Cuando un cineasta que proviene del proyectos más autorales o intimistas, de haber dirigido largometrajes presupuestariamente pequeños y con intenciones artísticas sobre todo, acepta el encargo de una superproducción con secuencias espectaculares de lucha, es lógico que uno se pregunte si logrará cumplir con lo que se espera de su trabajo. Es lo que podía pasar con Cate Shortland por Viuda Negra o ahora, y a eso vamos, con la china Chloé Zhao, que ha querido realizar Eternals (2021), la nueva película del Universo Cinematográfico de Marvel.
No hay duda de que involucrarse en una obra de semejante envergadura comercial, debido al gran interés del público por la franquicia a la que pertenece, proporciona una visibilidad inmejorable. Y, si se consigue un filme digno al menos, uno demuestra que es capaz de ocuparse de lo que le echen, y conquista la confianza de los productores para el futuro. Pero es que narradora oriental, tras dos dramas independientes como Songs My Brothers Taught Me (2017) y The Rider (2017), ya había dado la campanada con otro: Nomadland (2020).
Empezó llevándose el León de Oro en el Festival de Venecia, después fue la triunfadora en los Globos del mismo elemento y, como remate, en los Oscar y los BAFTA. Pero a Chloé Zhao la habían escogido para rodar Eternals antes de que estos importantes galardones pusiesen por las nubes sus credenciales profesionales, de modo que solo han ayudado a que el productor ejecutivo Kevin Feige y compañía se felicitasen por su decisión de forma anticipada.
Chloé Zhao no ha hecho de ‘Eternals’ una película trepidante
Habiendo tenido oportunidad de ver la aventura en la que nos presentan a los Eternos del Universo Cinematográfico de Marvel, podemos confirmar su derecho a felicitarse también a posteriori. Porque este largo es una entrega muy decente de la saga, con una historia atractiva, unas aportaciones enriquecedoras al puzle del su panorama superheroico y la acción sensacional de costumbre. Pero estas afirmaciones necesitan luego ciertos matices.
No podemos decir que Eternals sea una película trepidante. En ese sentido, está muy lejos de relatos tan dinámicos como los de Los Vengadores (Joss Whedon, 2012), Capitán América: El Soldado de Invierno, Civil War, Avengers: Infinity War o Endgame (Joe y Anthony Russo, 2014, 2016, 2018, 2019). La mayoría de su metraje se ha dedicado al desarrollo de la intriga dramática y de las relaciones afectuosas o conflictivas, sin oposición, de los personajes.
Los espectadores que aman el lío superpoderoso pueden estar tranquilos porque no echarán de menos en absoluto los fuegos artificiales que caracterizan a las andanzas de sus superhéroes favoritos; aquí, las de los Eternos. Pero deben comprender que la implicación de la propia Chloé Zhao en el libreto de Eternals, colaborando con los guionistas Patrick Burleigh (Peter Rabbit 2), Ryan y Kaz Firpo (Ruin), significa que el peso de la construcción narrativa recae en las tribulaciones de sus seres de ficción. Como en sus obras independientes.
De aquí, al futuro del Universo Cinematográfico de Marvel
La composición audiovisual, por otra parte, no deslumbra en ningún momento pero es competente; y otro tanto ocurre con la banda sonora de Ramin Djawadi y sus ecos a la de Juego de tronos (David Benioff y D. B. Weiss, 2011-2019) y con las interpretaciones de su elenco estelar.
Desde la de Gemma Chan (Capitana Marvel) y Richard Madden (Rocketman) en la piel de Sersei e Ikaris, pasando por la de Angelina Jolie (Beowulf) y Ma Dong-seok (Tren a Busan) como Thena y Gilgamesh, hasta Brian Tyree Henry (Joker) y Lia McHugh (La cabaña siniestra) de Phastos y Sprinte. O las de Lauren Ridloff (The Walking Dead), Barry Keoghan (Dunkerque) y Kumail Nanjiani (Silicon Valley) encarnando a Makkari, Druig y Kingo y Salma Hayek (Traffic), Kit Harington (Criminal) o Harish Patel (The Driver) como Ajak, Dane Whitman y Karun.
El humor no es de altos vuelos. Y a los seguidores del Universo Cinematográfico de Marvel más impacientes, o con una mayor reticencia a la elaboración prolija de los personajes, puede que les resulte un tanto aburrida. Aquellos sin ningún problema con este asunto y, en especial, si se trata de algo que valoran, saldrán satisfechos del cine. Pero, en modo alguno, muy impactados por la experiencia.
Eternals se cuece a fuego lento con una estructura de flashbacks y varios buenos giros argumentales y, en el último tramo, se produce un estallido lleno de coherencia indiscutible que nos deja con ganas de saber más. Y, de aquí, al futuro del Universo Cinematográfico de Marvel.