Cuando el creador de un universo cinematográfico con tal éxito que ha influido en la cultura mundial permite que otros cineastas se ocupen de ella para nuevas continuaciones, suponemos que albergará sentimientos encontrados. Especialmente con éxitos asegurados como el de Baby Yoda. Gene Roddenberry falleció en 1991, y no ha podido ver las películas y las series de Star Trek (desde 1966) que se han estrenado después. Pero a George Lucas, responsable de Star Wars (desde 1977), sí ha tenido oportunidad de saber qué se ha hecho con su galaxia lejana tras la venta de Lucasfilm a Disney.
En octubre de 2012, mucho antes de que Baby Yoda llegase a Disney+, la compañía de Mickey Mouse compró la criatura del director estadounidense por 4.050 millones de dólares; y cinco películas y dos series, entre El despertar de la Fuerza (J. J. Abrams, 2015) y El libro de Boba Fett (Jon Favreau, desde 2021), han sido elaboradas desde entonces. “Decidí que prefería criar a mi hija y disfrutar de la vida por un tiempo”, contó George Lucas a Paul Duncan en 2020. “Podría no haber vendido Lucasfilm y conseguir a alguien que dirigiera las producciones, pero eso no es retirarme”.
Lo que George Lucas quería para Baby Yoda
Sin embargo, ceder el testigo de Star Wars a otros colegas no significa que el californiano no tenga opiniones sobre las aventuras sin su intervención. Los filmes Rogue One (Gareth Edwards, 2016), Los últimos Jedi (Rian Johnson, 2017) y Han Solo (Ron Howard, 2018) le han gustado; pero El despertar de la Fuerza y El ascenso de Skywalker (J. J. Abrams, 2019), no mucho. Y ahora, Dave Filoni, el director creativo de Lucasfilm, ha revelado la mayor preocupación de George Lucas acerca de Baby Yoda.
El pequeño Grogu, de la misma especie que el Jedi de orejas puntiagudas al que conocimos en El Imperio contraataca (Irvin Kershner, 1980), apareció por primera vez en la serie The Mandalorian (Jon Favreau, desde 2019). Se trata de unos de sus personajes principales, núcleo de la historia, y ya es otro de los iconos indiscutibles de Star Wars.
“Tuve una conversación con George, en cierto momento, sobre Baby Yoda, y su principal preocupación era que debía tener una cantidad adecuada de entrenamiento”, ha dicho Dave Filoni para el libro Star Wars: The Art of The Mandalorian (Season Two), de Phil Szostak (2022).
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Como alguien muy sensible a la Fuerza por su propio origen, a George Lucas le gustaría que aprendiese a utilizarla como es debido. Así que, por lo que ocurre el episodio “The Jedi” (2x05) de The Mandalorian, el sorprendente final de “The Rescue” (2x08), con las razones de la aparición de Lucke Skywalker (Mark Hamill), y lo que hemos visto de Baby Yoda en el capítulo “From the Desert Comes a Stranger” (1x06) de El libro de Boba Fett, el autor de Star Wars debe de sentirse bastante satisfecho con las decisiones de Jon Favreau.