Ant-Man y la Avispa: Quantumanía defraudó en más de un sentido. Por un lado, no obtuvo el éxito de taquilla que el Universo Cinematográfico de Marvel necesitaba para abrir su fase cinco. Más preocupante aún, no logró satisfacer las expectativas creativas del estudio. Se suponía que la tercera aventura del personaje de Paul Rudd se encargaría de mostrar escenarios nuevos y explorar el multiverso y a al villano de las próximas producciones de la franquicia. Pero la película ha supuesto un fracaso para Marvel.
El largometraje de Peyton Reed apenas pudo mostrar el Reino Cuántico, sin profundizar más allá de su contexto. La prometida exploración acerca de sus reglas, límites y propiedades se convirtió en un elemento marginal sin mayor peso en la trama. Tampoco lo fue la presencia de Kang, el conquistador.
A pesar del papel central del villano interpretado por Jonathan Majors, hubo contradicciones obvias en la manera de analizar sus capacidades. ¿Se trataba de la versión más poderosa de la misteriosa figura? Las dos escenas poscréditos presentaron a otras tantas variantes, pero ninguna indicó el camino que tomará Marvel al narrar su fase multiversal. ¿Será una lucha contra las múltiples versiones del viajero entre dimensiones? ¿Una reinvención de la presencia constante de Kang, tal y como lo detallan los cómics?
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Más allá de lo anterior, el fracaso de Marvel es también un hito peligroso en la, hasta ahora, exitosa saga de superhéroes. Con todavía dos largometrajes a punto de estrenarse este año y más de quince proyectos en producción temprana, la franquicia necesitaba un éxito creativo. Uno que abarcara posibles riesgos como la presentación de nuevos héroes, equipos y tramas. ¿Podría lo ocurrido con Ant-Man y la Avispa: Quantumanía retrasar o modificar los planes de Marvel en los próximos diez años? Todo apunta a que sí.
El fracaso de Marvel se refleja en un retraso del cronograma
Hay algunos indicios claros de que el fracaso de Marvel en el cierre de trilogía de Ant-Man es algo más que un revés en una larga serie de éxitos. En marzo, Bob Iger afirmó que habría cambios en la forma de producir contenido de la franquicia. Por lo que anunció una drástica reducción del número de películas y series que se estrenarán en los próximos dos años.
En diversas declaraciones, el director general de Disney hizo mención a la inversión de la compañía en sus marcas más rentables. Pero, en concreto, a que de ahora en adelante sería la calidad y no la cantidad el objetivo de las producciones. Lo que incluye volver a una estructura que ya demostró ser exitosa, como la de la primera fase del Universo Cinematográfico de Marvel. Los estrenos iniciales de la saga se espaciaron en cuatro años y tuvieron un espectacular cierre en Los Vengadores de Joss Whedon.
Los problemas del nuevo calendario
Se trata de una decisión que afecta los estrenos en los próximos cinco años de la franquicia. El estudio, que tenía planes de presentar al menos a seis personajes nuevos en múltiples proyectos durante en 2023, deberá replantear su estrategia. Algo que fue evidente en el anuncio de que solo se estrenarán dos series al año, lo que incluye la segunda temporada de Loki y Secret Invasion. Ninguna de las producciones tiene fecha concreta de su estreno en la multipantalla.
En cuanto a las novedades de la pantalla grande, Guardianes de la Galaxia Volumen 3 llegará en mayo, tal y como se había previsto. Pero The Marvels, anunciada para julio, se aplaza hasta noviembre. No hubo un motivo concreto del cambio de fechas, pero sí rumores sobre que la producción requería mayor trabajo en posproducción. Tras el fracaso de Marvel, se trata de la definitiva demostración de que la franquicia intenta espaciar sus proyectos para evitar la saturación.
Pero el problema va más allá del temido fenómeno de fatiga con respecto al género de superhéroes. El fracaso de Marvel parece tener que ver con que la saga ha perdido su capacidad para reinventar su fórmula. La cantidad de contenido nuevo que creó durante el último lustro fue solo expansión, muy rápida, poco detallada y sin permitir a los fanáticos comprender el nuevo ritmo narrativo de la saga.
El gran número de figuras, circunstancias y situaciones se extendieron en docenas de cabos sueltos que las películas estrenadas no concluyeron o exploraron. El cierre de la cuarta fase y el comienzo de la quinta han dejado claro el fracaso de Marvel y los problemas creativos que la franquicia debe resolver para asegurar la ambiciosa continuidad de su saga.
La permanencia de la franquicia más taquillera está en jugo tras el fracaso de Marvel
Ant-Man y la Avispa: Quantumanía decepcionó en recaudación, pero mucho más en su apartado creativo. Con un guion débil y efectos especiales más que cuestionables, la premisa del nuevo mundo por descubrir se quedó corta. Lo que hace inevitable preguntarse qué ocurrirá con los argumentos de los grandes proyectos a corto plazo.
Las historias de Blade, Sentry y su reverso oscuro, The Void, la llegada de Los 4 Fantásticos o los Thunderbolts. Los próximos personajes de la franquicia necesitan narraciones sólidas, capaces de englobar la enorme cantidad de información previa. También riesgos creativos que alejen sus películas de la fórmula tradicional del estudio. ¿Asumirá Marvel estos retos tras su fracaso?
La saga está atravesando un período de proyectos fallidos que van más allá del fracaso de la última entrega del superhéroe en miniatura de Marvel. Muchos de los proyectos que llegaron para intentar renovar a la saga no lo lograron. Caballero Luna, que fue la primera tentativa real de la franquicia por entrar a terrenos más oscuros y maduros, tuvo un comienzo prometedor, pero perdió fuerza a medida que era evidente que su argumento no podía abarcar todos los temas que proponía.
Lo mismo ocurrió con Doctor Strange en el Multiverso de la locura, que fue incapaz de cumplir su premisa de explorar las incontables realidades alternativas de Marvel. La película de Sam Raimi terminó por ser el escenario incompleto de una historia de redención fallida, a pesar de que su director consiguió añadir su sello característico al argumento, más siniestro que cualquier otro de la franquicia.
¿Cuál es la razón del fracaso de Marvel? Una ambición que carece de calidad
Eternals, de Chloe Zhao, probó a brindar el tono de una película de autor a una de superhéroes y no lo consiguió. Thor: Love and Thunder quiso repetir el éxito de Ragnarok aumentando los elementos que hicieron a esta última exitosa. Pero el resultado fue una mezcla errática de tono y temas en un guion caótico. Algo parecido a lo que pasó con She-Hulk: abogada Hulka, el primer signo real del deterioro y posterior fracaso de Marvel. La serie fue criticada incluso antes de su estreno por poca calidad técnica y visual.
Igualmente, Black Panther: Wakanda Forever, considerada mejor película de la fase cuatro, es notoriamente inferior que su predecesora. A pesar de su emotivo homenaje al fallecido Chadwick Boseman, careció de coherencia y fue criticada por su torpeza narrativa. Mucho más cuando el sobrio guion intentó relatar la llegada de nuevos personajes de forma apresurada y torpe. La combinación resultó superficial y sin ninguna trascendencia de cara al futuro.
Cada una de las producciones mencionadas fueron experimentos creativos que se derrumbaron por una premisa simple o un apartado visual mediocre. La fase cinco, la más compleja de todas hasta ahora, será un reto que Marvel deberá asumir desde un punto de partida incierto. ¿Cómo podrá la franquicia crear un multiverso si todavía contradice sus propias reglas? ¿De qué manera remontará Marvel el fracaso de puesta en escena y narración si parece repetirse de película en película?
Una mirada pesimista al futuro
El lunes 20 de marzo se anunció la salida de Victoria Alonso, presidenta de Física, posproducción, VFX y animación en Marvel Studios. La ejecutiva se unió a la compañía en el año 2005 y fue la productora de varios de los grandes éxitos del estudio. Desde Iron Man y su inmediata secuela, hasta Thor y Capitán América: El primer vengador. Su trabajó marcó un hito en el estilo y estética del Universo Cinematográfico de Marvel.
A la vez, encarnó un tipo de evolución en la forma de analizar los personajes de la saga. En su más reciente aparición en la serie Poder M abordó su trabajo y los lugares a los que prestó particular interés. En el documental, de cuatro capítulos, no solo profundizó en la importancia de su esfuerzo con respecto a representación e inclusión. También lo hizo en la relevancia que brindó, en los últimos años, al papel de las mujeres en la franquicia.
El hecho de que la productora abandone los planes futuros de Marvel tras su fracaso podría significar una reconfiguración de la fórmula de sus historias. Específicamente, un cambio de rumbo que llega en un momento complicado para la franquicia. Con toda probabilidad, una nueva etapa que se plantea el reto de superar los obstáculos creativos en medio de lo que parece ser una transformación de fondo.
Decisiones que afectarán a más de una década de trabajo
Por el momento, es evidente que Marvel ha empezado a tomar medidas que le permitirán remontar el escollo. Con la promesa de mejores películas y series en un lapso de tiempo menos apresurado, es evidente que la franquicia se esfuerza por recuperar su solidez. También, que admite — de forma tácita — que hay un problema en su forma de plantear los proyectos de años venideros. Pero, ¿es posible reparar el daño ocasionado por el fracaso de Marvel?
El Universo Cinematográfico de Marvel es el más exitoso del cine actual. Es un fenómeno único de historias interconectadas que innova en sus posibilidades sobre la marcha. No obstante, con 31 largometrajes estrenados, debe aprender de sus errores y lograr enmendar el camino.
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Algo que podrá hacer si es capaz de encontrar una forma de mantener su fórmula fresca para el nuevo público que debe cautivar. Y, al mismo tiempo, satisfacer las altas expectativas de sus fanáticos más acérrimos. ¿Lo conseguirá? Es la gran incógnita que afronta el estudio. La integridad de una franquicia que, ahora mismo, se tambalea de manera peligrosa.