Cuando les ocurre un hecho decisivo a los personajes de una serie de televisión y se desperdigan para luego intentar volver a encontrarse, cosa que ha sucedido en The Walking Dead (Frank Darabont y Angela Kang, desde 2010) varias veces queriéndolo ellos o no, la narración dividida por episodios en sus diferentes experiencias ofrece a los escritores mayores posibilidades narrativas. Y la más jugosa es aprovechar los minutos de metraje que se les dedican en sus propios capítulos para profundizar en las tribulaciones que les atormentan y enriquecer así sus arcos emocionales.
Con esta perspectiva, “Rendition” (11x04) hace exactamente lo mismo en su comienzo que el anterior, “Hunted” (11x03): parte del violento encontronazo con los Segadores al final de “Acheron, Part II” (11x02) para centrarse en uno de los supervivientes. En este caso, Daryl Dixon (Norman Reedus), cuya veteranía desde “Tell It to the Frogs” (1x03) le ha convertido en el personaje que ha participado en más episodios de The Walking Dead; ahora, con su casi inseparable Perro.
Las historias que confluyen en ‘The Walking Dead’
Sus habilidades adquiridas en estos dantescos años de apocalipsis zombi, enfrentándose a la amenaza omnipresente de los muertos que caminan y de las personas que no han sucumbido, como él, pero en las que no se puede confiar y su gran resistencia han lo han hecho el favorito de no pocos espectadores de la ficción televisiva de la AMC. Algunos preferimos la interesante evolución de Carol Peletier (Melissa McBride), muy cercana al hombre de la ballesta negra, pero ese es otro asunto.
Porque lo llamativo de “Rendition”, con el que repite el director Frederick E.O. Toye (Lost) tras “Hunted”, está en que una etapa del pasado de Daryl Dixon, que estuvo bastante tiempo sin explicación y que no conocimos hasta el capítulo “Find Me” (10x18), regresa para sorprendernos tanto como a él; a pesar de que parecía previsible que ocurriría en alguna ocasión de esta última temporada de The Walking Dead.
Podrían haberlo dejado para el tercer spin-off de la franquicia que hay en proyecto, tras Fear the Walking Dead (Robert Kirkman y Dave Erickson, desde 2015) y World Beyond (Scott M. Gimple y Matthew Negrete, desde 2020), pero han continuado con ella aquí.
Y esta decisión viene unida a un segundo volantazo que Angela Kang (Terriers), con un guion de Nicole Mirante-Matthews (Luke Cage), articula de una manera inteligente las historias previamente separadas de Maggie Rhee (Lauren Cohan), que había estado ausente desde “What Comes After” (9x05) y vino de regreso en “A Certain Doom” (10x16), y el propio Daryl Dixon; en la nueva trama de villanía.
Otro peligroso mesías en el apocalipsis
Por otro lado, “Rendition” nos ofrece efectivas composiciones que combinan bien una planificación intrigante, la cual enseña y oculta con enfoques e iluminación selectiva, y una intensa banda sonora de Bear McCreary (Calle Cloverfield 10) y Sam Ewig (The Walking Dead: Red Machete); y un monólogo muy útil para comprender de qué tiene lleno el tarro Pope, el personaje al que interpreta Ritchie Coster (El caballero oscuro), y que entronca con otros conceptos dignos de análisis como huevo de pascua que ya había apuntado “Acheron, Part I” (1x01).
Si uno piensa en ellos, no podrá evitar acordarse de la iluminación manipuladora de la que hace gala Teddy Maddox (John Glover) en el último tramo de la sexta temporada de Fear the Walking Dead. Y se diría al principio que la de este nuevo villano es menos desequilibrada que la del asesino en serie y líder de una secta apocalíptica.
Pero luego el horror estalla del mismo modo en que el Gobernador (David Morrissey), Negan (Jeffrey Dean Morgan) en los viejos tiempos o Alfa (Samantha Morton) y Beta (Ryan Hurst) más recientemente cedían a la arbitrariedad de sus peligrosos impulsos violentos. Así que cuidado con este otro mesiánico mangurrián.