Las opiniones de los cineastas sobre el séptimo arte suelen interesarnos por la simple razón de que su experiencia obvia en el medio hace que sepan de lo que hablan. O porque sentimos curiosidad por ver si nuestros gustos coinciden con los de ellos. Pero no siempre declaran algo atinado: no hay más que acordarse de lo que decían Christopher Nolan (El caballero oscuro) o Pedro Almodóvar (Volver) sobre Netflix, por mucho que el primero se disculpara para insistir; o Francis Ford Coppola (El Padrino) y Martin Scorsese (Uno de los nuestros) acerca de las películas del Universo Cinematográfico de Marvel.

El último director de cine con una reputación bien conocida en opinar sobre alguna cosa ha sido Quentin Tarantino, al que se le suele ir la mano con la verborrea y las explosiones de violencia final, pero al menos nos ha regalado disfrutes como los de Reservoir Dogs (1992) o Los odiosos ocho (2015). En una reciente entrevista para Première ha asegurado que La red social (David Fincher, 2010) es la mejor película de la última década sin duda porque, con el brillante guion de Aaron Sorkin “aplasta a toda la competencia”. No en vano, le describe como “el mejor dialoguista en activo”.

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Columbia

Sería completamente absurdo discutir que a Sorkin se le considere, como mínimo, uno de los guionistas más grandes de Hollywood y sobrepasando sus fronteras. Es imposible olvidar su escritura para Algunos hombres buenos (Rob Reiner, 1992), por las nubes ponen su serie El ala oeste de la Casa Blanca (1999-2006), Tarantino asegura que no se perdía los episodios de The Newsroom (2012-2014), que era capaz de zamparse varias veces por semana el mismo, y al perspicaz libreto de Steve Jobs (Danny Boyle, 2015) no se lo salta un galgo. Pero La red social no es la mejor película de la última década.

Por supuesto, se trata de un asunto perfectamente opinable y en ese terreno nos vamos a manejar. Lo que ocurre es que este filme de David Fincher, un cineasta muy habilidoso que nos ha regalado obras tan impresionantes como Seven (1995), El Club de la Lucha (1999) o El curioso caso de Benjamin Button (2008), ni siquiera es de la década señalada. Porque suponemos que Tarantino se refiere a la segunda década del siglo XXI, y la realidad es que empezó en 2011 y termina este 2020. Las décadas comienzan en el año uno y acaban en el diez, de forma contraintuitiva. Otra cosa es un decenio o ‘década’ como sinónimo suyo.

Pero, aunque la comparásemos con las películas de la presente década, tampoco podría alzarse como la mejor. La red social tiene un ritmazo, en buena medida gracias al montaje vivísimo que siempre se le espera a David Fincher, a la potente banda sonora que lo va apuntalando, compuesta por Trent Reznor y Atticus Ross (Watchmen), y al libreto afiladísimo de Sorkin, cuyos chispeantes diálogos colmados de elocuencia son lo más parecido a un tiroteo ingenioso en el que los personajes se esfuerzan lo suyo en intercambiar disparos vertiginosamente. Pero hay otras superiores o a la misma altura que ella.

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Cada cual en sus estilos y géneros particulares y sin coincidir necesariamente en el mérito de un guion incisivo. Sea El árbol de la vida, Blackthorn, Medianoche en París (Terrence Malick, Mateo Gil, Woody Allen, 2011), Moonrise Kingdom (Wes Anderson, 2012), Gravity, Prisoners (Alfonso Cuarón, Denis Villeneuve, 2013), Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia (Alejandro González Iñárritu, 2014), la misma Los odiosos ocho, Mad Max: Furia en la carretera, El renacido o Steve Jobs (Tarantino, George Miller, Iñárritu, Danny Boyle, 2015), también guionizada por Sorkin.

O Expediente Warren: El caso Enfield, La llegada (James Wan, Villeneuve, 2016), Canción de Nueva York, Dunkerque, Baby Driver (Marc Webb, Nolan, Edgar Wright, 2017), Ready Player One, Bohemian Rhapsody, Todos lo saben (Steven Spielberg, Bryan Singer y Dexter Fletcher, Asghar Farhadi, 2018), Joker, El hoyo, Rocketman (Todd Philips, Galder Gaztelu-Urrutia, Fletcher, 2019). De hecho, Medianoche en París, Mad Max: Furia en la carretera y Dunkerque han sido mencionadas por el propio Tarantino como algunos de los mejores filmes que ha podido ver en los últimos años.

La red social logró un noventa y seis por ciento de aprobación de la crítica según los datos de Rotten Tomatoes, cosa muy razonable. Pero también Gravity; y Mad Max, un noventa y siete por ciento. Las votaciones de IMDb suman un dignísimo 7,7 de nota media, como Medianoche en París, Gravity y Birdman; Moonrise Kingdom y Los odiosos ocho, un 7,8; La llegada y Dunkerque, un 7,9; El renacido y Bohemian Rhapsody, un 8; Prisioneros y Mad Max, un 8,1; y Joker, un 8,5. Y los usuarios de Filmaffinity opinan que doce de las veintidós películas mencionadas la superan.

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E incluso si se compara La red social con las películas de la verdadera década a la que pertenece, lo único que se puede decir es que hay al menos más de sesenta que la sobrepasan en bondades. Como Una mente maravillosa, Amélie, Los Otros, Hannibal, Enemigo a las puertas (Jean-Pierre Jeunet, Alejandro Amenábar, Ridley Scott, Jean-Jacques Annaud, 2001), la trilogía de El Señor de los Anillos (Peter Jackson, 2001-2003), Las horas, El pianista, Ciudad de Dios o Atrápame si puedes (Stephen Daldry, Roman Polanski, Fernando Meirelles y Kátia Lund, Spielberg, 2002).

O 21 gramos, Mystic River, Elephant, Mi vida sin mí (Iñárritu, Clint Eastwood, Gus van Sant, Isabel Coixet, 2003), Million Dollar Baby, Mar adentro, ¡Olvídate de mí!, El aviador (Eastwood, Amenábar, Michel Gondry, Martin Scorsese, 2004), Brokeback Mountain, Match Point, Munich (Ang Lee, Allen, Spielberg, 2005), Infiltrados, V de Vendetta (Scorsese, James McTeigue, 2006), El curioso caso de Benjamin Button, El caballero oscuro (Fincher, Nolan, 2008), El secreto de sus ojos, Las vidas posibles de Mr. Nobody (Juan José Campanella, Jaco Van Dormael, 2009) u Origen (Nolan, 2010).

Quizá Quentin Tarantino no se haya sentado a ver todas estas obras, aunque probablemente sí la mayoría de ellas. Y resulta muy posible que uno tampoco haya contemplado otras que tal vez merecían estar entre las que hay en esta enumeración. Al margen de las que se han omitido de forma consciente por no abrumar demasiado a los lectores, como no se han descrito las que constan por la misma razón considerada. Y de ningún modo es nuestra intención quitarle lustre a La red social, ni a David Fincher ni a Aaron Sorkin. Solo poner de manifiesto que se debe relativizar su alcance a la luz de lo que brillan otras de sus colegas.