La fase 5 del Universo Cinematográfico de Marvel no parece haber empezado con la mejor de las críticas y la taquilla lo ratificó. La segunda parte de ¡Shazam!, por parte de DC y cómo quiera que vaya a evolucionar su universo en los cines, tampoco y, además, sin funcionar en taquilla. Tanto, que ya se empieza a hablar de forma recurrente de cierta fatiga de superhéroes en el cine y la TV. Pero quizá la preguntas sea: ¿puede permitírselo el cine, las salas y los estudios?
Tras casi dos décadas de cintas de superhéroes prácticamente ininterrumpidas dominando la taquilla, parece imposible que el público no estemos algo cansados de ciertos tropos y tramas que es inevitable que no tengan cosas en común. Y más, cuando parece que no se está acertando del todo en las últimas películas. Algo que ha provocado ya salidas de nombres propios como Victoria Alonso, una de las manos más cercanas de Kevin Feige.
El techo marcado en Marvel por La saga del infinito no ha encontrado relevo alguno en una fase 5 que ha abierto demasiadas tramas. Personajes que ya no conectan con los fans primerizos que saltaron de los cómics a la pantalla y que ya pertenecen a una generación nativa de los superhéroes del cine.
A ello se suma la vuelta de tuerca en exigencia que han supuesto las series de televisión. Pero, pese a esto, el cine de superhéroes sigue siendo extremadamente rentable.
El oro de los superhéroes
El siguiente gráfico muestra las películas de superhéroes de Marvel y DC estrenadas desde 2021 y su posición con respecto a todas las películas del género. Los altos y bajos se ven de forma clara. La ganadora es Spider-Man: No Way Home, con gran diferencia. Y la última película realmente buena estrenada por la casa de las ideas.
Dejando a un lado a Viuda negra y Escuadrón suicida que estuvieron muy marcadas aún por la pandemia y las restricciones en las salas, por parte de Marvel Studios la película con menos recaudación fue Eternals. Por parte de DC Studios fue Black Adam, ambas rondando los 400 millones.
El presupuesto medio de estas producciones ronda de los 150 a los 200 millones de dólares. A ello hay que sumar entre 100 y 150 millones de dólares más en promoción. En total, un monto que puede moverse entre los 300 y 350 millones de dólares. Aun así, cualquiera de las dos peores películas en la lista, han sido rentables.
Todo, en un contexto donde cada vez es más complicado hacer una superproducción rentable a través de las salas y donde el cambio de hábitos de los últimos años por la pandemia han propiciado que los títulos de presupuesto intermedio cada vez se dejen ver menos. Un panorama que hace que estas películas sean incuestionables para los estudios, incluso a pesar de las críticas ya no solo académicas, sino del propio fandom.
La fatiga de superhéroes está causada por más cantidad que calidad en las producciones de Marvel y DC
Después de 2019, que vio el final de las historias de algunos de los superhéroes más conocidos del Universo Cinematográfico de Marvel, el estudio buscó reconstruir su dinastía cinematográfica, introduciendo una variedad de personajes nuevos y diversos, lanzando más proyectos que nunca y expandiéndose a Disney+ a medida que estallaba la era del streaming.
Desde el inicio de la fase 4 en 2021, solo una película —Spider-Man: No Way Home— ha superado los mil millones de dólares en la taquilla mundial. En comparación, seis películas superaron esa marca en la fase 3. Además, en Eternals, la fase 4 tiene el proyecto del Universo Cinematográfico de Marvel con la puntuación más baja de los críticos, según el agregador Rotten Tomatoes. Un 47 %, apenas. Una clara muestra de que la fatiga de superhéroes empieza a crecer.
Algunos han criticado la fase 4 por ser inconexa y desenfocada. Por lanzar demasiado contenido en un corto periodo de tiempo y por tener una calidad inconsistente de un proyecto a otro. Las bajas cifras de taquilla y las decepcionantes críticas han sido las que han alimentado conversaciones cada vez más fuertes sobre la fatiga de los superhéroes. La idea de que el público se ha cansado de las películas y series de este tipo.
Pese a esto sí que se comienza a ver cada vez cuesta más llegar a esa rentabilidad: Shazam!: La furia de los dioses recaudó poco más de 30 millones de dólares en la taquilla estadounidense. La película —que necesita ganar más de 200 millones de dólares para que Warner Bros alcance el punto de equilibrio con ella— se quedó por debajo de los 53,5 millones de dólares. Una cifra que su precuela de 2019 obtuvo sin problemas en su primer fin de semana.
Por verlo desde el lado de Marvel, Ant-Man y la Avispa: Quantumanía recibió críticas mayoritariamente negativas y su recaudación mundial actual es de poco más de 463 millones de dólares. La película, en otras palabras, aún no ha superado los totales de taquilla de Ant-Man de 2015 (519 millones de dólares) y Ant-Man y la Avispa de 2018 (622 millones de dólares).
Incluso si Quantumania termina superando a su predecesora de 2015 en taquilla, el rendimiento de la película seguirá siendo probablemente visto como decepcionante tanto por Marvel como por los fans del estudio. Después de todo, a diferencia de las dos primeras películas de Ant-Man, la tercera entrega de la subfranquicia se comercializó como un gran título del Universo Cinematográfico Marvel que nadie debería perderse. Pero que fue una absoluta decepción, independientemente de la existencia o no de la fatiga de superhéroes.
En perspectiva, las películas de la fase 4 promediaron 371 millones de dólares en siete películas en la taquilla estadounidense. A modo de comparación, la fase 2 promedió 308 millones de dólares en seis películas.
También es importante verlo desde esta perspectiva: tres de las películas de la fase 4 —Spider-Man: No Way Home, Black Panther: Wakanda Forever y Doctor Strange en el multiverso de la locura— se encuentran entre las diez más taquilleras del Universo Cinematográfico de Marvel.
¿Un futuro similar a la fatiga de Star Wars?
Pero, a pesar del continuo éxito financiero de Marvel Studios, no se puede negar que se ha producido un cambio cultural en lo que respecta a estos proyectos. No hay un tirón como había en La saga del infinito, pero sigue siendo una carta lo suficientemente segura para que los estudios sigan lanzando películas y que los espectadores se acerquen a las salas. Sobre todo al saber que se van a encontrar un producto pensando para entretenerles.
Las películas de superhéroes son, en muchos casos, planes familiares y de amigos que no fallan. Puede que ya no sean memorables, pero se han convertido en una tradición. El reto es saber durante cuánto tiempo se mantendrá.
Nada en la cultura actual es imperecedero. No importa lo brillantes que sean los creadores, lo grandiosas que sean las historias o lo apasionado que sea el fandom: toda propiedad intelectual experimenta picos y valles. Incluso a Star Wars le ha pasado, así que no debemos suponer que los superhéroes, personajes de éxito en los cómics que cayeron en el olvido por décadas hasta que fueron rescatados por el cine, les pueda pasar lo mismo.
Pero, por ahora, mirándolo desde la perspectiva económica y de números fríos, parece que estamos aún muy lejos de que la fatiga de superhéroes sea suficientemente grande para hacer caer algo que ya es el mayor producto cinematográfico de nuestra era.