La primera escena de “The Rescue” (2x08), el palpitante capítulo con el que termina la segunda temporada de The Mandalorian en Disney Plus (Jon Favreau, desde 2019), demuestra que no van a andarse con chiquitas en esta ocasión. Menos si nuestros protagonistas se enfrentan a la vileza imperial. Y esto provoca un entusiasmo incipiente por el espectáculo que esperamos contemplar a continuación, al más puro estilo de las aventuras galácticas de Star Wars. Y, según se desarrolla su trama definitiva, no parece que haya momentos para disminuir la tensión, que rezuma hasta en las conversaciones de cualquier índole.
Para acometer la misión de mayor importancia hasta la fecha en The Mandalorian, reaparecen personajes y brindan su imprescindible ayuda contra el enemigo común. Y hay que ver lo que les encantan los abordajes a los guionistas de la franquicia Jedi. Si no supiésemos que el western constituye la mayor inspiración de esta serie televisiva, las historias de piratas podrían encontrarse en su radar narrativo. Pero ver a este cuarteto de mujeres poderosas repartiendo leña por los corredores de la nave, y con una brutalidad arrolladora, es una gozada. Una brutalidad de la que no se libra Din Djarin (Pedro Pascal) en su propio recorrido. Y todo por Baby Yoda.
Tal vez no hayamos contemplado unos enfrentamientos más emocionantes en The Mandalorian como los que se producen durante “The Rescue”. En ellos, las habilidades de los adversarios se llevan al límite porque nunca ha habido aquí tanta rabia en un combate. Y, aunque da la sensación de que todo transcurre muy deprisa, la verdad es que nada resulta tan fácil como pudiera parecer. El villano que representa Moff Gideon (Giancarlo Esposito), por otra parte, se descubre mucho más traicionero y peligroso de lo que podíamos haber anticipado. Además de tener una lengua viperina a la que mueve la mezquindad.
Y es esa lengua la que nos arroja un giro bastante inquietante sin contemplaciones, el cual seguramente nos señala por dónde van a ir los tiros más inesperados en el futuro de The Mandalorian. Pero no hay tiempo para darle muchas vueltas porque vuelve otra amenaza de una letalidad abrumadora. Tanto, que el guionista Jon Favreau (El rey león) y el director Peyton Reed (Ant-Man), que ya se había encargado de “The Passenger” (2x02), deciden eludirla con un deus ex machina. Otro más en la nómina de abusos de este triste mecanismo narrativo cometidos en la serie.
Pero poco nos importa. Nada en absoluto, en realidad. Ni una miaja. Y no podía ser de otro modo. No ya por el hecho de que este capítulo pistonudo en su clase haya sido escrito y realizado para mantener el suspense casi sin interrupción, lo que basta para que uno esté más que satisfecho. Lo básico es la esencia misma de este recurso divino en “The Rescue”, pues supone la mayor sorpresa que nos han descerrajado en los dieciséis episodios de los que se componen sus dos primeras temporadas. Y mirad que, sobre todo en esta segunda, motivos para abrir mucho los ojos no nos han faltado precisamente.
Lo que ocurre es que este volantazo último no se lo hubiera podido esperar ni el mismísimo George Lucas, el padre de la criatura galáctica. Otros golpes de asombro podían intuirse e incluso ha habido informaciones en la prensa especializada de Hollywood. Pero, en esta oportunidad, la conmoción es como un guantazo con la mano abierta. Sin dolor apreciable, encantadora y digna de alborozo. Con una guinda aún más insospechada. Y un remate verdaderamente conmovedor en el que los encantados seguidores de The Mandalorian pensarán largo y tendido hasta que se lance la próxima temporada.