El 27 de marzo de 2022, Will Smith era una de las figuras centrales de la 94. ª edición de los Premios Oscar. Su actuación en El método Williams (2021) le había valido la aclamación casi unánime de la crítica. Algo que apuntaba a que, finalmente, el actor podría levantar la estatuilla como mejor actor en el evento. Un honor por el que el intérprete había luchado por años y que le convertía, en uno de los hombres más poderosos del mundo del entretenimiento.
Por lo que buena parte del espectáculo, prestó especial interés a Will Smith. Algo que provocó que, mientras anunciaba a los nominados mejor largometraje documental, el comediante Chris Rock dedicara buena parte de sus bromas al actor. Pero en específico, a la apariencia de su esposa, Jada Pinkett Smith, que sufría de un notorio caso de alopecia. Un trastorno contra el que la actriz había luchado por años de manera muy pública. De inmediato, Will Smith se puso en pie y comenzó a imprecar en voz alta a Rock, para después subir al escenario y abofetear al comediante en pleno rostro.
El comportamiento de Smith tomó desprevenido al público, tanto en sala como los que seguían la transmisión al vivo en todo el mundo. Solo después de unos minutos, fue evidente que no se trataba de una rutina, si no una impredecible violenta del actor. Poco después y al ganar el premio a mejor actor, la estrella se disculpó por lo que ocurrido, arrepentido por lo que pareció un estallido inexplicable. Pero ya era tarde: el bochornoso momento ya era parte de la historia vergonzosa de los Oscar.
Claro está, no se trata de la única ocasión en que un suceso extravagante ocurrió durante la ceremonia anual. Te dejamos cinco de los momentos más incómodos e insólitos. De un actor que decidió mostrar su fortaleza haciendo un raro espectáculo sobre el escenario, hasta los abucheos contra un director de culto. Todo para recorrer los episodios más insólitos de uno de los espectáculos más importantes del mundo del espectáculo.
Jack Palance demuestra su vigor físico
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El célebre actor se labró una respetable carrera como villano y secundario de lujo a lo largo de su vida. Pero apenas recibió el reconocimiento de la Academia, a los 73 años de edad, por su actuación en Cowboys de ciudad en 1991. Un punto que Palance no olvidó al recibir la estatuilla y que le llevó a uno de los discursos de aceptación más insólitos que se recuerde en la premiación.
Luego de señalar que sabía que era un anciano y que estaba consciente de que contratarle era un riesgo, soltó una frase malsonante con respecto al tema. Para después, arrojarse al suelo y hacer tres flexiones con un solo brazo, mientras el público presente miraba atónico la demostración de fuerza y agilidad. Satisfecho de haber demostrado su fortaleza física y sentido del humor, Palance se puso en pie, recogió del suelo el premio que acababa de recibir y salió del escenario con paso firme.
Nadie supo muy bien qué decir y de hecho, durante el tradicional encuentro con la prensa que los ganadores mantienen después de triunfar, el actor no atinó a explicar su comportamiento. Por lo que se limitó a decir que solo se trató de un impulso y una forma de demostrar su valor a su venerable edad.
Michael Moore contra el premio Oscar
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En 2003, el clima político estadounidense, se encontraba en medio de un momento crítico. Por un lado, la guerra contra Irak se volvió el centro de un debate cada vez más duro, acerca de la guerra como respuesta al terrorismo. Al otro extremo, el siempre doloroso del uso civil de las armas, había alcanzado un nuevo punto de interés. Algo que llevó al documental Bowling for Columbine de Michael Moore, a convertirse en centro de interés y debate durante la temporada de premios.
Una trayectoria que le llevó a obtener el galardón el 23 de marzo de 2003 en la 75ª entrega de los premios. Moore se subió al escenario y de inmediato, comenzó a explicar su descontento y oposición por la guerra en Irak. Por más de cinco minutos, el director explicó su punto de vista sobre el tema, que incluía señalamientos de corrupción contra el gobierno y el propio presidente George Bush. De inmediato, los asistentes de producción trataron de cortar el discurso, pero Michael Moore no se detuvo en su enfurecida defensa al pacifismo y a la no intervención militar.
El espontáneo discurso se volvió tan abrasivo, que el público presente comenzó a burlarse y a abuchear sus palabras. Una rarísima reacción que se puede contar como una excepción a la clásica discreción de los presentes en la ceremonia. Finalmente, Moore salió del escenario, luego de hacer un gesto obsceno y asegurar que la guerra “terminaría con todos”. Para la historia de los momentos incómodos.
Paddy Chayefsky y Vanessa Redgrave se pelean en público
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Puede parecer que lo ocurrido con Michael Moore es exagerado, cuando no directamente violento, hasta que se repasa un poco en ceremonias más antiguas. En 1978, Vanessa Redgrave logró el Oscar a mejor actriz de reparto por Julia, un drama de época que profundizaba en los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Quizás por ese motivo, al subir al escenario a recibir su premio, el discurso de la actriz se enfocó en la violencia institucionalizada y militar.
Pero lo que comenzó como un comentario sobrio acerca del pacifismo, terminó por volverse en una agresiva diatriba a los que habían protestado contra su postura propalestina. Redgrave se enfureció hasta el punto de lanzar improperios y acusar de “matones sionistas” a sus críticos. Un estallido de mal genio que dejó asombrado al auditorio y que provocó inmediatos comentarios de desagrado.
Todo se volvió un poco peor, cuando el guionista Paddy Chayefsky se subió al escenario para presentar el premio a mejor guion. Visiblemente colérico, el escritor no dudó en acusar a Vanessa Redgrave de usar al Oscar para sus intereses y “propaganda política personal”. La queja se extendió hasta el punto que, por cinco minutos, la controvertida figura estalló en insultos contra la intérprete. Por último, reveló el nombre del ganador de la categoría — Woody Allen, por Annie Hall — y desapareció entre bambalinas sin decir nada más.
Seth MacFarlane pone incómodo al Oscar
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Pero no todos los escándalos del Oscar son políticos o intelectuales. En 2013, el comediante Seth MacFarlane presentó los Oscar y su espectáculo se volvió una sucesión de chistes sexistas. En especial, cuando, durante su monólogo de apertura, dedicó buena parte del espectáculo a recordar las ocasiones en que había visto los pechos de las actrices presentes en la pantalla grande.
La situación se volvió más incómoda y bochornosa, cuando MacFarlane dedicó minutos enteros a comentar acerca de la apariencia del cuerpo de Kate Winslet. Para entonces, el silencio entre el público era total y por minutos enteros, por lo que el comediante reforzó sus esfuerzos por hacer reír. Lo que le condujo finalmente a una serie de disculpas no muy convincentes y después, a seguir con el sketch entre evidentes muestras de nerviosismo.
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La situación no mejoró a lo largo del espectáculo. De hecho, para los minutos finales, Seth MacFarlane pareció visiblemente contenido y culminó su presentación con una sobria despedida y agradecimiento. Pero nadie podría olvidar el rostro de Kate Winslet, serio y tenso, en medio de la perorata del actor.
Jenny Beavan y el momento más tenso del Oscar 2016
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En 2016, Mad Max: Furia en la carretera de George Miller, se convirtió en una de las inesperadas ganadoras de la noche. Eso, al obtener seis estatuillas de las diez en las que se encontraba nominada. Una de las más significativas, fue el triunfo de la veterana vestuarista Jenny Beavan, responsable de los atuendos distópicos de aire punk del elenco.
Sin embargo, Beavan también protagonizó uno de los momentos más historia de los Oscar. Al momento de acudir al escenario a recibir el galardón por mejor diseño de vestuario, pasó junto a celebridades como Leonardo DiCaprio, Tom McCarthy y Alejandro González Iñárritu. Todos miraron en silencio y de manera claramente reprobatoria a la artista, que esa noche optó por llevar una combinación de cuero y jeans a tono con la cinta de Miller.
La escena de las estrellas de Hollywood, mirando de manera reprobadora a un ícono del mundo de la moda, enfureció al público y llenó las redes de críticas. Finalmente, Alejandro González Iñárritu aclaró que sí había aplaudido, aunque de manera discreta. Una precisión que no ayudó a aclarar el momento y provocó docenas de burlas en su contra.