¿Qué hace a una película ser inolvidable? Sin duda, ganar un Óscar a la mejor del año, es uno de los elementos que puede ayudar. Pero la sola estatuilla no representa garantía de que una obra cinematográfica podría ser recordada en el futuro. Además, se trata de su capacidad para ser emblemática y parte de los grandes sucesos de la cultura pop. De hecho, los galardones más importantes del mundo cinematográfico remarcan ese punto. Lo que equivale a decir, que un premio Óscar reconoce que una cinta pueda estar destinada a marcar un hito en el mundo del cine.

Tal vez por ese motivo, las diferentes ganadoras de cada edición, son una muestra de lo que está ocurriendo en todas las artes. El cine, con su capacidad de ser una caja de ecos de muchas otras disciplinas, no solo demuestra evoluciones de proceso culturales, además de puntos de vista sociales. Al mismo tiempo, deja constancia de lo que la cultura de masas puede ser como herencia. Lo que hace del mundo cinematográfico, una síntesis de lo que ocurre en las diferentes décadas y cómo se muestra en el arte.

Por ese motivo, te dejamos las películas más representativas que han ganado el Oscar desde sus comienzos. Un recorrido por la forma en que el séptimo arte es capaz de mostrar la evolución de la identidad cultural. De sucesos de taquilla, cintas que marcaron hitos en géneros distintos, hasta la mirada al futuro de lo que Hollywood puede ser. La lista es un repaso cuidadoso por los grandes largometrajes que han hecho época y sentado base para lo que vendrá después. Su mayor cualidad. 

Alas

Credit: Photograph: Ronald Grant Archive

En 1929, el Premio Oscar de la Academia, era una curiosidad limitada a la industria estadounidense que recién exploraba la extensión de su alcance. Tampoco había reglas claras de cómo otorgarlo. Por lo que la obra de William A. Wellman estrenada dos años antes, tuvo la oportunidad de competir. Y se volvió un éxito, tanto para los nacientes galardones, como para el prestigio de sus ganadores.

Alas, una historia de amor trágica que tenía por escenario la Primera Guerra Mundial, llevó al público un lado más humano del conflicto bélico. Y también convirtió en estrellas a Gary Cooper, Clara Bow y Charles “Buddy” Rogers. Su llegada a la pantalla grande fue un éxito total que la Academia reconoció en la primera edición de sus premios en 1929. 

Sucedió una noche

Clark Gable (1901 - 1960) and Claudette Colbert (1903 - 1996) in a publicity still for 'It Happened One Night', directed by Frank Capra, 1934. (Photo by Silver Screen Collection/Getty Images) Credit: Getty Images

En la década de 1930, ya el Oscar se encontraba establecido y tenía cierto prestigio. Por lo que, en 1935, la celebración de su entrega fue por todo lo alto. Y se galardonó al que director que se convertiría en centro de una desarrollo notable del lenguaje cinematográfico. 

Sucedió una noche fue la demostración de Frank Capra, que el cine podía ser algo más que un entretenimiento frívolo. Al mismo tiempo, podía convertirse en un vehículo para contar historias memorables sobre la naturaleza humana. Y claro, hacer reír. Además de Mejor Película, la cinta de Capra se llevó a casa el de Mejor Director, Actor, Actriz y Guion, la primera de unas cuantas escogidas en lograr semejante hazaña. 

Lo que el viento se llevó

GONE WITH THE WIND, Clark Gable, Vivien Leigh, 1939 Credit: Courtesy Everett Collection

Este clásico de Victor Fleming y que se llevó el Óscar a Mejor Película en 1940, ha envejecido mal y nadie lo duda. Pero más allá de los debates acerca de su contenido racista y misógino, una cosa está clara. La cinta se convirtió en el primer gran blockbuster de la historia cinematográfica. Además, de todo un suceso a nivel crítico y demostró las posibilidades de las herramientas visuales, para narrar una historia con tintes épicos. 

¿Una curiosidad? La noche de la entrega, fue el productor David O’Selznick quien recogió las estatuillas. Atrás quedaba un rodaje convertido en una pesadilla para actores y el equipo artesanal. Mucho más, una guerra campal entre diversos directores y la prominente figura hollywoodense, que quedó para la historia vergonzosa del cine. 

El puente sobre el río Kwai

THE BRIDGE ON THE RIVER KWAI, from left: Alec Guinness, William Holden, Jack Hawkins, 1957

Para finales de 1950, el reconocimiento de la Academia se había convertido en tarima para nuevos talentos y celebración de los más reconocidos. Por lo que la estatuilla comenzó a representar un mayor estatus, importancia y valor en el mundillo de Hollywood. Algo que permitió al director David Lean convertirse en una de las figuras más influyentes del séptimo arte. Eso, al llevar un drama bélico en una obra pesimista y brillante que causó sensación. Lo que la convirtió en la Mejor Película de 1958. 

Para ello, el director tomó el relato homónimo de Pierre Boulle acerca de la construcción del ferrocarril de Birmania de 1942 a 1943 y lo hizo una exploración de la naturaleza humana. Y por partida doble. Lean incluyó en su película a los guionistas Carl Foreman y Michael Wilson, parte de la tristemente lista negra de McCarthy. Algo que les permitió triunfar a lo grande, aunque no pudieron subir al escenario a recibir el premio. 

Ben-Hur

Premios Óscar

El gigantesco espectáculo cinematográfico de William Wyler, se convirtió en la gran triunfadora de los Premios Óscar en su edición del año 1960. Pero además de abrir una década, también dio una renovada importancia al cine histórico y al género de aventuras. 

El resultado fue un récord de once premios Oscar, que incluyeron de Mejor Película hasta Fotografía, gracias a las innovaciones visuales de Robert Surtees. ¿Un dato curioso? La marca de once premios, no sería igualada hasta la llegada de Titanic, de James Cameron, en 1997.

El padrino

La historia detrás de la mítica película es una de equívocos. Paramount compró la novela de Mario Puzo, con la intención de rodar una película genérica sobre la mafia. Por lo que contrató a Francis Ford Coppola, para dirigir una adaptación sin demasiadas ambiciones. Pero el director se lo tomó en serio y convirtió al relato de violencia y crueldad, en una obra de arte milimétrica que desconcertó a los ejecutivos. También, maravillaría a la crítica y al público.

Para la entrega del Óscar del año 1973, la cosa estaba más que clara. El experimento narrativo de Coppola estaba destinada a ser un clásico instantáneo. Algo que demostró al llevarse la estatuilla a Mejor Película de ese año. 

Gandhi

Premios Óscar

Este biopic sensible de la controversial figura india, fue la sensación del Premio de la Academia del año 1983. Eso, a pesar del debate por el hecho que Ben Kingsley no solo era indio — ni lo parecía demasiado — sino, además, ignorar algunos datos polémicos acerca de la figura histórica. En lugar de eso, el director Richard Attenborough convirtió al relato en un recorrido emotivo y casi idílico por la vida de un hombre casi santificado por las luchas. 

A pesar de las dudas y los comentarios alrededor de la cinta, esta se impuso como la mejor de esa edición de los Premios de la Academia. ¿Algo más extraño? Le ganó en competencia a la gran favorita sentimental de todos: E.T., el extraterrestre de Steven Spielberg, también en la lista de nominados. 

Titanic

Premios Óscar

En la edición del Oscar 1998, James Cameron se convirtió en el rey del mundo (cinematográfico) por varias razones en paralelo. Por un lado, su obsesión por el hundimiento del barco Titanic le llevó a filmar la película definitiva sobre el desastre. En ella, pudo expresar todo su conocimiento sobre el trágico suceso y a eso, añadir una versión en medio del género de desastres de Romeo y Julieta. 

Por otro lado, la cinta se convirtió en una obsesión mundial que la volvió la más taquillera de la historia. Por último, ganó once premios Oscar, rompiendo de forma directa el récord de Ben Hur, inamovible por décadas. En conjunto, todo lo anterior convirtió a Titanic en un suceso histórico. Tanto, como para que siga teniendo una legión de fanáticos incondicionales. 

Gladiator

Premios Óscar

El comienzo de la primera década del nuevo milenio, tuvo un curioso regreso al cine histórico. Lo que convirtió a Gladiator de Ridley Scott, no solo en la gran triunfadora de la edición de los Premios Óscar del año 2001. También, en un recordatorio que el género siga teniendo una buena cantidad de adeptos. 

La historia de Máximo Décimo Meridio (Russel Crowe) y su tragedia en medio de la Roma Imperial, conmovió a los críticos y al público. Pero también recordó el valor de las tramas emocionales, dentro de un contexto clásico. El resultado fue una historia que cautivó a una generación de amantes del cine y que, este año, tendrá una inesperada y tardía secuela. 

Argo

Premios Óscar
CIA agents Tony Mendez (Ben Affleck) and Jack O'Donnell (Bryan Cranston) plan a risky mission to save six Americans trapped in Iran. Credit: Warner Bros. Pictures

Esta película discreta, dirigida y protagonizada por Ben Affleck, sorprendió a la prensa especializada en el año 2013 y le valió un Óscar de la Academia a Mejor Película. Lo cual es mucho más memorable, al ser una crítica retorcida y semi burlona, de los manejos estadounidenses en terrenos en conflicto. 

Sobria, con un apartado visual que apostó a la sencillez, pero con un guion capaz de narrar varios escenarios problemáticos a la vez, la cinta es mucho más de lo que parece. Uno de los elementos, que le permitieron vencer y convertirse en parte de la historia del cine. 

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