La secuencia inicial del episodio “Death and the Dead” (2x09) de The Walking Dead: World Beyond (Scott M. Gimple y Matthew Negrete, desde 2020), el penúltimo de esta tercera serie televisiva de la AMC ambientada en el apocalipsis zombi de los cómics elaborados por el guionista Robert Kirkman y los dibujantes Tony Moore y Charlie Adlard (2013-2019), continúa con el enfrentamiento abierto en el seno podrido de la República Cívica Militar.
Uno de los planos, con su llamativo movimiento de cámara descendente, nos recuerda los últimos compases de la primera temporada de Lost (J. J. Abrams, Damon Lindelof y Jeffrey Lieber, 2004-2010) y aquellos con los que empieza la segunda. Por otro lado, otros personajes afrontan las consecuencias del tiroteo en en el tercio final de “Returning Point” (2x08). Pero uno solo puede decir que estas escenas, que deberían resultarnos intrigantes, no nos mueven un músculo.
La razón es la planificación casi funcional de la realizadora Loren S. Yaconelli, quien ya se ha encargado de cinco capítulos en The Walking Dead: World Beyond a partir de “The Sky Is a Graveyard” (1x08) y que ni ella ni Scott M. Gimple y Matthew Negrete (Pepper Ann) se sirvan de los recursos dramáticos con los que puede ayudar la banda sonora de The Newton Brothers (Misa de medianoche), por no involucrarse más en ella o no pedirles algo mejor.
Un episodio mediocre de ‘The Walking Dead: World Beyond’
No obstante, la composición se anima un poco audiovisualmente en algunas escenas con movimientos más dinámicos o imaginativos y una partitura de mayor potencia. Pero unas cuantas golondrinas no hacen verano y, como mucho, lo que tenemos en “Death and the Dead” son altibajos ostensibles de la gramática cinamatográfica, que se mantiene en lo anodino casi todo el metraje. Y eso que la cineasta ha trabajado en departamentos diferentes de estas producciones.
Comenzó de asistente y operadora de cámara en largometrajes como El hombre sin sombra (Paul Verhoeven, 2000), El chico que conquistó Hollywood o Windtalkers (Brett Morgen y Nanette Burstein, John Woo, 2002) y en series como Sin rastro (Hank Steinberg, 2002-2009), Héroes (Tim Kring, 2006-2010) o True Blood (Alan Ball, 2008-2014); se pasó a directora de fotografía en Ray Donovan (Ann Biderman, 2013-2020), por ejemplo, y ha acabado por dirigir episodios de Shameless (Paul Abbott y John Wells, 2011-2021) y Animal Kingdom (Jonathan Lisco, desde 2016) antes que este de The Walking Dead: World Beyond.
De la misma manera, el desarrollo del argumento en el papel no parece muy destacable. Lo firma Erin Martin, que ha pasado del puesto de coordinadora de guiones en Cómo conocí a vuestra madre (Carter Bays y Craig Thomas, 2005-2014), El hombre en el castillo (Frank Spotnitz, 2015-2019) y el segundo spin-off zombi a aportar el libreto de “Death and the Dead” con Sam Reynolds, al que no se le conoce más currículo fílmico. Y lo único que llama nuestra atención es la ocurrencia divertida de la bola terrestre gigante.
Cuando el sustento dramático no se construye bien
El personaje de Anne o Jadis Stokes (Pollyanna McIntosh) se ha mostrado jugoso desde sus intervenciones en la serie madre (Frank Darabont y Angela Kang, desde 2010) por su actitud sutilmente socarrona y su conducta imprevisible, que la emparenta con el Victor Strand (Colman Domingo) de la superior Fear the Walking Dead (Robert Kirkman y Dave Erickson, desde 2015).
Aquí es la encargada de revelarnos los motivos de las acciones genocidas cometidas por la República Cívica Miliar, con un discurso que nos trae a la memoria el del coronel Nathan Jessep (Jack Nicholson) en Algunos hombres buenos (Rob Reiner, 1992), obra del respetado guionista Aaron Sorkin. Lo que no está tan bien escrito es el momento climácico de Hope Bennett (Alexa Mansour), cuya preparación tanto para su comportamiento como lo que lo causa es raquítica.
No podemos argüir que Erin Martin y Sam Reynolds no se han propuesto azuzarla hasta que casi se sale de sus casillas, pero las escenas con ese objetivo carecen de una justificación para sus flashbacks arbitrarios, como arbitraria es la tragedia; y lo sucedido en capítulos previos no construye la tensión que se necesita en este. Así, las intentonas de conmover a los espectadores más tarde se quedan en eso por falta de un sustento emocional creíble. Malos precedentes para el episodio con el que terminará The Walking Dead: World Beyond.