The Flash, de Andrés Muschietti, es un recorrido a lo largo y ancho de la mitología de DC. La película es un puente narrativo entre las más recientes apuestas del fallido universo extendido de la editorial. También, una exploración a las posibilidades de sus personajes. Por primera vez, el héroe interpretado por Ezra Miller muestra todo su potencial. Que le permite alterar la naturaleza del tiempo y comprender toda la amplitud del multiverso. Un concepto que se había insinuado en varias películas de la franquicia, pero que, en esta ocasión, se explota en todo su intrigante potencial.
En especial, durante el tercer tramo del largometraje, cuando las consecuencias del intento de Barry por salvar a su madre (Maribel Verdú) son evidentes. Gradualmente, la trama enlaza lo propuesto hasta entonces —lo inevitable como parte de una serie de eventos que crean el futuro— con un concepto singular. ¿Es realmente posible trastocar acontecimientos del porvenir cambiando un único suceso? The Flash no las tiene todas consigo al explicar algo semejante —de hecho, se contradice en un par de ocasiones—, pero es capaz de sostener la idea de las dimensiones alternativas con soltura.
Es en su final cuando se hace más complicada y que deja entrever que Barry llegó a un extremo de la ruptura cronológica desconocido. Lo que le provoca encontrarse atrapado en una línea de tiempo nueva y, probablemente, no tener posibilidades de volver a la suya. Te explicamos, paso a paso, qué ha ocurrido en el argumento que provocó una conclusión semejante.
El tiempo corre en espiral en The Flash
La historia de The Flash relata cómo Barry Allen logra evitar la muerte de su madre en el pasado y volver al presente. Una vez en él, descubre que modificó la línea de circunstancias lo suficiente para cambiar el mundo tal como lo conoce. Lo que equivale a que, en su lugar, haya una versión suya mucho más joven, que todavía no ha recibido sus poderes. Por lo que deberá ayudar a su variante a obtener sus habilidades, lo que provoca que, en un choque paradójico, pierda las suyas.
Pero no es el más grave de los problemas que enfrentará el superhéroe de The Flash. Barry descubrirá que la Liga de la Justicia no existe y que Batman, el único héroe que parece encontrarse en la nueva realidad alternativa, es un hombre distinto al que conoció. La figura de Gotham (Michael Keaton) está hundida en sus propios debates mentales. Sin intención de ser un héroe, ni mucho menos intervenir en cualquier suceso fuera de la batcueva. Lo que sucede mientras una invasión Kryptoniana trae de regreso a Zod (Michael Shannon). Este último quiere revivir a su planeta de origen sobre las cenizas de la Tierra, como lo intentó en la película El hombre de acero.
Una aparición inesperada
La gran conclusión de la historia comienza cuando Kara Zor-El/Supergirl (Sasha Calle) es liberada de su reclusión en un laboratorio de Serbia. La última hija de Krypton se encontraba sometida a crueles experimentos, por lo que no tiene intención de salvar a la raza humana. Pero, una vez que comprueba que Zod desea la destrucción total del planeta, decidirá hacerlo en una especie de toma de conciencia de su lugar en la historia.
Por lo que ayuda a Barry —el de línea temporal principal de The Flash— a recuperar sus poderes por el método de alzarlo sobre las nubes para que le alcance un rayo. Una vez que ambos Flash tienen sus poderes, deberán encarar a las fuerzas alienígenas que intentan conquistar el mundo. Pero todo será mucho más complicado de lo que cualquiera de los héroes supone.
El fracaso como lección
Las variantes de Barry, el Batman de esa realidad y Kara vuelan a Mojave para plantar cara a la flota kryptoniana. Supergil encara a Zod, lo que revela el destino de Kal-El y su ausencia en el argumento. En esa línea de tiempo, el maligno general detuvo la cápsula del bebé en su escape de Krypton. Por lo que logró atraparlo y recolectar su sangre. Lo que provocó que el hijo de Jor-El muriera en el proceso.
Mientras Kara lucha con Zod, ambos Barry intentan enfrentarse al grupo de naves que se abaten sobre el planeta. Ayudados por Batman, que intenta brindar apoyo aéreo a pesar de que los vehículos extraterrestres le superan en velocidad y poder. Pero, al final, la realidad parece destinar al improvisado equipo al fracaso en The Flash.
Bruce intenta hacer estallar la nave principal, lo que provoca un daño crítico en la suya, y queda atrapado al no poder eyectarse de la cabina. En una decisión desesperada, se estrella contra la kryptoniana para causarle daños irreparables —al menos, esa es su intención— y muere en el proceso. Mientras tanto, Kara es asesinada por Zod, que consigue así triunfar en medio de una escena sangrienta.
The Flash y el futuro inevitable
Es entonces cuando el Barry más joven, consciente por primera vez del potencial de sus poderes, tiene una idea. La de retroceder en el tiempo diez minutos y evitar que Batman y Kara sean asesinados. El Barry original no está muy de acuerdo con la idea, pero ambos terminan corriendo hacia el Speed Force. Lo que tiene, por supuesto, el resultado deseado: logran evitar que Bruce se estrelle en la enorme nave Kriptoniana.
No obstante, igualmente termina por morir debido a sus heridas y Kara vuelve a ser asesinada por Zod. Lo que hace que la variante más joven del héroe haga un nuevo intento por evitar lo inevitable. Una y otra vez, se esfuerza por cambiar hechos y sucesos que, para su sorpresa —y la de su versión más adulta—, terminan por tener el mismo resultado.
Es entonces cuando ocurre la gran revelación de The Flash. En medio de un lugar intermedio en el que los futuros probables y posibles se observan a simple vista como esferas coloridas, emerge Dark Flash. Una variación monstruosa y deformada de Barry Allen que ha recorrido el Speed Force una y otra vez. Esta figura ha vivido incontables realidades y dimensiones en un intento de salvar al máximo número de personas, algo que finalmente se ha mostrado imposible.
¿Quién es el misterioso Dark Flash?
Esta criatura malévola no es otra que el joven Barry, que forzó su capacidad de viajar en el tiempo hasta lo inconcebible. Destrozado por las incontables historias, posibilidades y probabilidades, es una entidad despiadada dispuesta a matar. Según su punto de vista, la única manera en que puede asegurar su existencia es asesinando al Barry mayor y evitando así cualquier oposición a su conversión en lo que ahora es.
Y lo que es más singular aún, este personaje de The Flash desvió la línea de tiempo del Barry Allen central para que llegara a un futuro alternativo —el suyo— y eso le permitiera obtener poderes. En otras palabras, se generó a sí mismo.
Cuando se revela la paradoja, todos los prometidos cameos de la película van apareciendo en rápida sucesión. En cada una de las esferas —futuros posibles, distantes y probables— hay versiones de Batman y Superman. Puede verse el traje de Batman de Adam West o al Superman de Christopher Reeve, junto con la Supergirl de Helen Slater. Ambos miran lo que parece una grieta en la realidad. También, una breve visión del hijo de Krypton de George Reeves. Por último, en el momento más desconcertante de todos, aparece la interpretación de Tim Burton de Superman, encarnado por Nicolas Cage. Este lucha con una araña gigante y, tras vencerla, mira su fisura de realidad, que se extiende en un cielo azul oscuro.
Barry intenta convencer a Dark Flash de lo aprendido en su aventura, que el pasado puede cambiarse pero a un precio terrible. Pero el maligno ser tiene por intención matar a su versión antigua y asegurar así su vida. Algo que habría ocurrido si el Barry joven no interviene y lo evita, al mismo tiempo que se sacrifica.
El presente y el futuro convergen una vez más
Con un último esfuerzo, Barry vuelve a viajar al pasado y reconstruye su historia como la había conocido hasta entonces. Antes de volver a su línea temporal, se encuentra con su madre y, aunque esta no lo reconoce —y está a punto de morir—, hay un breve momento de amor entre ambos. No obstante, antes de partir, el héroe no puede evitar hacer un nuevo intento de modificar el futuro. Por lo que toma unas de las latas de tomates del carrito de su madre y las pone en el estante superior en la alacena del supermercado.
Anteriormente, The Flash detalló que, aunque hay una revisión del caso del padre de Barry (Ron Livingston), no hay datos concluyentes para exculparle. Debido a que la única grabación que podría demostrar que se encontraba en un lugar distinto en el momento en que su esposa era asesinada no muestra su rostro. Un video de seguridad le capta en el supermercado, pero sin que sea reconocible por no levantar en ningún momento la mirada.
Otro nuevo futuro para The Flash
Pero el gesto de Barry provoca que, otra vez, la historia cambie. No puede evitar que su madre sea asesinada, pero sí la acusación contra su padre. Este acude al supermercado la noche trágica y ahora levanta la cabeza para buscar las latas de tomate, por lo que su rostro queda grabado. De nuevo, en su presente, la cinta que demuestra su inocencia permite que el caso sea revisado, desestimado y que este reciba su libertad.
/
Date de alta en MAX y tendrás acceso a las mejores series y películas exclusivas como The Wire, Los Soprano o Casa del Dragón. Incluye todo el catálogo de Warner, los clásicos de Cartoon Network, los grandes estrenos y el mejor deporte.
Finalmente, la última secuencia de The Flash parece mostrar el mejor día de la vida de Barry Allen. Su padre acaba de ser exculpado, Iris West (Kiersey Clemons) saldrá con él y la realidad parece haber recuperado el orden. Hasta que recibe una llamada telefónica de Bruce Wayne para felicitarle por el resultado de la apelación de su padre. La voz suena ligeramente distinta y, cuando el coche del millonario se detiene en la calle, el que sale de su interior no es el Batman de Ben Affleck. Con cabello corto y barba blanca, se trata de la de George Clooney. The Flash se encuentra en otra línea temporal y, sin duda, más lejos de casa que nunca.