cine desgarrador

'Six Feet Under' - HBO

No son pocas las personas que buscan en el cine un simple entretenimiento, sin profundizar en sus características y posibilidades ni sufrir de veras ante la pantalla, algo perfectamente asumible. Otros, por nuestros propios intereses, vemos películas igual que leemos novelas o escuchamos música con la esperanza de encontrar algo de verdad muy bueno, no sólo en su ámbito, con un refuerzo de nuestro bagaje, sino también para nuestra sensibilidad particular.Uno acaba apabullado de tanta verdad arrojada a la cara sin paños calientes en las películas de Ingmar Bergman

Y hay obras cinematográficas que no es que emocionen sobremanera al espectador o le crispen los nervios sencillamente, sino que le agarran y le utilizan como saco de boxeo, propinándole una paliza emocional de órdago. Es cine desgarrador, películas que duele ver, que apuntan directamente y con absoluta perspicacia a ese círculo de la diana de nuestra humanidad en que nos sentimos más vulnerables, y disparan a bocajarro, hiriéndonos de gravedad.

De entrada, si hubo un cineasta con la suficiente lucidez como para presentarnos dramas familiares tremendos en los que las circunstancias y las interacciones de los personajes resulten tan creíbles, tan ciertas, tan incuestionables y tan dolorosas que uno acaba apabullado de tanta verdad arrojada a la cara sin paños calientes, ese es el sueco Ingmar Bergman.

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'Scenes from Marriage' - Cinematograph AB

No hay más que ver **Cries and Whispers (1972), Scenes from a Marriage (1973), Autumn Sonata (1978) o Fanny and Alexander (1982) para comprobarlo; sobre todo la segunda, en la que, prácticamente con dos individuos interpretados por los impagables Liv Ullmann y Erland Josephson y a base de diálogos, nos muestra las miserias de las relaciones de pareja de un modo tan sagaz, tan conocedor y tan inclemente que uno no querría tragarse este filme con la propia ni por todo el oro del mundo. Saraband (2003)** es su continuación.Lars von Trier machaca a sus personajes e insiste y hurga en sus heridas hasta las últimas consecuencias

Del estadounidense **Steven Spielberg sigue siendo una de las películas que uno ha de mentalizarse para volver a ver y asumir que se le va a formar de nuevo un nudo en el estómago durante el metraje, y luego le va a costar deshacerlo: la oscarizada Schindler’s List (1993), que es la que con mayor fuerza emocional ha abordado la monstruosidad del nazismo y el holocausto judío, con permiso de Roman Polanski y ese vistazo a la supervivencia al mismo mal que es The Pianist (2002).

Pero, si hay crueldad en esto del cine, no debería extrañarnos que venga firmada por el danés Lars von Trier, un tipo polémico con una capacidad inigualable para machacar a sus personajes e insistir y hurgar en sus heridas hasta las últimas consecuencias. Cuánto sufrimiento para sus seres de ficción y para los espectadores hay en Breaking the Waves (1996), quizá el mejor y más punzante de los filmes que ha rodado hasta la fecha, sobre los límites del amor, con una irreprochable Emily Watson; seguido de cerca por ese tenebroso y lacerante musical que es Dancer in the Dark (2000)**.

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'Breaking the Waves' - Trust Film SV. AB, Liberator Production S.A.R.L.

Y es posible que muchos se hayan acostumbrado a ella o incluso consideren que ya no impacta tanto como cuando se lanzó, pero no estoy nada de acuerdo con ello: la hiperoscarizada **Titanic (1997), la película más grande que el canadiense James Cameron** ha parido nunca, continúa siendo un artefacto dramático que le deja a uno el corazón encogido al presenciar la recreación de una de las mayores y más novelescas tragedias navales de la historia. Como auténticos flanes salimos algunos de la sala de proyección cuando la estrenaron.La ficción televisiva también nos ha proporcionado su propia ración de inaudito vapuleo emocional con la inclasificable serie 'Six Feet Under'

El español José Luis Cuerda y el californiano **Clint Eastwood cuentan con sendas obras cuyo últimos minutos suponen un derechazo tal que, cuando terminan los créditos, uno aún no se ha recuperado del golpe y probablemente no lo haga. Son La lengua de las mariposas (1999), sobre las tensiones sociales que derivaron en la Guerra Civil Española, y la oscarizada Million Dollar Baby (2004), acerca de una esforzada boxeadora y con el extraordinario trío de intérpretes compuesto por Hilary Swank, Morgan Freeman y el propio Eastwood.

La ficción televisiva también nos ha proporcionado su propia ración de inaudito vapuleo emocional con la inclasificable Six Feet Under (2001-2005), serie del estadounidense Alan Ball** en la que los distintos miembros de una familia que regenta una funeraria hacen frente a sus propias situaciones personales y anímicas, dejándose algo más que el pellejo por el camino y atizándonos de lo lindo a los espectadores con la incertidumbre de la vida, sobre todo en las dos últimas temporadas.

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'Six Feet Under' - HBO

El documental 'The Cove' nos remueve por dentro hasta las lágrimas de la más pura congojaEl mexicano, hoy triunfante, **Alejandro González Iñárritu tiene en su haber un dramón asombroso de historias cruzadas, de esa época en que aún se las veía con el guionista Guillermo Arriaga antes de su desencuentro, y juntos nos dejaban patidifusos a base de complejas narraciones de múltiples vaivenes temporales: 21 grams (2003) se llama. Y la española Isabel Coixet realizó su aportación al cine más amargo por entonces con Mi vida sin mí (2003), que nos muestra las audaces decisiones que toma una mujer al enterarse de algo que, por decirlo de alguna manera, le cambia la vida.

Y basta con que uno sienta algún tipo de empatía o de preocupación por el resto de los animales para que la experiencia de ver The Cove (2009), el documental, ganador de un merecido Oscar, a cargo del estadounidense Louie Psihoyos sobre la matanza de delfines en una cala de Japón, sea tal que le remueva por dentro hasta las lágrimas de la más pura congoja. Es lo que tiene el cine desgarrador, que uno acaba con las emociones alteradas en una vivencia profunda que difícilmente podrá olvidar**.