The Marvels ya está aquí. La trigesimo tercera película del Universo Cinematográfico de Marvel ha llegado a las salas de cine. Lo ha hecho en la situación más difícil posible. Para empezar, en mitad de una huelga de actores recién terminada que ha provocado que las tres protagonistas, su gran valor comercial, no puedan promocionarla. Por otro lado, entre rumores sobre el descontento interno en Marvel con la cinta. Y por último, sufriendo una dura campaña de boicot por los sectores más rancios y misóginos de la sociedad, que cargan contra ella —y sobre todo contra la actriz Brie Larson— por supuestamente querer implantar una ideología feminista radical.

Sorteando terremotos y tormentas, The Marvels ha conseguido estrenarse. En un primer momento, el proyecto iba a ser Capitana Marvel 2. Pero con la llegada de Ms. Marvel y de Monica Rambeau a la franquicia, el estudio decidió unir a las tres superheroínas en una misma producción. El proyecto crecía así en ambición, y también en posibles conexiones con el resto del Universo Cinematográfico de Marvel. Una ardua tarea de la que la directora, Nia DaCosta, ha tratado por todos los medios de salir lo más indemne posible.

La trama de la película sitúa a la Capitana Marvel mediando en una nueva fase del conflicto entre los Skrull y los Kree. Pero, durante una misión, descubre que un portal de salto hiperespacial se ha quedado abierto e inestable. Por su parte, la capitana Monica Rambeau también encuentra un punto similar. Al tocarlo, los poderes de ambas se entrelazan, junto a los de la joven Kamala Khan (Ms. Marvel). Esto hace que constantemente las tres se teletransporten de un lado a otro, intercambiándose entre ellas, sin pretenderlo ni controlarlo. Ante esta problemática, se ven obligadas a formar un equipo para luchar contra la poderosa Dar-Benn.

The Marvels

The Marvels no consigue hacer despegar su gran premisa por un guion con muchos problemas en su tono donde el humor y la épica no siempre funcionan. La química de sus tres protagonistas salva el desastre por pura inercia en sus dinámicas, pero todo lo que las rodea es un añadido olvidable y mal desarrollado. Por fortuna, es corta y cuenta con una escena post-créditos que reconfigura para siempre el Universo Cinematográfico de Marvel

Puntuación: 2.5 de 5.
THE MARVELS

The Marvels se queda en un buen punto de partida

La premisa de The Marvels es indiscutiblemente buena. Que tres personajes tan poderosos vean sus vidas cruzadas de semejante manera es algo muy atractivo. Y, además, muy comiquero. A nivel formal también es complicado de gestionar, pues la directora debe encontrar el equilibrio para no olvidarse de ninguna. La aventura que pueden vivir gracias a esta peculiar situación podría haber apuntado a ser una de las historias más divertidas y originales de todo el Universo Marvel. Pero, por desgracia, la película no pasa de ahí.

Durante 15 caóticos minutos, se intenta sacar todo el jugo posible a la desconcertante conexión entre las heroínas. Es una secuencia que permite establecer las dinámicas que deberían desarrollarse después. Pero la película se lo ventila rápidamente. En tan solo unos instantes, consiguen hacer de la necesidad, virtud. De una escena a la siguiente, con un montaje musical mediante, consiguen llevarse bien, coordinarse y entenderse a la perfección. Todo el interesantísimo camino que podría haber entre medias queda diluido para dar paso a la enésima historia de "fórmula Marvel" de buenos contra malos. Y ya agota.

Algo que es aún más doloroso, dado que la trama que recubre a The Marvels es absolutamente olvidable y prescindible. Toda la historia de Dar-Benn, los Kree y los Skrull carece del más mínimo interés. A estas alturas, y tras el fiasco de Invasión Secreta, no parece que esta guerra alienígena vaya a tener demasiado impacto dentro del UCM. Por eso es complicado para el público involucrarse con ello. Es tan inane, tan inofensivo y tan vacío que aburre pese al atropellado y frenético ritmo de la película.

THE MARVELS

Un tono irregular

Si hay algo que evidencia The Marvels es que la compañía ha tenido muchas dificultades para sacar adelante un proyecto sólido y coherente. Por momentos la película se toma muy en serio y parece decirle al espectador: "Ojo, soy importante, presta atención". Pero en la escena inmediatamente posterior se pasa al gamberrismo más extremo y banal. La consecuencia es que el filme busca a la vez una épica que no encuentra y un humor disparatado con el que seguir fallidamente la estela de James Gunn ahora que ha abandonado el barco marvelita.

El resultado de ese humor absurdo son algunas de las escenas más bochornosas de todo el Universo Cinematográfico de Marvel. Queriendo desmarcarse del tono galáctico trascendental de Eternals, el estudio les ha dado a sus detractores los motivos perfectos para criticar The Marvels. Particularmente hay un par de momentos que sin lugar a dudas van a convertirse en el centro de todos los ataques. No es necesario comentarlos por aquí, ambas son bastante inequívocos.

A las carencias de tono se les une un obvio trabajo de edición muy exhaustivo. Todo pasa de forma tan acelerada que no hay tiempo de reacción. Es como si la película, en su origen, durase dos horas y media. Y al verla y descubrir sus problemas —los mismos que lleva acusando el UCM desde hace un par de años— hubieran decidido meter tijera a destajo. Al final, por un lado, es muy de agradecer que una historia tan poco sugerente solo dure 1 hora y 45 minutos. Pero, por otro lado, todo va atropellado, al bulto, sin buscar el matiz. No hay desarrollo dramático de ningún tipo. Los arcos de Carol, Kamala y Monica por separado son inexistentes. Cada una de ellas tiene una escena para mostrar su lado más vulnerable y ya.

THE MARVELS

Las actrices salvan el desastre

Teniendo todo lo anterior en cuenta, uno podría pensar que The Marvels es la debacle definitiva de la compañía. La película con la que La Casa de las Ideas tocaría fondo. Por fortuna, no es así. Aunque sea decepcionante, queda por encima de estrenos recientes como Ant-Man y la Avispa: Quantumanía. El problema es que la cinta debería apuntar más alto y más lejos, como dice su lema. Quienes salvan al proyecto de la hecatombe son sus actrices, además de un Samuel L. Jackson en estado de gracia como Nick Fury.

Se nota mucho que Nia DaCosta es fan de los cómics de Marvel porque pone toda su atención en las dinámicas entre ellas. El desarrollo de esta trama no será bueno, pero ellas están impecables. Cada gesto transmite algo y la buena química es palpable. Destaca especialmente la joven Iman Vellani. Aunque está más exagerada que en Ms. Marvel y en alguna secuencia se hace un poco insufrible, por lo general es capaz de remontar cada escena por puro carisma. La actriz que han descubierto en ella es la mejor de las noticias de esta Saga del Multiverso.

A su lado hay que sumar que Brie Larson es una de las mejores intérpretes de su generación. La oscarizada actriz ha sufrido vejaciones e insultos desde que fichó por Marvel. Y el agotamiento se nota, porque su Capitana Marvel es mucho más seria que antes. Pero Larson logra rescatar pequeños destellos de luz que recuerdan la inmensa profesional que es. Hubo un tiempo en el que el estudio iba a construir a partir de ella —ya que le dieron el personaje más poderoso del UCM— y se entiende por qué tenían ese plan. Quizá Teyonah Parris sea la que menos tiene que ofrecer, aunque todo se debe a que Monica Rambeau importa mucho menos porque hasta ahora ha aparecido, literalmente, dos ratos.

En conclusión, The Marvels es lo que, por desgracia, se esperaba de ella. Una película que parte de una gran premisa para estrellarse con una historia atropellada, muy poco interesante, irregular y carente de cualquier desarrollo. No es el desastre absoluto que algunos vaticinaban (y deseaban) porque va tan rápido que entretiene y porque tiene a tres actrices que rescatan el proyecto del naufragio. Pero un trío tan importante y poderoso no se merecía un guion así. Si compensa ir al cine a verla es, sobre todo, por su final y su potente escena post-créditos, imprescindibles para el futuro del UCM.