El año 2023 será recordado por fenómenos cinematográficos que tomaron por sorpresa a la mayor parte de los analistas. Por un lado, estuvo el Barbenheimer​, que unió en un mismo escenario a dos películas por completo distintas, creando un resonante éxito de taquilla. Al otro extremo, la caída — al menos relativa y temporal — del género de superhéroes. De la extinción oficial del Universo Extendido de DC al primer fracaso de taquilla de Marvel en los últimos diez años. Lo cierto es que hubo un sacudón con respecto a la forma en que el cine y la cultura pop se analizan en la actualidad. 

Pero específicamente, fue el mediocre desempeño tanto en salas como a nivel crítico de The Marvels de Nia DaCosta, lo que demostró los problemas que atraviesan el género. En particular, al enfrentarse al temido desgaste y sobresaturación de historias en la pantalla grande. Sin embargo, la verdadera debilidad que demostró la película, fue la incapacidad de la franquicia para reinventarse. Al menos, para aprender de sus recientes equivocaciones y enfocarse en un nuevo público o, en la medida de lo posible, en revitalizar sus arcos centrales. La cinta de las tres heroínas en conjunto apuntó al descuido en guion, puesta en escena y al final, la incapacidad de despertar interés en la audiencia. Los elementos más peligrosos para la subsistencia de una saga que depende de mantener la curiosidad y expectación con respecto a sus próximos proyectos.

Te dejamos los tres errores más evidentes y complejos de resolver en The Marvels. Un recorrido a través de un escenario que muestra los puntos frágiles de las franquicias de superhéroes y otras propiedades intelectuales. A la vez, lo que puede significar para el futuro inmediato de otros universos compartidos. 

El trasfondo de The Marvels

A Marvel le llevó tiempo y esfuerzo despertar el interés sobre sus historias e incorporar personajes a la trama central de su universo cinematográfico. Lo que implicó, que desde Iron Man de Jon Favreau, estrenada en el 2008 hasta Los Avengers de Joss Whedon en el 2012, hubo una exploración de relatos variados. Con el tiempo, la interconexión entre películas, escenarios y héroes se hizo más importante. Para el cierre de la fase tres, Endgame de los hermanos Russo, completó el trayecto y despidió a varios de los rostros más conocidos de la franquicia. Todo, en medio de un guion que unió hilos narrativos, cerró varios más y abrió algunos cuantos de cara a futuro. 

Kevin Feige, que llamó a la cinta un “evento irrepetible” varias veces, intentó repetir el proceso. Pero presionado por Bob Chapek, lo aceleró de manera artificial. Por lo que el Universo Cinematográfico de Marvel no solo aumentó exponencialmente su número de estrenos, sino la cantidad de personajes en escena. 

De seis cintas en la fase uno, el número de proyectos se cuadriplicó para la cuatro. Lo que provocó que una saturación de figuras heroicas, argumentos y posibles interconexiones. Algunas indispensables para el futuro de la franquicia (como la secuela de Doctor Strange o las dos temporadas de Loki) y otras, como Eternals, por completo irrelevantes. 

Pero fue la fase cinco la que demostró que la cantidad de información, historias de contexto y cúmulo de relatos que pueblan la saga es un problema concreto. En particular, porque ninguna de las cintas que presentaron nuevos personajes o profundizaron en otros, llegó a realmente, establecer una conexión con el público. De modo que The Marvels, llega con la necesidad de ver dos series y al menos una película, para entender su entorno. 

Más preocupante aún, en su apresurada necesidad de enlazar historias, Marvel fue incapaz de hacer importantes o dotar de peso a sus personajes. Con un personaje cuyo largometraje presentación se estrenó en el 2019 y dos, que dependen de sus respectivas series streaming, The Marvels carecía de un vínculo con la audiencia. Mucho más, cuando las tres heroínas debían interactuar entre sí y el peso real de la premisa, recaía sobre su química. O al menos, sobre el interés que pudieran despertar. Algo que no sucedió y que demuestra la erosión de Marvel como marca. 

Un mal villano

Brie Larson as Captain Marvel/Carol Danvers in Marvel Studios' THE MARVELS. Photo by Laura Radford. © 2023 MARVEL.

La franquicia parece ser incapaz de aprender la recurrente lección que una cinta es tan frágil como su villano. Y en The Marvels, esa frase es mucho más evidente que antes. La supuestamente maligna Dar-Ben de Zawe Ashton, no es solo por completo prescindible. Además, es una némesis que aporta poco, no tiene ninguna implicación en la trama. Por si eso no fuera suficiente, resulta tan sencilla de vencer como para su importancia se diluya de inmediato.

Lo que lleva a otro punto crucial en la debacle del género de superhéroes. Los malos, repetitivos y sin duda, tediosos guiones. De historias ingeniosas, llenas de referencias o que tomaban riesgos bien calculados, Marvel se convirtió en una sucesión de narraciones de origen. Mucho peor, en repeticiones de una línea directa de sucesos: superhéroes que tratan de entender sus poderes. Después encuentran un propósito mayor y al final, vencen el mal. La época en que los Russo tuvieron la osadía de pulverizar a casi todo el universo de Marvel con un chasquido parece haber quedado atrás. 

El mayor atrevimiento que se toman The Marvels, es vincular tres historias y analizar — a través de su forzada escena poscréditos — el futuro de la saga. Pero lo hace, de nuevo, con un personaje en el que no se ha profundizado y otro, cuya aparición se resume a menos de veinte minutos en dos películas en que resulta muerta. Lo que lleva a la circunstancia más grave que atraviesa Marvel. 

Exceso de información en el universo compartido

A este paso, lo más probable es que nadie pueda ver una cinta de Marvel sin tener un conocimiento básico de lo ocurrido en, al menos, 33 películas. A eso habría que sumar más de una docena de series tanto en Disney+ como otras tantas que pasaron a engrosar el canon recientemente. 

Para ver The Marvels, es imprescindible saber los acontecimientos narrados en Capitana Marvel del 2019, la serie Bruja Escarlata y Vision y Ms Marvel. Eso, si desea comprenderse la dinámica entre los personajes. Pero para explorar en el motivo por el cual hay una base espacial y por el cual Nick Fury (Samuel L. Jackson) está allí, al menos dos cintas más. A lo que se suma varias más, para entender el conflicto Skrull y Kree, entre otros matices apresurados del guion. 

El fracaso de la cinta de Nia DaCosta demuestra, más que cifras y una dinámica preocupante, que Marvel necesita explorar en sus errores. En específico, si desea que la fase cinco — accidentada y de momento en terreno incierto — será la encargada de mostrar el siguiente universo de la franquicia. A saber: los mutantes y su relación con el resto de las historias de la saga.