Tom Cruise hizo cuanto pudo para que Top Gun: Maverick fuese estrenada en cines. El actor insistió, en un contexto de aislamiento debido a la pandemia por la COVID-19, en que esa película tenía que verse en pantalla grande. Había sido hecha para ese formato y debía disfrutarse en ese formato. ¿El resultado? Una de las producciones más importantes de 2022; lo mismo que podría suceder con John Wick 4 en 2023.
Keanu Reeves no está en una posición similar a la de Tom Cruise, ya que la industria del cine se ha reactivado. Pero la espectacularidad de John Wick 4 invita al gran público a hacer lo mismo que con Top Gun: Maverick, entregarse a las salas para disfrutar de una experiencia que, en otro formato, no sería tan impresionante. El éxito de ambas producciones, en cuanto a crítica e ingresos comerciales, coincide con un estancamiento del cine de superhéroes.
Aquellas historias que habían llamado la atención de un público orientado solo al entretenimiento, aunque quizá no a narraciones complejas, ya no generan tanto interés como antes. En este contexto, emergen fenómenos como Top Gun: Maverick y John Wick 4 para poner sobre la mesa una pregunta: ¿ha vuelto el cine de acción?
El tiempo de los superhéroes
La pregunta anterior admite un matiz: el cine de acción siempre ha estado en la industria del cine. Pero, y este es el aspecto relevante en este momento, durante los últimos años ha surgido una versión distinta a otras que se habían conocido. Las historias sobre superhéroes han ocupado un espacio que antes podía tener Jungla de cristal (Duro de matar).
Aunque el Universo Cinematográfico de Marvel y el Universo Extendido de DC ofrecen películas de acción, no responden al mismo estilo de otras piezas icónicas como Matrix. Su ritmo, enfoque y fin son otros. En especial, si se atiende a un detalle clave: la mayoría de las producciones de estas franquicias forman parte de un todo en el que se relacionan entre sí.
Una cuestión importante en tanto que influye en la historia que se cuenta. Siguiendo con el ejemplo de Matrix, hay una diferencia crucial entre plantear una trilogía y aspirar a la construcción de todo un relato en el que cada protagonista podría tener una saga de producciones que deberán dialogar con otras tantas.
A juzgar por lo que ocurre en el Universo Cinematográfico de Marvel, esa meta es tan ambiciosa como compleja, en especial a largo plazo. Las críticas en relación con la fatiga de los espectadores, desgastados de ver largometrajes con una estructura similar, se hacen cada vez más presentes en la franquicia. En este último aspecto, los antiguos relatos, dentro de los que se podría incluir a la saga Mad Max, tienen historias complejas, llenas de referentes internos. Pero, al ser historias más reducidas, se facilita su seguimiento y comprensión.
¿Cuántos adultos podrían, con tantos estímulos en las pantallas, adentrarse a empezar desde cero el Universo Cinematográfico de Marvel? Quizá no muchos. En cambio, la franquicia Mad Max solo tiene cuatro producciones, a cada cual mejor.
La llegada de Top Gun: Maverick y John Wick 4
El confinamiento debido a la pandemia por la COVID-19 influyó en la transformación de la industria del entretenimiento, como en tantas otras áreas de la vida. Mientras el cine seguía siendo una opción atractiva, antes y después del aislamiento social para evitar la propagación del virus, estaba creciendo el streaming.
Los hábitos de consumo se estaban transformando y el entretenimiento no podía ser menos. A medida que los cines se fueron abriendo y la audiencia regresó de forma paulatina a ellos, este sector empezó a rehabilitarse. Sin embargo, puede que las opciones en taquilla no resultaran, para el gran público, tan atractivas. En ese contexto, destacó Spider-Man: sin camino a casa en el Universo Cinematográfico de Marvel.
Tras este largometraje, pocos títulos opositaron a instalarse en la cartelera como una producción capaz de aglomerar a miles de espectadores. En este caso, no se trata de calidad cinematográfica. Durante estos años se han estrenado muy buenas películas. El detalle diferencial es la recaudación, junto con las críticas positivas que algunas han sumado. En ese sentido, Top Gun: Maverick y John Wick 4, como producciones de acción, son los casos más relevantes de los últimos tres años.
Sin desconectarse de su origen, Top Gun: Maverick y John Wick 4 han crecido desde un punto de vista narrativo sin olvidar su esencia: ofrecer entretenimiento puro y duro, de una manera verosímil y con una puesta en escena convincente. Parte de la magia del cine radica en las posibilidades que la ficción ofrece. Cuando estas son utilizadas de buena manera, se generan fenómenos como los mencionados. Historias que convocan a cientos de personas a las salas de cine y generan experiencias poderosas.
Un valor diferencial
En contraste con los relatos de superhéroes, esa otra clase de películas de acción ofrecen personajes que suelen ser más vulnerables. Ese factor es clave cuando se piensa en verosimilitud y cercanía con el espectador. Es más probable que un cinéfilo se identifique, en su cotidianidad, con Pete ‘Maverick’ Michell (Tom Cruise) que con Thor (Chris Hemsworth); con John Wick (Keanu Reeves) que con Capitán América (Chris Evans).
Top Gun: Maverick y John Wick 4 son producciones que no reclaman a un intelectual como espectador, tampoco a alguien que haya visto todo un universo cinematográfico. Sus tramas son sencillas y no por esto estúpidas. Son relatos que, más allá de su simpleza, no dejan de tener valor en otros aspectos. Mientras tanto, entretienen, que es una de las cuestiones clave del cine de acción: ver cómo los personajes atraviesan de forma espectacular y tensa una circunstancia.
Estas producciones se despegan de la lógica que, dentro del cine comercial y de acción, habían impuesto las franquicias sobre superhéroes. Ambas vuelven a un recorrido que se puede reconocer más lineal. Son un plato fuerte para aquellos espectadores que solo desean pasar un rato divertido en el cine, sin estar obligados a adentrarse en decenas de producciones para entender qué sucede. Si acaso, solo tres que han tenido suficiente tiempo de separación como para ser vistas (la saga John Wick).
A juzgar por su éxito, Top Gun: Maverick y John Wick 4 traen de vuelta a alguien que cada tanto regresa. Se trata de la figura del héroe de acción que, por sí mismo, logra salvar el día. Lo hace de una manera que, desde un punto de vista narrativo, puede no ser tan compleja; pero que no carece de espectacularidad. Un factor que, en las grandes franquicias, ahora mismo está en revisión.