En su segunda temporada, La casa del Dragón ha explorado no solo en una batalla aérea entre dragones, que dejó claro que las grandes bestias míticas domina el escenario. También, que la producción elevó sus ambiciones para narrar una historia compleja que va desde escenarios políticos conflictivos, hasta magia y secuencias siniestras. El resultado es una travesía detallada a través del reino ficticio de Poniente, imaginado por George R. R. Martin en sus obras literarias.
En especial, el gigantesco mapa de relatos históricos, bestiarios y todo tipo de menudencias que forman parte del libro Fuego y sangre, publicado en 2018 y en el que se basa directamente la serie. La narración, en clave de crónica, cuenta todo lo acontecido durante la guerra civil Targaryen, denominada La Danza de Dragón. Ya Martin había dado detalles de lo sucedido en el conflicto en el libro del mismo nombre de la saga Canción de hielo y fuego. Pero lo cierto, es que la novela, que explora la vida de Rhaenyra, es mucho más precisa y rica al momento de mostrar los Siete Reinos bajo el dominio de la familia de Valyria.
Algo que La casa del Dragón, aprovecha para convertir su argumento en una sofisticada perspectiva acerca de la violencia, el mal y la traición. Todo en el contexto de la fantasía oscura y bajo la premisa de un argumento cada vez más complejo. Algo que lleva la ficción literaria a un nuevo nivel. Para demostrarlo, te dejamos cinco cosas que mejora la serie con respecto al libro. Desde la exploración de sus personajes hasta el análisis de las posibles batallas. Se trata de un punto de vista novedoso y bien construido acerca de un conflicto que cambió, para siempre, una de las grandes obras fantásticas. Y que ahora, hace historia en la pantalla pequeña.
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Estupendos personajes para analizar
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La trama de Fuego y sangre cuenta la historia de los Targaryen a través de generaciones, pero lo hace a la manera de una gran crónica general. Lo que permite al escritor, combinar rumores, leyendas y diversos puntos de vista. En la versión literaria, el recurso es interesante y le brinda un segundo aire a la historia ya conocida de Poniente y la familia de Valyria. Pero en La casa del Dragón, el argumento se hace más complejo y se apoya con mayor fuerza en sus personajes.
Algo que beneficia a la mayoría de los protagonistas. Rhaenyra (Emma D’Arcy), heredera al trono y centro del conflicto, emerge de la ficción como una mujer en medio de una decisión imposible. La de hacer valer su derecho de sucesión, en mitad de una situación cada vez más caótica y sangrienta. A su lado, Daemon Targaryen (Matt Smith), es un hombre que se enfrenta a la lucha por la lealtad y su ambición por el derecho al trono que asume frustrado.
Pero son los secundarios, los que brindan a La casa del Dragón, una dimensión nueva con respecto al libro. De la maliciosa visión del poder de Otto Hightower (Rhys Ifans) a la perversa codicia de Aemond Targaryen (Ewan Mitchell), entre otra docena de personajes que llegaron a la adaptación. Lo cierto es que producción logra que cada una de sus figuras emblemáticas tengan un arco coherente, profundo y realista. Lo que hace que el argumento cobre mayor complejidad y una dimensión distinta a la del libro.
Grandes escenarios para la batalla
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Muchas de las situaciones que ocurren en Fuego y sangre, atraviesan situaciones políticas difíciles y tensas. De hecho, el tablero de poder que describe el libro, se hace cada vez más enmarañado y duro, precisamente por implicar no solo el reclamo al Trono de Hierro. También, las diferentes aristas del conflicto. Desde la necesidad de Aegon II de reivindicar su lugar en la historia, hasta el papel de su madre Alicent, en medio de la guerra que arrasó con Poniente.
La novela original relata punto a punto lo sucedido, pero la adaptación convierte rumores, habladurías y segundas versiones en brillantes escenas políticas. Desde la forma en que Otto Hightower manipuló a Viserys I (Paddy Considine) a cómo Aemond logró convertirse en regente en una traicionera maniobra desesperada. Lo cierto es que los matices que La casa del Dragón brinda a su historia, enriquece el relato original y lo hace más profundo.
Dragones, los grandes protagonistas
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También lo son en el libro, pero en la adaptación el mundo de las grandes bestias míticas, alcanza un nuevo y deslumbrante nivel. Desde batallas aéreas que muestran de manera gráfica y espectacular el motivo por el cual se llama Danza de dragón a la guerra civil, hasta los misterios de los vínculos que unen a las criaturas con sus jinetes. Todo el enigma se narra en La casa del Dragón como varias de las mejores secuencias de la televisión reciente.
En especial, el capítulo siete, que mostró la forma en que Vermithor escogió a su jinete Hugh Hammer (Kieran Bew). La escena con tintes de terror y que rinde homenaje a lo mejor del género de la fantasía épica, asombra por su belleza.
La cámara sigue a Hugh, en medio de los cuerpos quemados de los bastardos Targaryen, mientras el dragón le observa de cerca. Finalmente, la montura de Jaehaerys I Targaryen le acepta y forja el vínculo. Lo que permitió al guion, explorar en el antiguo carácter y poder de una bestia mítica de considerable importancia en el universo de Martin.
Grandes diálogos
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Si algo distinguió a Juego de Tronos, fue sus brillantes diálogos, que resumían la tensión entre Cortes de manera elegante. En La casa del Dragón, tampoco faltan y de hecho, buena parte de los personajes tienen el honor de explicar las grandes situaciones que atraviesan con frases memorables.
De Rhaenys Targaryen (Eve Best), explicando que no hay nada “más odioso para los dioses, que una guerra fratricida”, hasta los elaborados planes políticos de Otto Hightower. Eso, pasando sobre las reflexiones de la Reina Negra acerca de su deber con la historia de su familia o las discusiones de esta última con su esposo, el rey consorte Daemon. Nada falta en esta visión del bien y del mal, que excede la simple política, a los héroes o los villanos. Uno de los mayores atributos de la producción.
Viserys I, el rey poeta
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Aunque en el libro tiene un lugar preponderante, es en el argumento de La casa del Dragón, en donde el personaje encontró su justo lugar. Interpretado por un inmenso Paddy Considine, el rey trágico que decidió enfrentar la tradición, tiene un rico, sofisticado y emocionante arco de redención.
De su amor por su esposa Aemma, la fidelidad a su hija hasta su muerte, tan traumática y dolorosa como para convertirse en una secuencia inolvidable. El Rey Viserys es uno de los puntos que la adaptación mejora sustancialmente de su versión en el libro.
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