La película El Padrino cumple este año cincuenta años de su estreno. Un evento que no sólo es propicio para celebrar su importancia, sino también su relevancia en la industria. Con su mezcla de cine de autor, violencia y un lenguaje visual y argumental depurado, el film sustentó un cambio de discurso en el cine. Durante la década de los 70, abrió las puertas a una concepción sobre las pequeñas historias de violencia que todavía sorprende por su pulcritud. Para Francis Ford Coppola se trató de un experimento afortunado. Para Paramount, una nueva vertiente del cine con un acento complejo sobre la oscuridad de los hombres.

Precursor de la violencia autoral cinematográfica, junto Martin Scorsese y David Mamet, la obra de Francis Ford Coppola es un hito. Se trata de una pieza compleja en la que se combinan varios géneros a la vez. También es toda una innovación sobre el discurso íntimo sobre la perversión y el mal moral. La película se convirtió junto a La Naranja Mecánica de Stanley Kubrick y Taxi Driver de Scorsese en una mirada inquietante sobre los horrores humanos. Después de varias décadas de exploración sobre lo maligno enfocado en lo sobrenatural y lo fantástico, el film de Coppola cambió al cine. Le brindó una nueva visión sobre la oscuridad y una percepción sobre lo criminal profundamente novedosa.

Pero además, El Padrino abrió la puerta a métodos de filmación por completo originales. Tanto, como para dejar una alargada sombra en el cine actual y pasar a formar parte de un largo anecdotario sorprendente. A propósito de su reestreno el 25 de febrero para celebrar sus cincuenta años, te dejamos diez curiosidades sobre el film. Pero en especial, un recorrido por todo lo que simbolizó y aún simboliza la visión de Coppola sobre la violencia en el cine. 

Una historia poderosa

El productor de Paramount Pictures Peter Bart se obsesionó con la novela El Padrino de Mario Puzo, incluso antes de que estuviera completa. El ejecutivo leyó un borrador de apenas veinte páginas y después contaría “que no pudo dejar de pensar en la historia”. El resultado del asombro fue que Bart adquirió los derechos cinematográficos incluso antes que el libro estuviera en imprenta. “Podía imaginar las grandes escenas” diría años más tarde. 

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Paramount

Los secretos inquietantes en la oscuridad

El que sería el productor de El Padrino, Albert S. Ruddy, tuvo que hacer verdaderos esfuerzos por encontrar financiación. Finalmente tomó una extraña decisión para hacerlo: hablar sobre los puntos inquietantes de la historia. Para convencer al ejecutivo Charles Bluhdorn le explicó que la producción era una “película aterradora y fría sobre las personas que amas”.

El Padrino, de la pantalla a la realidad

El rumor de que se filmaba una película de altos vuelos sobre el crimen organizado provocó una reacción inmediata. Hubo comentarios en Hollywood sobre la imposibilidad de que El Padrino llegara a buen término. Se habló también que Coppola podía estar tocando “espacios peligrosos” con la filmación. Pero quizás la reacción más asombrosa, fue la de Joe Colombo, parte de la llamada la Liga Ítalo-Americana de Derechos Civiles. 

No solo intentó una demanda civil, también amenazó con “incidentes” en la filmación. ¿El motivo de tanta preocupación? En realidad Colombo era parte del crimen organizado de Nueva York y le preocupó el nivel de “realismo” del guion. 

Y también hubo preocupaciones desde otros lugares distinto

Johnny Fontane, uno de los personajes de la película, es sospechosamente parecido a una figura de la vida real. De hecho, Frank Sinatra, cantante italiano con vínculos con la mafia real, terminó por enfurecerse por lo que parecía un reflejo de su vida. El malestar del actor comenzó con algunas cartas a la producción hasta una amenaza genuina de su “familia” criminal. 

En El Padrino, todos a la mesa

Ignorando la presión externa, Coppola comenzó a filmar El Padrino exigiendo al grupo de actores términos curiosos. En primer lugar, mientras se encontraran en el plató no podían dejar de actuar. Y mientras se filmaba, incluso en los momentos con las cámaras apagadas, debían seguir en personaje. De hecho, Coppola pedía que los ensayos y lecturas debían realizarse en medio de una cena familiar. Los actores tenían la posibilidad de improvisar y añadir líneas a sus parlamentos. 

El poder de Coppola

Para Coppola, que no fue la primera selección del estudio para dirigir, filmar El Padrino se convirtió en un reto. De hecho, se esforzó tanto y de tantas maneras distintas que incluso cambió el presupuesto asignado a la película. Paramount terminó por aceptar sus condiciones más extrañas. Desde viajes a Italia a la ambientación de época. De pronto, El Padrino dejó de ser “una pequeña película violenta”, como la llamó Robert Evans, para convertirse en una gran producción.

Los sacrificios frente a la cámara

Marlon Brando era mucho más joven que la descripción de Don Vito Corleone para El Padrino. De modo que Coppola hizo algunos cambios físicos en el actor con métodos prácticos. El director quería que el Vito de Brando fuera “una fuerza de la naturaleza” y pareciera “un bulldog”. De modo que obligó al actor a llenar sus mejillas de algodón en varias de las tomas principales. Después, también utilizaría una prótesis creada especialmente para ensanchar el rostro de Brando. La pieza se exhibe el Museo Americano de Cinematografía de Queens, Nueva York.

Una gran escena para la historia

La boda de Connie Corleone (Talia Shire) es una de las grandes escenas El Padrino. Y también de las que requirió mayor planeación y recursos. Hubo más de 350 extras en plató y se rodó durante cuatro días. El menú fue el de una boda real de 500 invitados y se adquirió en una agencia especializada en Nueva York. Todos los extras llevaron trajes alquilados en tiendas de boda de origen italiano. Y por si eso no fuera suficiente, la banda de la celebración tocó durante dos días enteros. 

Un punto de vista extraordinario

El director de fotografía Gordon Willis trabajó en la grabación con juegos de luces, gelatinas y revelado para crear un efecto específico. El experto deseaba que El Padrino tuviera el aspecto de un viejo album fotográfico Europeo. “Como el de una fotografía de periódico con los colores defectuosos”. Trabajo tanto y por tanto tiempo en el proceso, que terminó por crear una técnica propia de laboratorio. Desde la boda de Connie al colorido en tonos ocres de Sicilia, Willis logró brindar una estética inconfundible a película. 

Esa frase de El Padrino y más de una vez

En el libro la pronuncia Don Vito Corleone. Después, su hijo Santino y por último Michael. En el cine, la emblemática frase “voy a hacerle una oferta que no podrá rechazar” se escucha tanto en El Padrino como en El Padrino: Parte II.

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