star wars: el despertar de la fuerza

'Star Wars: El despertar de la Fuerza' - LucasFilm

Es indiscutible que **Star Wars: El despertar de la Fuerza, el séptimo episodio de la celebérrima saga de space opera dirigido por J.J. Abrams, ha sido la película más esperada de los últimos tiempos. Y eso se ha notado en taquilla: es la que más ha recaudado en Estados Unidos de la historia y la tercera en todo el mundo por detrás de Avatar y Titanic (James Cameron, 1997, 2009), si bien se queda la undécima si ajustamos los resultados globales según la inflación en el precio de las entradas, lo que de todos modos es una auténtica proeza en capacidad de convocatoria.

El interés por ella, se podrá ver en Movistar+ a partir del próximo 30 de septiembre, está claro como el agua, y por eso fue, además, **el mejor estreno cinematográfico de cuantos han habido en este planeta azul. Siendo así, tanto los seguidores de la saga de toda la vida que no refunfuñen como los que se han enganchado a su carro tras disfrutar este filme, ávidos de ver a Jedis luchar contra el lado oscuro de la Fuerza para comprobar quiénes tienen más y mejores midiclorianos, se alegrarán de conocer los datos y las anécdotas más curiosos sobre el mismo.

Por ejemplo, que el guionista Michael Arndt, autor del oscarizado libreto de Pequeña Miss Sunshine (Jonathan Dayton y Valerie Faris, 2006) o de Toy Story 3 (Lee Unkrich, 2010), había escrito uno basado en una idea que papá George Lucas tuvo para una posible tercera trilogía, en el que Luke Skywalker, Leia Morgana, Han Solo y sus vástagos participarían en la restauración de la República. Pero a los productores no les gustó, y Lawrence Kasdan, que ya había elaborado los de El Imperio contraataca (Irvin Kershner, 1980) y El retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983), y Abrams se encargaron del que se aprobó.

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En el rodaje de 'Star Wars: El despertar de la Fuerza' - LucasFilm

El despertar de la Fuerza es la película más cara de la saga, con 245 millones de dólares de presupuesto. Fue la primera rodada con cámaras IMAX, pero la segunda en estrenarse en cines con este formato tras La venganza de los Sith (Lucas, 2005) y la única de Abrams sin una banda sonora de Michael Giacchino, por el momento, pero es que el honor no podía ser de otro que de John Williams, compositor de las de toda la saga. Se prefirió filmar en locaciones reales o con maquetas todo lo posible en vez de recrear los escenarios digitalmente para que la película se pareciese lo máximo posible a las tres originales.

**Uno de los bocetos iniciales que Ralph McQuarrie realizó para R2-D2, habitado por Kenny Baker, sirvió para inspirar el diseño del tierno BB-8: el primer robot tenía una pequeña pelota bajo su cuerpo, pero eso era imposible de construir en aquella época. Y el diseñador de vestuario Michael Kaplan contó que, para el vestuario del Kylo Ren, interpretado por Adam Driver, se hicieron más de un centenar de esbozos antes de dar con el de la máscara que finalmente llevó.

Poe Dameron, el personaje de Oscar Isaac que debe su nombre al oso de peluche de su hija Gracie, y su apellido, al que era asistente personal de Abrams, Morgan Dameron, iba a morir al inicio de la película en el guion primigenio**, presumiblemente cuando Kylo Ren le interroga. Y los sesenta y tres años de Mark Hamill, siempre Luke Skywalker, cuando actuó en el filme son los mismos que tenía Alec Guinness al ponerse en la piel de Obi-Wan Kenobi en Star Wars (Lucas, 1977).

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J.J. Abrams, Simon Pegg y Karl Urban en el Halcón Milenario de 'Star Wars: El despertar de la Fuerza' - LucasFilm

**La Capitana Phasma, que se llama así porque su armadura le recordó a Abrams la esfera de plata del filme Phantasm (Don Coscarelli, 1979) es la primera villana de la saga y la encarna Gwendoline Christie que, como Brienne de Tarth, es una de los cuatro actores de Juego de tronos que participan en El despertar de la fuerza aparte de Jessica Henwick, que es Jessika Pava en el filme y Nymeria Sand en la serie, Mark Stanley, un Caballero de Ren aquí y Grenn allí, y Miltos Yerolemou, un cliente del bar de Maz Kanata acá y Syrio Forel allá. Y Simon Pegg, que se metió en el disfraz de Unkar Plutt, se ha convertido en el primer actor en participar tanto en las películas de Star Wars como en las de la también legendaria saga de Star Trek.

Cuando Harrison Ford y Peter Mayhew, nuestros queridos Han Solo y Chewbacca, accedieron por primera vez al set de rodaje del mítico Halcón Milenario en los Estudios Pinewood, las doscientas personas que componían el resto del equipo enmudecieron al verles. Luego, Ford se quebró el tobillo con la puerta de la nave y Abrams sufrió una lesión en la espalda al intentar ayudarle a salir de debajo de la misma. Y hubo visitantes interesantes en el set: los directores Kevin Smith y Peter Jackson, autor el segundo de las dos trilogías fílmicas basadas en obras de J.R.R. Tolkien, el actor Karl Urban, Leonard McCoy en Star Trek y la joven Malala Yousafzai, Premio Nobel de la Paz de 2014.

Por último, **hubo un fan de Star Wars llamado Daniel Feetwood que padecía un cáncer terminal y que, en noviembre de 2015, pudo ver un montaje incompleto de la película gracias a que Hamill y John Boyega, Finn en la ficción, convencieron a Abrams para que lo permitiese; y una semana más tarde, falleció. Y es que el cine puede carecer de verdadera importancia, pero no se puede negar su capacidad para apasionarnos y hacernos sentir incomparables emociones cuando hay talento en los cineastas, y el bienestar que eso nos brinda sí puede ser importante para una persona. Por eso, aprovechar y volver a ver El despertar de la fuerza cuando la pasen en Movistar+ a partir del 30 de septiembre es un buen plan, y si te pierdes el estreno la tienes disponible para verla cuando quieras, bajo demanda.

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