Max von Sydow, uno de los actores suecos más internacionales, nos ha dejado tras nueve décadas de vida y más de 160 interpretaciones durante su dilatada trayectoria en el cine. Había nacido en Lund, localidad situada en la región de Öresund y una de las más importante y antiguas del país escandinavo, el 10 de abril de 1929, el mismo día que luego el egipcio Omar Sharif, el estadounidense Steven Seagal, el británico Charlie Hunnam, los yanquis Michael Pitt y Haley Joel Osment o la londinense Daisy Ridley, con la que compartiría plano en *Star Wars: El despertar de la Fuerza*.
Vino al mundo en una familia acomodada. Su padre, Carl Wilhelm, era etnólogo y profesor universitario, mientras que Maria Margareta Rappe, su madre, fue una curiosa maestra escolar con el título nobiliario de baronesa. Cuando cursaba sus estudios en la Catedral de Lund, fundó una compañía de teatro con sus compañeros, lo que supuso su primera experiencia como actor. Cosa que le habría gustado porque, tras aguantar el servicio militar obligatorio, decidió seguir sus inclinaciones artísticas y formarse en la institución sueca de mayor relevancia, el Dramaten, el Teatro Dramático Real de Estocolmo, entre 1948 y 1951.
El resto es historia del cine. *Con su papelito de Nils en Bara en mor (Alf Sjöberg, 1948) debutó en el séptimo arte, y después vendría su Hand en La señorita Julie (Sjöberg, 1951), su Antonius Block en *El séptimo sello y su Henrik Åkerman en Fresas salvajes** (Ingmar Bergman, 1957), a cuyo director había conocido en Malmö, la ciudad más grande de la provincia de Escania —en la que también está integrada Lund—, en 1955 y habían colaborado en su Teatro Municipal. Antes de ello, Max Von Sydow ya era un intérprete reconocido, y le habían otorgado el Premio de la Fundación Real de Cultura en 1954.
Fue Harry Andersson para En el umbral de la vida, Albert Emanuel Vogler en El rostro, Töre en **El manantial de la doncella*, Martin en Como en un espejo y Jonas Persson en Los comulgantes* (Bergman, 1958-1963). Como la tercera (1960) y la cuarta (1961) habían ganado el Oscar a la mejor película internacional en su trigésima tercera y su trigésima cuarta ediciones, Hollywood quería tragarse al actor sueco, y finalmente lo consiguió con **La historia más grande jamás contada (George Stevens, David Lean y Jean Negulesco, 1965**), en la que encarna nada menos que a Jesucristo.
Le nominaron al Globo de Oro al mejor actor por su reverendo Abner Hale en **Hawai*, y más tarde llegaría su Smålands-Pelle de El fuego de la vida* (George Roy Hill, Jan Troell, 1966), su Johan Borg en La hora del lobo, su Jan Rosenberg de La vergüenza, su Andreas Winkelman en Pasión (Bergman, 1968, 1969), su coronel Kosnov en La carta del Kremlin (John Huston, 1970), su Karl Oskar de Los emigrantes o su Andreas Vergerus de La carcoma (Troell, Bergman, 1971). Repitió como Oskar en La nueva tierra (Troell, 1972), y se puso en la piel del padre Merrin en **El exorcista (William Friedkin, 1973**).
Por este sacerdote obtuvo otra nominación a los Globos de Oro, pero esta vez como mejor actor secundario, e interpretó a Joubert en **Los tres días del cóndor (Sydney Pollack, 1975*), para retomar más tarde a Merrin en El exorcista 2: el hereje (John Boorman, 1977). Fue Gerald Mortenhoe para La muerte en directo, el emperador Ming en Flash Gordon (Bertrand Tavernier, Mike Hodges, 1980), el mayor Karl von Steiner de *Evasión o victoria (Huston, 1981) y el rey Osric en Conan, el bárbaro*. Y triunfó en el Festival de Venecia con su Salomon August Andrée para El vuelo del águila* (John Millius, Troell, 1982).
El villano de **Nunca digas nunca jamás (Irvin Kershner, 1983*), el mismo Ernst Stavro Blofeld que hoy le conocemos a Christoph Waltz en Spectre (Sam Mendes, 2015), le tocó en suerte. Como el doctor Kynes de *Dune (David Lynch, 1984), el Frederick de Hannah y sus hermanas (Woody Allen, 1986) y el Lassefar Karlsson de Pelle, el conquistador (Bille August, 1987**), que consiguió la Palma de Oro en Cannes, el Oscar a la mejor película internacional y su equivalente en los Globos de Oro, una nominación para Max von Sydow en los mismos Oscar y los laureles en los Premios Guldbagge del Instituto Sueco.
Como jurado en el Festival de Berlín, le entregó el Oso de Oro a los responsables de La mujer y el extraño (Rainer Simon, 1985), y *el único filme que ha dirigido, Katinka* (1988), según una novela de Herman Bang, venció en los Guldbagge y a él le reconocieron como mejor cineasta. Después le puso voz al temible Vigo de Los Cazafantasmas 2*, y rostro a Szaz en Objetivo: el zar rojo* (Ivan Reitman, Geoff Murphy, 1989), papel este último por el que le nominaron a los Premios Emmy por primera vez como supporting actor, y al doctor Peter Ingham en **Despertares (Penny Marshall, 1990**).
Fue el narrador de **Europa*, Henry Farber en Hasta el fin del mundo y Johan Åkerblom en *Las mejores intenciones** (Lars von Trier, Wim Wenders, August, 1991). Los cuatro capítulos de esta miniserie se condensaron como una larga película homónima (1992) que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes, así como el premio a la mejor actriz para su colega Pernilla August, el mismo que le adjudicaron en los Guldbagge. En el episodio “Vienna, November 1908” (2x09) de **Las aventuras del joven Indiana Jones** (George Lucas, 1992-1993), interpretó al famoso charlatán Sigmund Freud.
Y luego, al diabólico Leland Gaunt de La tienda (Fraser Clarke Heston, 1993), al doctor Alexandr Bukhanovsky en el filme televisivo Ciudadano X y al magistrado Fargo en Juez Dredd (Chris Gerolmo, 1995). Su Knut para Hamsun (Troell, 1996) le reportó otro reconocimiento en los Guldbagge, y le vimos como el rastreador de **Más allá de los sueños (Vincent Ward, 1998), de Nels Gudmundsson en Mientras nieva sobre los cedros (Scott Hicks, 1999*) Moretti en Insomnio y Samuel, el Judío en *Intacto (Dario Argento, Juan Carlos Fresnadillo, 2001**).
Muchos espectadores le recordarán también por haber interpretado a Lamar Burgess en **Minority Report** (Steven Spielberg, 2002). Durante el Festival de Cannes de 2004 se le entregó su trofeo honorífico, y en 2005, el Ministerio de Cultura de Francia le nombró Comendador de las Artes y las Letras, pues residía en París desde que obtuvo la nacionalidad francesa en 2002 por sus segundas nupcias con su asistente Catherine Brelet. Encarnó a Papinou en La escafandra y la mariposa, a Reynard en Hora punta 3 (Julian Schnabel, Brett Ratner, 2007) y al cardenal Von Waldburg en la serie **Los Tudor (Michael Hirst, 2007-2010**).
Solo aparece en el corte del director de El hombre lobo como un pasajero del tren, del doctor Naehring en **Shutter Island* y de Sir Walter Loxley en Robin Hood* (Joe Johnston, Martin Scorsese, Ridley Scott, 2010). Fue nombrado Caballero de la Legión de Honor francesa en octubre de 2012 y, por su trabajo como el inquilino en **Tan fuerte, tan cerca (Stephen Daldry, 2011), logró que le nominaran al Oscar al mejor actor de reparto. Y su último papel en un filme de los que han abarrotado los cines fue el de Lor San Takka en Star Wars: El despertar de la Fuerza** (J. J. Abrams, 2015).
Pero, en realidad, tuvo tiempo de brindarnos otro en el que han podido reconocerle los espectadores del planeta entero, y es por ese motivo que al año siguiente se hizo con una nominación al mejor actor invitado en los Emmy de 2016 por su Cuervo de Tres Ojos en **Juego de tronos* (David Benioff y D. B. Weiss, 2011-2019). Su última película estrenada es Kursk (Thomas Vinterberg, 2018) como Vladimir Petrenko, y aún podremos ver una vez más a este eficacísimo y adusto actor en la piel del anciano Nikolas Andreou por el filme Echoes of the Past, de Nicholas Dimitropoulos*, que se encuentra todavía en posproducción.