En julio de 2019 ocurrió lo que se venía augurando desde el estreno de **Avengers: Endgame, la esperadísima película dirigida por los estadounidenses Joe y Anthony Russo que hizo la número veintidós del Universo Cinematográfico de Marvel: logró convertirse en la más taquillera de la historia, con unos ingresos totales de casi 2.798 millones de dólares en el mundo entero. Había superado así, sin despeinarse, los 2.208 millones de Titanic (1997) primero y, después, los casi 2.790 de Avatar (2009), ambos filmes del canadiense James Cameron. Pero sucede algo muy curioso: Endgame no es la película con mayor recaudación de la historia ni fuera ni dentro de Estados Unidos.
En lo que se refiere a la perspectiva de las producciones de Hollywood, la suma de lo que los yanquis se dejaron en los cines para disfrutarla y lo que pudieron embolsarse en el mercado internacional, por supuesto que el filme alcanzó la mayor altura en el podio planetario. Pero no es así en absoluto si se desgajan las dos zonas, tal como suelen hacer los que recopilan datos fiables en este negocio, los productores y las distribuidoras al cargo, y se consideran de forma independiente: dentro de Estados Unidos, donde Endgame amasó 858 millones de dólares, el taquillazo más grande de la historia es Star Wars: El despertar de la Fuerza (J. J. Abrams, 2015), con casi 937 millones.
En cambio, si ponemos el foco en la taquilla de los demás países en conjunto, Endgame alcanzó la cantidad de 1.939 millones de dólares vendiendo entradas, pero el cineasta canadiense **continúa reinando con Avatar y sus —hasta la fecha— imbatibles 2.029 millones. Precisamente esta última retuvo seis años los tres records, antes de la llegada de El despertar de la Fuerza, que le quitó la corona en Estados Unidos con Abrams venciendo a los alienígenas azules de Cameron a base de nostalgia fílmica, quien había estado invicto durante dieciocho largos años, desde el terremoto de Titanic. De modo que solamente falta que nos preguntemos qué nueva película las desbancará en el futuro a las tres sin que importen las fronteras.