Hay actores que son escogidos para determinados papeles tanto por sus características físicas como por sus capacidades para la interpretación, sean las que fueren, y a algunos de ellos, el público llega a tenerles un gran cariño. Tal es el caso del inglés Kenny Baker, cuyo metro y doce centímetros de altura y su gracejo, no sólo le abrieron las puertas del mundo del espectáculo, sino que también le dieron la oportunidad de meterse entre los circuitos de uno de los robots más famosos y queridos de la entera historia del cine, si no el que más de todos ellos: nada menos que R2-D2, el condenado cabezudo de la legendaria saga de *Star Wars*.Kenny Baker se sentía cómodo con papeles de fantasía y ciencia ficción; o era para los que le buscaban sobre todo
En 1951, cuando tenía dieciocho años, a Baker le abordó una señora en una calle de la localidad de Hastings, condado de Sussex, y le propuso unirse a una compañía de teatro de enanos, y él aceptó. Luego se enroló en un circo durante un tiempo escaso, donde se especializó en las funciones sobre hielo. Su debut cinematográfico fue en el filme de terror **Circus of Horrors (Sidney Hayers, 1960), sin ser acreditado, y tras lograr un éxito considerable gracias a una representación cómica en la que compartía escena con Jack Purvis, que en adelante sería su compañero de reparto hasta en ocho películas, fue elegido para enfundarse a R2-D2 en Star Wars** (George Lucas, 1977).
Más tarde se puso encima el disfraz y el carácter de Bungo en **Wombling Free (Lionel Jeffries, 1978), la adaptación de las novelas infantiles de la también británica Elisabeth Beresford sobre los Wombles. Y seguidamente, en el año de su mayor actividad para la gran pantalla, volvió a su apreciado robot en el filme más valorado de esa galaxia muy, muy lejana, The Empire Strikes Back (Irvin Kershner, 1980), fue uno de los diez enanos de la vapuleada Flash Gordon (Mike Hodges, 1980), que adapta el cómic homónimo de Alex Raymond, y el del penacho de la venerada The Elephant Man** (David Lynch, 1980).Time Bandits, de 1981, es la primera película que de veras nos permite comprobar la clase de actor que era Baker
Pero es quizá la disparatada **Time Bandits (Terry Gilliam, 1981) la primera que de veras nos permite comprobar la clase de actor que era Baker, pues en ella le vemos más tiempo en pantalla y sin ningún tipo de atuendo que oculte su rostro. No como en Return of the Jedi (Richard Marquand, 1983), para la que se introdujo de nuevo en la estructura de R2-D2 y, cosa que pocos saben, también se caracterizó de Paploo, el ewok que roba el aerodeslizador imperial. Y luego fue el encargado de parodiar al Commendatore en la oscarizada Amadeus** (Milos Forman, 1984).
Interpretó a uno de los tres músicos callejeros de Brighton en el thriller **Mona Lisa (Neil Jordan, 1986); otro de ellos era su amigo Purvis. Y tuvo el gusto de formar parte del ejército de goblins en la añorada Labyrinth (Jim Henson, 1986). Sin embargo, la película que le bridó su papel de mayor protagonismo fue la bastante desconocida Sleeping Beauty** (David Irving, 1987), en la que da vida al duende.El filme que le bridó su papel de mayor protagonismo fue el bastante desconocido Sleeping Beauty de 1987
No es de extrañar que aparezca en **Willow (Ron Howard, 1988) dada la temática del filme pero, de un modo inaudito siendo quien era, no le acreditaron como uno de los miembros de la banda de Nelwyn. Y tampoco ha de resultarnos sorprendente que quisieran contar con él para esa parodia de la space opera que es U.F.O.* (Tony Dow, 1993), con la que estamos poco familiarizados fuera del Reino Unido porque se realizó para el lucimiento del monologuista inglés Roy “Chubby” Brown. Nada sorprendente, decía, pues de este género es la saga de Star Wars, en la que volvimos a verle como nuestro robot predilecto cuando se estrenó *The Phantom Menace** (Lucas, 1999).
Tampoco le acreditaron como el guarda del zoo en la estimada **24 Hour Party People (Michael Winterbottom, 2002), pero poco después le prestaron de nuevo su uniforme de R2-D2 para Attack of the Clones (Lucas, 2002), y luego, para Revenge of the Sith (Lucas, 2005) y la esperadísima The Force Awakens** (J.J. Abrams, 2015). Y lo menos que se puede concluir tras este repaso es que Baker se sentía cómodo con papeles en filmes de fantasía y ciencia ficción; o era para los que le buscaban sobre todo.Mark Hamill: "Me encantaba su optimismo y determinación. Él era el droide que había estado buscando"
Ha fallecido cuando estaba muy cerca de cumplir los ochenta y dos años de una larga enfermedad pulmonar. Su sobrina Abigail Shield ha declarado a *The Guardian* que “cuando era un niño, le dijeron que probablemente no sobreviviría a la pubertad siendo una persona pequeña en esos tiempos. No tenía muchas esperanzas de vida, pero le fue muy bien”. Y Mark Hamill, aún Luke Skywalker en la ficción, ha dicho en Twitter que Baker era “un amigo leal de toda la vida”, y que le encantaba “su optimismo y determinación”, rematando así: “Era el droide que había estado buscando”.
En los próximos episodios de Star Wars le sustituirá el escocés Jimmy Vee, a quien ya habíamos podido ver como uno de los goblins de Gringotts en *Harry Potter and the Sorcerer’s Stone (Chris Columbus, 2001) y como Lofty en Pan* (Joe Wright, 2015). Pero le resultará difícil sustituir al bueno de Kenny Baker también en la memoria emocional de todos los cinéfilos que le tienen reservado en ella un hueco especial a su condenado robot cabezudo.