Pan

PAN es la nueva reimaginación de la obra de Peter Pan de 1911, una nueva aventura que sirve de precuela y que funciona como una suerte de clásico moderno en el que los cambios introducciones funcionan en mayor medida. Una cinta que devuelve al niño que nunca se hace mayor un dinamismo atemporal que estaba olvidado desde la cinta de Disney de 1953.Fui al cine con la pregunta en la mente de qué tal funcionaría una cinta de Peter Pan en el formato live-action y, aunque Peter Pan y Wendy (1911) el libro en el que se basa, y su continuación cinematográfica no oficial en Hook (1991), pueden servir como aproximación, lo cierto es que está tan lejos del 2015 y del CGI que no sabría por donde empezar. El cine, y la forma de contar historias ha cambiado tanto que sería muy injusto meter a PAN en el marco de la cinta de Spielberg o de la película de Disney del 1953 que todos tendremos en el mente, pero a su modo funciona.

PAN se entremezcla en la ficción mediante el live-action, a la que en pocos meses se sumará el Libro de la Selva, y se enmarca como precuela del libreto de Barrie que sirve de hipotético inicio para el Peter Pan, reimaginado, que seguramente acoja el colectivo. Y es que sus elementos son tan atípicos en el cine actual de gran presupuesto y poca imaginación que de facto parece una película clásica que, de no ser por uso de CGI y de ambientación, bien podría pasar por una obra de Disney con actores de carne y hueso en escenarios imposibles hechos a ordenador.

Dicho esto, las sensaciones con las que uno sale de la sala son contradictorias. Por un lado PAN se presenta con un apartado técnico muy por encima del que se espera para este tipo de historias enfocadas, por otro lado, el mundo reimaginado por Joe Wright plantea dudas que la cinta no acaba por resolver y que se acaban convirtiendo en una merca excusa para la sucesión de los 4 actos bien definidos que tiene esta nueva aventura de Peter Pan. Con todo, PAN funciona, y lo cierto es que lo hace con una soltura que sorprende cuando se va con una idea preconcebida a la sala. En esta nueva obra, Peter es un muchacho abandonado en un orfanato durante la segunda guerra mundial y Neverland una isla reimaginada con piratas y tribus muy distintas a la de la cinta de Disney, en la que los barcos vuelan y no navegan y el polvo de hadas es un metal precioso que mantiene con vida a nuestro conocido antagonista a quién da vida Hugh Jackman. PAN, es, como habréis deducido, el nacimiento de un nuevo Peter Pan que si la taquilla lo permite, estamos muy seguros que volveremos a ver en las carteleras, puesto que la obra de Wright es un buen comienzo para las nuevas generaciones a las que la cinta de Disney les queda muy lejos.

Con todo, la mezcla de elementos de cine y musical, junto con la banda sonora que está elegida de forma magistral componen una obra en la que la mayoría de sus elementos funciona como una cinta clásica en la que sus personajes originales han sido sustituidos por otros que funcionan mejor en está era del cine de gran presupuesto.

Se han cambiado muchos de los aspectos de la historia original y se han desechado totalmente otros que dan sentido a la historia contada en la película de Spielberg del mismo nombre, dotando de una especial importancia a algunos personajes y denostando otros, suponemos, para el futuro de convertirla en una saga. En este sentido, rompe con algunas de las mejores cosas que en mi opinión tiene la cinta de Disney de los 50s, y es lo bien construida que está la historia. Ahora se ha cambiado algunos planteamientos para dar lugar a los cambios de guión, aunque rompan con parte del dinamismo de algunos de los personajes clásicos.

En su contexto, los cambios introducidos por Jason Fuchs, artífice del libreto, quizás choquen con la idea preconcebida que muchos de los que como yo hayan leído la obra original de Barrie. Por ejemplo, Cook, que todavía no es capitán, se presenta como una suerte de Nathan Drake moderno con el sombrero de Indy Jr., que aporta los toques de humor que nos recuerdan a la cinta de Spielberg, dentro de su contexto. Por no entrar en más detalles de la trama que dejaré que descubráis por vostors mismos, se ha cambiado la trayectoria del personaje para dotarle de un mayor protagonismo en esta cinta. Si en el libro original el Hooks era una suerte de ex-contramaestre de Barbanegra, aquí es uno de más de los esclavos de Neverland que cavan en las minas buscando el polvo de hadas convertido en piedras preciosas pero que por A o por B acaba de figura paterna de Peter Pan. Este cambio en el personaje rompe un poco con la dualidad del original a la hora de plantearse su propia lealtad a la profecía de Peter Pan contada en la película.

Lo más interesantes es cómo han combinado la introducción de cambio con algunos elementos de la obra original. Por ejemplo, pese a situarse en un punto anterior del libro de Barrie, Wright ha introducido el cocodrilo gigante y las sirenas a las que dan vida un buen número de Cara Delevinge (y sí, he utilizado el plural) que aportan ese punto fantasioso que en pequeñas ocasiones ha sido sustituidos por una seriedad que, de lejos, PAN no tiene y que pone de manifiesto esa suerte de musical en el que Barbanegra canta a coro Smells Like Teen Spirit de Nirvana.

No obstante, De todos los cambios introducidos en el elenco principal, y pasando de puntillas por la destacable interpretación de Rooney Mara en el papel de Tiger Lily, destaca sobre todo el de un irreconocible, y repito, irreconocible Hugh Jackman. Este es quizás el más sobresaliente de todos dentro de sus líneas y marca sin duda el ritmo de la cinta a partir del segundo acto, con una suerte de musical de por medio. El único pero que le saco a este aparado es el de usar a Barbanegra como punto fundamental en la precuela para crear situaciones que no tendrán respuesta a preguntas en el futuro. Es decir, parte de los problemas planteados en la cinta, y con relación final con nuestro antagonista quedan diluido en final abierto demasiado pasteloso.

Todo esto funciona de una forma magistralmente refrescante y muy alejado de la idea preconcebida que mucho tenemos de Peter Pan. La puesta en escena y el apartado técnico está trabajado de maravilla, y el nuevo Neverland luce muy bien en la gran pantalla, aunque habrá que ver qué tal envejece. En general, para una narrativa tan pesada, se agradacen enormemente los cambios introducidos en PAN, y le aporta un cierto dinamismo atemporal a la historia que muchas veces se deja fuera, tanto en la forma de tratar los personajes como en en el desarrollo de la historia.

Quizás la mejor forma definir PAN es la intersección entre el cine clásico y moderno, una historia de fantasía y ficción sin pretensiones de que las, desgraciadamente, últimamente no abundan en las carteleras. La mezcla entre la seriedad de algunas de las épicas clásicas más conocidas junto con escenas de acción, edulcoradas con CGI, que funcionan muy bien para este tipo de películas y en este caso Wright ha sabido hacerlo bien. La cámara siempre en movimiento da algo más dinamismo a la película y el nuevo Neverland imaginado por el escriba aportan una serie de elementos a PAN que superan ampliamente a las muchas debilidades que tiene la película. Más que recomendable darle una oportunidad.

Conclusión

PAN es la re-imaginación del Peter Pan moderno pero que mantiene la mayoría de los elementos clásicos. Los cambios introducidos en parte de la historia original no gustarán a muchos pero sin duda aportan mucha frescura a una obra que quitando dos honrosas excepciones con la obra de Disney y Spielberg ha sido maltratada.

No es ningún imprescindible, pero lo cierto es que es una película muy recomendable para el público juvenil al que va dirigida y un buen ejemplo de combinación de elementos clásicos, animación por ordenador y ritmo. En general, el tratamiento de los personajes más que correcto aunque se echa de menos un poco más de seriedad en el tratamiento de la inocencia interrumpida que quizás Disney supo tratar mejor.

Sea como sea, en resultado es más que aceptable, y aunque está muy lejos de ser un imprescindible, es más que suficiente para darle una oportunidad.