 | Huawei Mate 30 Pro | Huawei P30 Pro | |
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Cámara principal | 40 MP RGGB 1/1,7", 27mm, f/1,8, ISO 102.400 | 40 MP RYYB 1/1,7", 27mm, f/1,8, ISO 204.800 | 40 MP RYYB 1/1,7", 27mm, f/1,6, ISO 409.600, OIS | 40 MP RYYB 1/1,7", 27mm, f/1,6, ISO 409.600, OIS |
Zoom | 3x (80mm), 8 MP, f/2,4, OIS | 3x (80mm), 8 MP f/2,4, OIS | 3x (80mm), 8 MP f/2,4, OIS | 5x (125mm) 8 MP f/3,4, OIS |
Ultra gran angular | 20 MP, 16mm, f/2,2 | 16 MP, 17mm, f/2,2 | 40 MP RGGB 1/1,5", 18mm, f/1,8, ISO vídeo 51.200 | 20 MP, 16mm, f/2,2 |
Otros sensores | - | Enfoque láser | Profund. | ToF 3D, Color temp. |
Cámara frontal | 24 MP f/2,0 | 32 MP f/2,0 | 32 MP f/2,0 | 32 MP f/2,0 |
No es tanta esta vez la fuerza bruta de captación de imagen en lo que se refiere al zoom de esta generación, que deja atrás el sistema de periscopio que vimos con el P30 Pro, y también su zoom de 5 aumentos que vuelve en esta ocasión a un más modesto pero todavía muy versátil 3x. No obstante, en este apartado no vemos mejoras de sensibilidad renovadas.
Como ya hicieron a primeros de año, Huawei incluye un cuarto sensor para la medición de la profundidad. No obstante, parece que en esta ocasión no se trata de un sensor ToF 3D, sino de un sensor estándar, pues no se menciona de forma explícita.
Veamos algunas de las capturas a través de los principales sensores.
Como vemos, hay varios apuntes a realizar sobre el cambio en la focal de los sensores. Vemos que al alargar el ultra gran angular, ahora la diferencia con el angular principal en términos de cobertura queda algo menos clara: el ángulo se amplia especialmente de forma lateral.
También hay una cesión clara en el apartado de zoom, viendo que el recuperado 3x da algo menos de juego que el 5x del P30. Si bien su zoom híbrido todavía consiente mucho, aprovechar el zoom digital por completo es prácticamente tirar la imagen a una piscina de acuarelas. En este sentido, parece que Huawei no ha actualizado el sensor bajo el telefoto, que sigue en los 8 MP con ópticas f/2,4. Todo no ha podido ser.
Vemos que en imágenes de alto contraste ni el sensor principal ni ninguno de los secundarios se encuentra con problemas a la hora de cubrir sombras con un gran nivel de detalle, sin quemar los elementos soleados.
Según va bajando la luz, como es normal, cuesta también preservar todo el detalle en las altas luces. A pesar de que el procesado es bastante agresivo y realiza compensaciones con exposiciones menores, no llega al nivel de los Pixel en ese sentido.
Todavía hay trabajo por hacer, especialmente en fotografía nocturna, por equilibrar el color de las distintas lentes. No obstante, se nota el crecimiento del sensor y sorprende la cantidad de detalle que recoge el súper gran angular.
Puedes ver todas las imágenes de este artículo, y alguna más, a su resolución original en esta galería.
Es natural que cuando cae la luz el sensor del telefoto, el más limitado a nivel óptico y técnico, no entre siquiera en acción. Esto se nota en las fotos nocturnas, donde al acercarnos perdemos buena parte del detalle, pues es básicamente un recorte de la principal. No obstante, con tal cantidad de luz sigue siendo más que aprovechable.
Como hemos visto ya en comparativas anteriores con los principales móviles, el procesado de Huawei no es el más natural de todos, o el más fiel a los ojos del fotógrafo. No obstante, sí cuenta con una de las experiencias más versátiles que podemos encontrar hoy en un móvil. Del rango focal al luminoso más extremo, el modo automático de Huawei salva los muebles en casi cualquier situación, aunque en ocasiones con un procesado muy agresivo y poco elaborado.
Es la renovada apuesta por el vídeo en lo que llaman 'videografía'. Con un sensor ahora más amplio –la protuberadia–, también de 40 MP y en formato 3:2, se aprovechará en la grabación de vídeo nocturna que amplía su sensibilidad fuertemente hasta un ISO máximo de 51.200, muy por encima de las alternativas directas.
Con estabilización óptica en los sensores principal y telefoto, el Huawei Mate 30 Pro se encuentra no obstante con dificultades para estabilizar el vídeo a estas bajas luminosidades, aunque sí ilumina la escena sin demasiados problemas si esta es más bien estática.
Pero sin duda la gran estrella de esta generación es el vídeo en cámara súper lenta, que llega a alcanzar tasas de 7.680 fotogramas por segundo en resolución HD. No obstante y como vimos, tiene algo de truco para superar y con creces las grabaciones más rápidas que vemos en otros terminales de Sony y Samsung, que se quedan en los 960 fps. Tras la captura, hay unos segundos de procesado en los que el sistema interpola los frames necesarios, creando en algunas situaciones –baja luz, movimiento no lineal– artefactos comunes a los sistemas de procesado de imágenes mediante aprendizaje profundo o deep learning.
En cualquier caso, más lento no es siempre mejor –una acción puede volverse aburrida si tardamos en verla medio minuto y a efectos queda paralizada– y aquí una idea: adicionalmente al modo de cámara ultra lenta, un disparador automático como el que ya hay, pero que evalúe la rapidez del movimiento para mantener una escena dinámica, entretenida, y a la mayor calidad posible.
Invierno a la sombra para la gama alta Huawei
El Mate 30 Pro es un terminal fantástico a nivel de hardware, aunque con decisiones de diseño poco fundamentadas como la pantalla curva hasta el exceso. Incluso a pesar de no contar de serie con las bondades de los servicios de Google y tener que instalarlos por una vía más bien opaca, se te llega a olvidar que realmente es un terminal que no viene de serie con ellos.
No obstante, ni siquiera para los más aventurados y capaces se despejan todas las dudas y usos que un terminal en 2018 debería tener, como la ubicación –que quizá sea un defecto concreto en nuestra unidad–, el uso de Google Pay o aplicaciones a de la talla de Netflix.
A día de hoy, intentar utilizar los Mate 30 como dispositivo al margen de Google es dar un paso hacia atrás en la experiencia difícilmente justificable para la inmensa mayoría, incluso con las grandes novedades en hardware que vemos en esta ocasión.
Un atractivo pack de lanzamiento junto a alguno de sus accesorios podría inclinar la balanza lo suficiente hacia el lado de la compra para un perfil muy específico y avanzado de usuarios. Al menos de momento, pues es posible que los efectos de la guerra comercial finalicen en cualquier momento y el terminal vuelva a su cauce natural vía una simple actualización de software.
De momento Huawei puede continuar relanzando terminales con características muy similares a otros ya aprobados en su gama de entrada y media, pero en la gama alta y fuera de China depende todavía de una manera muy fuerte del veto estadounidense.