El año 2023 ha sido un año de grandes películas. Tras unos años turbulentos debido a la pandemia del COVID-19, el cine recuperaba en buena medida la normalidad. Al final, debido a las huelgas de actores y guionistas de la segunda mitad de curso, volvían a llegar algunos retrasos dolorosos. Pero eso no ha evitado el estreno de filmes que se han convertido en históricos, ya sea por su calidad o por su intachable éxito comercial.

En 2023, han estrenado película algunos de los mayores maestros de la actualidad y también de siempre. Martin Scorsese, Christopher Nolan, Greta Gerwig, Hayao Miyazaki, Víctor Erice, Isabel Coixet, J.A. Bayona, David Fincher... A ellos se han sumado nombres no tan conocidos para el público general pero que también han dejado su huella. Así las cosas, estas han sido las mejores 12 películas del año. Cabe mencionar que las que quedan fuera del top 3 de la siguiente lista no siguen ningún orden concreto pues todas ellas merecen la misma atención.

1. Oppenheimer, de Christopher Nolan

'Oppenheimer', de Christopher Nolan // Críticas 'Barbie' y 'Oppenheimer'

El verano de 2023 se dividió entre la fiebre rosa y el poder de la bomba atómica. Christopher Nolan firmó uno de sus mejores trabajos con Oppenheimer, biopic sobre el padre de la terrible arma de destrucción masiva. Récords en taquilla, críticas extraordinariamente buenas, numerosos debates morales, un reparto en estado de gracia con un Robert Downey Jr. colosal... Y, sobre todo, la sensación de ser un filme que se recordará por mucho tiempo.

Nolan ha logrado superarse con una de sus cintas más redondas. Bajo la hipnotizante mirada de Cillian Murphy, desentraña primero el destino del mundo moderno cual Prometeo. Y después se lanza al barro con un intenso tercer acto sobre las consecuencias de los actos y la falta de ética y moral del ser humano, siempre deseoso de lavarse las manos y expiar culpas. Ya está dando que hablar en la temporada de premios, donde se está posicionando como una de las principales favoritas. Por todo ello, y dada su excelsa calidad sumada a su extraordinario recorrido comercial, es la cinta más importante de 2023.

2. Vidas pasadas, de Celine Song

El mejor clímax del año 2023 lleva la firma de Celine Song y se trata de un plano estático que se clava como un puñal. En Vidas pasadas, la cineasta expone una historia de reencuentro, de amor y de destino. La cinta habla sobre cómo las decisiones y circunstancias son las que determinan la vida. Una ópera prima espectacular en su humanismo que se hizo muy fuerte por las buenas críticas y, especialmente, gracias al boca a oreja del público. Tanto que está nominada en la mayoría de premios y certámenes.

La historia de Nora y Hae Sung resuena increíblemente familiar en el corazón de cualquier persona en cualquier parte del mundo. El filme es una carta abierta a todos aquellos amores que se quedaron por el camino, a aquellas historias que nunca fueron. A todos los “y si” que naufragaron en un mundo que no frena nunca. Sobria en sus formas, rebosa sentimiento en su agridulce fondo. Una película preciosa.

3. Spider-Man: cruzando el multiverso, de Joaquim Dos Santos, Justin K. Thompson y Kemp Powers

Era muy complicado alcanzar el listón de Spider-Man: Un nuevo universo. Pero en Sony Animations les van los retos y han cuajado una segunda entrega, otra vez, excepcional. Miles Morales es ahora mismo el superhéroe en mejor estado de forma en todo el cine. Su historia es a la vez tan ambiciosa como cercana. Porque esa es la magia de este arácnido. Le pasan cosas absolutamente imposibles, multiverso mediante. Pero sus problemas son los de un chico normal de su edad que quiere agarrar las riendas de su vida, forjar su propio destino y no defraudar a sus padres (ni a sí mismo).

Todo ello está narrado con un arte único materializado en su estilo de animación demencial. La mezcla entre el 2D y el 3D que implantaron en la primera cinta va un paso más allá. Cada personaje tiene su propio diseño y sello distintivo. Especialmente bellos son el de Spider-Gwen y el de Spider-Punk. Actualmente, Sony ha superado a una gigante como Disney en su propio terreno y, gracias a Spider-Man, se coloca a la vanguardia del formato. La espera para la tercera parte ya se está haciendo larga.


El chico y la garza, de Hayao Miyazaki

El chico y la garza

Hayao Miyazaki volvía de su enésimo retiro para firmar una última película que, otra vez, apunta a no ser su despedida definitiva. Diez años habían pasado desde su anterior largometraje. Con El chico y la garza, el maestro de la animación nipona recupera su magia y estilo inigualables. Una historia que habla sobre muchas cosas. En primer lugar, sobre la pérdida. Pero también sobre la memoria, sobre el paso a la madurez, sobre la importancia de vivir y aprovechar el instante. Es imposible no sentirse sobrepasado por ella. Y todo lo hace bajo ese prisma visual y narrativo tan icónico del cineasta, que compone un nuevo e hipnótico mundo de fantasía en le que perderse, evadirse y encontrarse.

Los asesinos de la luna, de Martin Scorsese

Los asesinos de la Luna películas

Tiene 81 años y más experiencia y trucos que nadie a la hora de dirigir. Martin Scorsese vuelve a tratar en Los asesinos de la luna el mismo tema que siempre le ha obsesionado. Cómo el ser humano es capaz de lo peor, de lo más sucio y rastrero, para dominar a otros. La violencia como mecanismo de poder. A través de la historia del genocidio Osage en la década de 1920, el neoyorkino deconstruye el sueño americano. Une a sus dos actores fetiche, Leonardo DiCaprio y Robert De Niro, aunque quien deja una actuación para el recuerdo es Lily Gladstone. Una obra monumental, cuidada al detalle, que no necesita de excesivo artificio para dejar mucho poso.

Anatomía de una caída, de Justine Triet

Este análisis de los prejuicios colectivos, se sustenta en los defectos y lugares oscuros de sus personajes. Por lo que la directora, Justine Triet, dedica una buena cantidad de tiempo a dejar claro que Sandra (Sandra Hüller) es una mujer llena de ellos. También, que podría haber matado a su marido Samuel (Samuel Theis) y ocultarlo bajo una apariencia impasible. La cinta se sostiene sobre las interpretaciones de los actos de los otros. De Sandra, que fuma, bebe y tiene una vida sexual desordenada. De Samuel, idealizado como una víctima impecable. La película juega con la idea de la culpabilidad con un argumento brillante y varias de las mejores escenas de tensión del año.

Barbie, de Greta Gerwig

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Greta Gerwig convirtió a la muñeca favorita de varias generaciones en un símbolo del feminismo y las luchas colectivas por la autorrealización. Eso, en medio de bailes coreográficos, un guion agudo, lleno de chistes acerca del rol femenino y masculino, además de un apartado visual de asombroso detalle. El resultado es una memorable comedia con un trasfondo más profundo de lo que podría suponerse a primera vista. También, un chiste ejemplarmente contado acerca del machismo y el desequilibrio de poder en el mundo contemporáneo. No en vano es la película más taquillera del año.

Poor Things, de Yorgos Lanthimos

Esta versión de Frankenstein convertida en símbolo de libertad personal y búsqueda del propósito, es una rareza de origen. Un experimento mezcla el cuerpo de una mujer con el cerebro — ¿quizás identidad? — de un feto. El resultado es una combinación delirante, de una niña/mujer que busca encontrar su lugar en la época que tocó vivir y liberarse de cualquier límite moral. El guion de Tony McNamara — adaptación de la novela homónima de Alasdair Gray — es tan raro como su premisa. Lo que le lleva a mostrar una Londres convertida en paisaje colorido y distorsionado. Después, un mundo victoriano con profusión de arquitectura retorcida. La cinta, un prodigio estético y de argumento, logra evitar perder el sentido de su premisa o hacerlo demasiado melodramático.

The Holdovers, de Alexander Payne

Paul (Paul Giamatti), es el profesor más exasperante y agrio de un elegante internado para chicos en Nueva Inglaterra, durante la década de 1970. También, el responsable de cuidar a los que, por alguna razón, deben permanecer en Navidad en la institución. Cuando uno de ellos se quede atrás en mitad de una nevada en Nochebuena, ambos comenzarán una lenta evolución hacia la redención. Alexander Payne transforma una historia de crecimiento en la película más entrañable del año. En especial, al explorar la soledad y la búsqueda del propósito. Todo eso con una puesta en escena sólida y un apartado visual que podría parecer anacrónico, de no ser una postal de nostalgia.

Monstruo, de Hirokazu Koreeda

El director, Hirokazu Koreeda, narra una historia que cierra y abre con una tragedia. También, que se cuenta a través de tres perspectivas distintas. Todas, confluye en un escenario ideal para profundizar acerca de las formas en que la verdad se manifiesta, pero mucho más, puede analizarse. El guion de Yuji Sakamoto, cuenta cómo Minato (Soya Kurokawa), un adolescente estudiante de quinto año, parece estar siendo acosado por un profesor. Su madre Saori (Sakura Ando), le pide explicaciones a Hori (Eita Nagayama), el maestro del niño. Pero lo que comienza por un aparente drama escolar, se convierte pronto en un argumento casi kafkiano en sus múltiples capas y reflexiones.

La Sociedad de la Nieve, de J.A. Bayona

José Antonio Bayona tomó el tristemente célebre relato del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en la cordillera de los Andes en 1972 y lo convirtió en una historia de supervivencia. Eso, alejándose del tono amarillista y escandaloso de otras películas y documentales, para concentrarse en los hombres que lucharon por sus vidas entre las montañas. La película La sociedad de la nieve, no evita los temas morbosos — y los muestra — pero pone su centro en el poder de la voluntad. Lo que convierte al argumento en un retrato de la fortaleza humana antes de una simple de género de desastres.

Cerrar los ojos, de Víctor Erice

Cerrar los ojos

Han tenido que pasar 30 años para que Víctor Erice estrene un nuevo largometraje. Su última película, El sol del membrillo, llegó en 1992. Desde entonces, salvo algunos trabajos menores en colaboración con otros artistas, el cineasta había dado pocas señales de vida. Pero la espera ha merecido la pena. Cerrar los ojos, nominada a 11 premios Goya y nombrada como la segunda mejor película de 2023 a nivel mundial por la prestigiosa Cahiers du Cinema, es una oda a lo mejor que puede ser el cine. Una propuesta que reflexiona sobre la amistad, sobre la memoria, sobre el paso del tiempo. Y, en última instancia, sobre el poder transformador del cine. Tiene uno de los finales más bellos que se han proyectado en todo el año.