En 1927, el cine estaba en pleno crecimiento y tanto en Europa como en América, había experimentos (narrativos y visuales), de todos los estilos. Pero, sin duda, uno de los más interesantes, fue el que logró el director expresionista alemán Friedrich Wilhelm Murnau. En Amanecer, estrenada ese mismo año, el director logró el primer plano secuencia de la historia. Durante cincuenta segundos, puede verse al personaje principal, mientras camina en lo que parece una colina en mitad de la noche. La cámara nunca deja de observarle como un espía subjetivo que, al final, se convierte, de una u otra forma, en un punto de enorme interés en la historia.
La técnica, recién descubierta por entonces, asombró al incipiente mundo del cine. Pero además, dejó claro, todo lo que podía lograrse con paciencia, ingenio y un hábil de cámara. Muy pronto, los planos secuencias se convirtieron no solo en retos mecánicos — eso, por descontado — sino en una manera novedosa de narrar todo tipo de situaciones en la pantalla grande. Pero, como es de esperar, a medida que pasaban las décadas, lo que comenzó por algunas tomas, terminó por llevar el reto a su punto más alto. Es decir, lograr filmar toda una película desde un único, continuo y lineal. Lo demás, es historia — y de la más interesante — del cine.
Si te interesa el tema, te dejamos cinco películas grabadas en una sola toma que no puedes perderte. De una ganadora del Oscar fuera de lo común, a un experimento narrativo y artesanal de uno de los directores más célebres del mundo cinematográfico. La selección abarca no solo todo lo que el mundo cinematográfico puede brindar, sino hasta qué punto puede llegar en su necesidad de innovar. La mejor combinación artística posible.
Birdman (Disney+)
Alejandro González Iñárritu tomó la idea de la decadencia de un artista y el trayecto hacia su peor momento emocional, para plantear, también, el máximo reto visual. Esto es: seguir al personaje como un observador constante en todo lo que hace. Que es exactamente lo que hace la cinta Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia).
Por lo que insistió en que el guion — escrito a cuatro manos por el realizador junto a Nicolás Giacobone, Alexander Dinelaris, Jr. y Armando Bó — narrara los peores días de su protagonista. Pero además, que se tratara de una historia contada a través de los espacios — a dónde iba o en qué lugar debía de estar — el actor fracasado interpretado por Michael Keaton. Por su parte, el director de fotografía, Emmanuel Lubezki, se tomó como un reto conseguir el prolongado plano secuencia.
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De modo que se planteó la posibilidad desde dos puntos de vista. Por un lado, un juego de luces, desenfoque y coreografía para lograr las tomas más largas y que, luego, se organizarían a través del cuarto de edición. Al otro lado, el uso de la cámara sobre una plataforma móvil, que fuera una presencia constante a menos de un metro del protagonista.
El resultado es uno de los planos secuencias más impresionantes de la historia del cine, que, además, tiene el mérito de ocultar cuáles son los cortes que permitieron semejante prodigio. ¿Tienes curiosidad por saber el resultado de todo esto? Si todavía no has visto la cinta, te espera en el catálogo de Disney+.
1917 (Prime Video)
Al contrario de Lubezki, el director de fotografía de 1917, Roger Deakins, decidió descartar la mayoría de los trucos para disimular cortes y concentrarse en tomas más largas. En especial, no solo como lograrlas en situaciones de luz complejas — casi toda la película transcurre en exteriores — sino que, se tratara de un punto de vista coherente con la premisa de la película. Como se recordará, la obra de Sam Mendes, cuenta la misión desesperada de un soldado en la Primera Guerra Mundial. El cual, debe entregar un mensaje para evitar una carnicería en el campo de batalla.
Deakins planeó junto a Mendes la duración de las tomas y además, la forma en que la narración influiría en el apartado visual. Por los que ambos, llegaron a la conclusión que debía haber más de 60 escenas distintas, con promedios duración entre 7 y 10 minutos. Pero lo realmente retador, era captar toda la travesía del protagonista a través de lugares con diferentes tomas de luz y en algunos casos, inaccesibles.
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Por lo que el director de fotografía recurrió a la casa alemana de fotografía ARRI, para hacerse fabricar una cámara que cumpliera dos requisitos. Una, la capacidad de ser liviana para moverse y trasladarse con facilidad. Lo otro, con una óptica lo suficientemente luminosa como para captar secuencias tanto a plena luz del día en la oscuridad para grabar en una sola toma. El resultado fue la ARRI Alexa Mini LF, gracias a la cual se logró la proeza de la cinta. Si quieres ver el resultado completo, puedes disfrutar de la película en Prime Video.
Hablar (Filmin)
En 2015, el director español Joaquín Oristrell, logró una sola toma, mucho más artesanal e igualmente interesante. En especial, porque en esta ocasión, más allá de recursos ópticos o técnicos, estuvo la capacidad del guion (escritor por el mismo realizador) para crear una atmósfera única.
Eso, en estrecha colaboración con el director de fotografía, Teo Delgado, para combinar esfuerzos y unir veinte historias en un mismo escenario. Lo que permitió, que lo que comienza como un homenaje sentido a la palabra — en toda su importancia y capacidad para vincular situaciones — se convierta, también, en una proeza cinematográfica.
Rodada en el barrio madrileño de Lavapiés, Hablar se filmó en 4 tomas de 70 minutos cada una. Lo que convirtió a las conversaciones, discusiones y reflexiones de los personajes en un recorrido vivencial acerca de todos los dolores de España en crisis. El resultado es una obra sensible, que, también, asombra por su espectacular apartado visual.
Utoya, 22 de julio (Prime Video)
Con Utoya, 22 de julio (2108) el director noruego Erik Poppe, convirtió al plano secuencia, en un recurso para contar el horror. La cinta, que narra el trágico atentado a las juventudes socialistas por parte de un neonazi que dejó decenas de víctimas en 2011, se basa enteramente en una sola toma. Mucho más, en la capacidad de la obra, de permitir experimentar al espectador, los aterradores momentos de un acto de violencia que cambió a Noruega para siempre.
En 77 minutos, la película recorre por completo la isla titular, pero además muestra, la violencia a partir de una perspectiva profundamente aterradora. A saber, de todos los intentos de las víctimas por mantenerse con vida y escapar del brutal atacante. Inmersiva, por momentos claustrofóbica, es, además, una reflexión sobre el cine — en un juego durísimo de metarreferencia — como vehículo para ideas perturbadoras. Estupenda e imprescindible para los amantes de los experimentos visuales, puedes verla ahora mismo en Prime Video.
La Soga (Filmin)
En una lista de experimentos afortunados del cine, no podía faltar Alfred Hitchcock y la obra que sentó base en el plano secuencia grabado en una sola toma como recurso narrativo. En 1948 y cuando los rollos de celuloide no permitían filmar más de diez minutos consecutivos, el británico se las ingenió para lograr una obra casi perfecta, que es más un recurso de audacia en método que uno óptico.
¿La forma de hacerlo? Usando disolvencias, enfoque en lugares oscuros que disimularan las cortes y desenfoque. Para la época, no solo resultó revolucionario. También, un ejemplo de la habilidad y la imaginación, aplicadas al cine.