Ant-Man es una de esas películas que, debido a su historia de producción, termina siendo más incierta que el misterio del gato de Schrödinger. Es una película sobre un héroe con poderes menos que impresionantes (disminuir su tamaño y controlar mentalmente a las hormigas). Su primer director —Edgar Wright, de Shaun of the Dead— abandonó la producción a mitad de camino, su segundo director (Peyton Reed, de Yes Man!) tiene poca experiencia cinematográfica y el protagonista (Paul Rudd) es mejor conocido por sus papeles de comedia.

Había dos posibilidades, o esta película estaría destinada a ser otro desastre como el Avispón Verde o sería una interesante película experimental de superhéroes, y me alegro de que fuese la segunda. Scott Lang (Paul Rudd) es un máster en ingeniería electrónica que un día decidió jugar a ser Robin Hood, sin embargo, el tiro le sale por la culata y termina en prisión, ahora, varios años después, intenta reincorporarse a la sociedad y recuperar el tiempo perdido, específicamente, demostrándole a su ex esposa que es un modelo adecuado para su hija.

El problema es que nadie quiere contratar a un ex presidiario, sin embargo, Hank Pym (Michael Douglas), quien descubre la partícula Pym y se convierte en el primer Ant-Man, tiene planes para el ladronzuelo. Planes que involucran un traje que miniaturiza, hormigas y el robo de una tecnología que podría cambiar el balance del mundo para siempre.

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Ant-Man es una historia de origen muy parecida a la primera película de Spiderman de Sam Raimi, gran parte del filme es dedicado a mostrarnos como Scott Lang se familiariza con los poderes del héroe titular, siendo el tercer acto a una larga escena de acción; si la cosa quedase hasta allí, sería una película que pasaría sin pena ni gloria, sin embargo, la mezcla de comedia y una historia que sigue el ritmo de una película de género heist (Ocean´s Eleven, The Italian Job) la convierten en una fresca brisa en un mundo plagado de películas de héroes.

¿Es Ant-Man una comedia?

Las películas de Marvel tradicionalmente mezclan la acción con el humor de forma dinámica, brindando a través de la carcajada la relajación necesaria para no sobresaturar a la audiencia con la acción. Ant-Man por otro lado, es una película que saca una risa tras otra, incluso en los momentos más tensos, gracias, por un lado, al excelente trabajo de los actores, y por el otro a un equipo cinematográfico que se divirtió buscando formas de mostrarnos cómo funcionan los poderes de Ant-Man. Y es que es difícil no reír cuando vemos en un momento a Scott Lang corriendo por un edificio viniéndose a pedazos como si estuviese siendo bombardeado y en la escena siguiente a guardias de seguridad descargando sus armas contra una maqueta en la que está escondido nuestro héroe (el edificio en cuestión).

Estos contrastes son el corazón de la película, y más allá de servir únicamente como una fuente de risas, construyen elaboradas escenas de acción en la que los eventos se desarrollan en dos niveles, en la escala hormiga y la escala humana, la película brilla cuando estas escalas se mezclan entre sí (y afortunadamente hay bastantes momentos en los que ocurre). Aunado a esto, la relación entre mentor y aprendiz (Douglas y Rudd) es genial, por un lado tenemos a un Hank Pym sarcástico y agobiado por el peligro que corre el planeta y por el otro a un Scott Lang que parece huirle a cualquier momento de tensión con una frase sarcástica o una dosis de humor.

En mi opinión, Ant-Man es un ejemplo del mejor tipo de comedia, aquella que no se manifiesta, la historia no se detiene para mostrarnos un absurdo, o para contar un chiste, la cámara no se enfoca en lo que se supone, es hilarante. hHay bastante de que reírse, pero no es el eje central de la narrativa, lo principal sigue siendo la acción.

Lo paternal y el drama de la película

Scott Lang intenta ser un mejor hombre para su hija; Hank Pym intenta ser el mejor padre que puede llegar a ser para Hope (Evangeline Lilly), aún cuando la muerte de su esposa los haya separado. La paternidad es un tema central de la película, siendo la gran motivación tanto de Lang como de Pym para tomar las decisiones que toman. Desafortunadamente, si Ant-Man falla en algo, es no dedicarle el suficiente tiempo a estas relaciones. El conflicto entre Pym y su hija que al principio se nos presenta como una brecha irreconciliable, se resuelve en cuestiones de instantes, y fuera de un par de cameos de la hija de Scott, poco vemos de la relación entre ellos.

Robin Laws, un diseñador de juegos de rol, y el autor del libro “Hamlet’s Hit Points”, advierte que existen dos tipos de escenas, las procedimentales y las dramáticas. Las primeras son las que mueven la historia hacia adelante, llevando a los héroes de un punto A a un punto B, las dramáticas son las escenas donde el personaje explora su mundo interno, donde conocemos quien es y finalmente donde el personaje crece.

Ant-Man tiene mucho de procedimental y poco de dramático, y de alguna manera se entiende, la película no solo tiene que cubrir todos los puntos del genero heist, sino que además tiene que hacer una larga exposición sobre los poderes del personaje (enmarcado en el entrenamiento de Scott) para poder entender la acción que le sigue. Es bastante que cubrir en los apenas 116 minutos de cinta.

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Las relaciones paternales no son las únicas que sufren. Darren Cross (El villano y antiguo estudiante de Pym interpretado por Corey Stoll), podría ser fácilmente sustituido por un maniquí con un letrero que diga “soy malo” y poco se perdería en la trama. Esto, sin embargo, no es culpa del actor quien en los pocos momentos que tiene para mostrar su talento, representa a un personaje profundamente detestable sin redención alguna. En mi opinión, si un actor te hace odiar al villano, está haciendo bien su trabajo.

Es una película inconsecuente

Cuando dije que Ant-Man era una película de pequeñas aventuras no lo hacía para burlarme de la estatura del personaje, sino porque al final del día, cuando sacamos el gran mapa del universo Marvel, la historia que cuenta es una gota de agua dulce en un mar salado.

La humanidad no está en peligro inmediato, aunque las consecuencias de que Ant-Man no intervenga serian devastadoras a largo plazo. Después del caos de Avengers: La era de Ultron, la tensión de esta película es como un globo desinflado. Sin embargo, esto a mis ojos no es negativo. Ant-Man es una película experimental, toma el riesgo de intentar contar una historia al más puro estilo de Ocean's Eleven si Danny Ocean tuviese un traje de miniaturización.

Scott no está particularmente preocupado por lo que vaya a ocurrir si las cosas salen mal, más bien, le interesa recuperar su vida, es solo un tipo que quiere otra oportunidad, en este sentido la lección que nos muestra es que el mundo no tiene que estar en peligro para que un superhéroe entre en acción.

Las escenas poscréditos

Como es tradicional en el universo Marvel, la película tiene dos escenas poscreditos que por supuesto no planeo revelar acá, sin embargo, si me atrevo a decir que vinculan los eventos de la trama con futuras películas de fase 3.

En este sentido, siento que tanto Ant-Man como Avengers: la era de Ultron han sufrido por ser un trampolín para lo que viene, es como si los productores y guionistas estuviesen tan preocupados por lo que va a ocurrir a largo plazo que no se enfocan en brindarnos historias auto-contenidas. Eso a la larga, creo que va a terminar siendo un error, las primeras películas de Marvel son una experiencia completa de principio a fin.

En parte creo que esto es porque en aquel entonces no había un mañana, no había una próxima película que fuese a hacer un cierre y llegar a la resolución emocional. Quizás este estilo de contar historias sea bueno en el mundo de los cómics, cuando tenemos una edición semanal, quincenal o mensual, pero cuando tenemos que esperar años para la próxima parte de la historia, aquí, los productores nos dicen “sabemos que quedaron cosas sin resolver, pero en un año te prometemos que tendrás respuestas”.

Conclusión

Ant-Man es una experiencia divertida y algo distinta en el género de superhéroes que no puedo dejar de recomendar; pues conjuga humor, acción, personajes carismáticos y una dinámica que logra otorgar otro cariz a la típica película de superhéroes. En mi caso, no puedo esperar la oportunidad para verla de nuevo.