Lo primero que deja claro la película Broker, de Hirokazu Koreeda, es que sus personajes son un grupo de inadaptados. Pero no solo por su comportamiento, discusiones o la inquietud con las que deben lidiar. También por su manera de comprender los vínculos que les unen, incluso en las circunstancias más disparatadas. 

El guion de Broker, que también escribe su director, es un prodigio de singular sensibilidad. Mucho más porque al final, el film reflexiona acerca de las decisiones que se toman y el amor en medio del sufrimiento. También acerca de la percepción acerca del bien y del mal, en medio de un escenario complicado que el argumento analiza con cuidado. 

Por supuesto, la trama de la película no es sencilla y Hirokazu Koreeda no pretende que lo sea. Las primeras secuencias son un retrato frío de un mundo hostil y el director no intenta disimular las aristas de esa exploración a la realidad. So-young (la cantante Lee Ji-Eun) está a punto de abandonar a su bebé recién nacido en una de las llamadas “cajas de bebés”. Se trata de un medio de permitir a las madres en la situación del personaje llevar a cabo un acto semejante fuera de las miradas indiscretas. 

También de asumir que para bien o para mal, la decisión es suya. La cámara sigue a la frágil silueta de la mujer y en el camino, deja claro un elemento que se repetirá a lo largo de la película. El mundo es un lugar para la supervivencia. Uno tan violento y descarnado, que de vez en cuando necesitarás ayuda para afrontarlo. 

Broker

Lo primero que deja claro la película Broker de Hirokazu Koreeda, es que sus personajes son un grupo de inadaptados. Pero no solo por su comportamiento, discusiones o la inquietud con las que deben lidiar. También por su manera de comprender los vínculos que les unen incluso en las circunstancias más disparatadas. El guion de Broker es un prodigio de singular sensibilidad. Mucho más porque al final, el film reflexiona acerca de las decisiones que se toman y el amor en medio del sufrimiento.

Puntuación: 4.5 de 5.

Un relato doloroso que se abre en dos extremos distintos

Uno de los puntos particulares de Broker es que todo el argumento evita, en la medida de lo posible, emitir juicios. Ya sea sobre lo que hace So-young — un acto de amor o piedad, según el personaje que lo interprete — o sus sorpresivos protectores. Sang-hyeon (Song Kang-ho) y Dong-soo (Gang Dong-won), roban los bebés abandonados para venderlos. 

Pero según uno y otro se tratan de un acto de piedad. “¿Quién compra un bebé si no desea darle una vida maravillosa?”, reflexiona el primero, con una crudeza angustiosa. Pero al final, Broker volverá al mismo punto una y otra vez. ¿Qué es la bondad y la maldad en un mundo lleno de decisiones equívocas y sufrimientos? 

El director lleva la premisa un poco más allá. So-young es algo más que una madre que abandona a su hijo. Es una mujer que da un paso atrás en una decisión que le sobrepasa. La decisión del realizador y guionista de negarse a convertir al personaje en una mártir o en una villana, es brillante. 

Pero además, engloba la premisa sobre todos los pequeños errores y dolores, que provoca el simple hecho de vivir. Broker es una película acerca de la percepción sobre la moral, sin embargo, también acerca de los sentimientos. Entre ambas cosas, el discurso sobre la noción de por qué se toman las grandes decisiones injustificables gravita sobre los personajes. 

En la búsqueda del sentido de la vida

Broker está llena de medias tintas y matices a las preguntas espirituales y filosóficas que plantea. Particularmente, cuando So- young decide acompañar a Sang-hyeon y Dong-soo, en la busca de un nuevo hogar para su bebé. ¿Se trata de un delito? ¿Un acto sin sentido? ¿Una decisión desesperada? En Broker todo parece ocurrir al mismo tiempo. 

Mientras el bebé llora en brazos de su madre — una despedida simbólica — los dos ladrones, reflexionan sobre el sentido de la vida. “Nacemos para buscar un hogar”, insiste Sang-hyeon con cierta filosofía dolorosa. Pero a la vez, deja claro que este trío improbable en un recorrido cuestionable es mucho más profundo de lo que podría suponerse. También, más humano y sensible de lo que parece a primera vista. 

Cuando el recorrido en busca de padres ideales comienza, este trío herido por el mundo, en busca de una esperanza amarga, encontrará un momento de redención. Sin duda, uno de los puntos más elaborados y bien construidos de Broker sea esa exploración sobre lo dual de la naturaleza humana. Sus matices y ambigüedades. La luz y la oscuridad que habita en cada ser humano capaz de tomar una decisión. ¿Qué es el bien y qué es el mal en medio del sufrimiento?

Broker no responde una pregunta semejante, pero deja claro que hay cientos de posibilidades que analizar para llegar a una conclusión. Esta aventura dolorosa, por momentos emotiva y en otros, brutal, profundiza en el ser humano y sus errores.

Pero al contrario de otras tantas historias, no quiere señalar o acusar. Solo quiere dejar claro que la vida está llena de un paisaje impredecible. Que va desde el llanto de un bebé hasta la mirada asombrada de un hombre al descubrir, su propia capacidad de hacer el bien. 

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