Entre 1984 y 1985, la historia de los cómics de superhéroes cambió para siempre. Su historia como género y la de las propias historias que componían las que siempre han sido sus dos principales sellos. Marvel y DC iniciaron casi a la vez en aquellos años los dos primeros mega-eventos que involucraban a la mayoría, si no todos, sus personales: Las Secret Wars de Marvel y Crisis en Tierras Infinitas en DC.
Aquellas enormes series limitadas (cuyos títulos e influencia se han dejado ver en la pantalla grande y pequeña, pero sin adaptarlas nunca) cambiaron para siempre ambos universos. Spider-man regresó por ejemplo de aquellas páginas con la primera señal del simbionte de Venom.
Sin embargo, es curioso que el nombre del primer gran evento de DC sea más apropiado para la situación de Marvel a día de hoy.
En septiembre pasado, un grupo de creativos de Marvel, incluido el jefe de estudio Kevin Feige, se reunieron en Palm Springs para la junta anual del estudio. En un año normal, el ambiente habría sido de confianza, e incluso arrogante, dada la forma en que la principal marca de superhéroes, propiedad de Disney desde 2009, ha remodelado la industria del entretenimiento a su imagen.
No es para menos. Marvel lleva una década situando al menos 2 de sus películas en el TOP-10 de las más taquilleras del año. Desde 2012, con The Avengers, cinco de sus películas han sido de hecho las que más han recaudado.
Pero ahora llevan 4 que no es así. Este curso será Barbie. Y ese no era ni mucho menos el mayor factor de preocupación que hubo en aquella reunión.
Marvel asoma una serie de crisis que no sabe muy bien cómo atajar. Algunas fortuitas y otras frutas quizá de la mala planificación.
- El éxito modesto en crítica y recepción de la Fase 5
- El escándalo por maltrato de Jonathan Majors, actor que estaba interpretando a Kang, el villano de esta fase
- Y las dudas, extensibles a todo Disney, sobre el traslado de su modelo de negocio de la gran pantalla a la pequeña y el streaming, donde ha puesto el foco en los últimos años
Seguramente el eco de todos estos problemas se haya concretado en la última semana, donde se han dado 3 muy malas noticias:
- The Marvels se confirma como el peor estreno de su historia
- Bob Iger, CEO de Disney ha reconocido públicamente la crisis de las películas de estudio
- Y Marvel ha retrasado todo su calendario de películas
Variety ha podido tener acceso a qué se trató en aquella reunión. Esta es una suerte de recopilación de las crisis y catastróficas desdichas que sufre la, hasta ahora, exitosa Marvel y las opciones que tiene encima de la mesa para atajarlas.
Majors y el futuro de Kang: ¿Buscando un nuevo villano sobre la marcha?
Por su puesto, el tema más apremiante que se discutió en la reunión fue qué hacer con Jonathan Majors, el actor que estaba destinado a liderar la próxima fase del Universo Cinematográfico de Marvel como villa, el heredero de Thanos, pero que en su lugar va camino de un juicio en Nueva York a finales de este mes por varios cargos de violencia doméstica.
El actor insiste en que es la víctima y que ha recibido una denuncia falsa, pero el daño a su reputación y la posibilidad de perder el caso han llevado a Marvel a reconsiderar sus planes de centrar la próxima fase de sus películas, siempre interconectadas y donde el personaje de Majors, Kang el Conquistador, tenía mucho que decir.
En la reunión en Palm Springs, los ejecutivos discutieron planes de contingencia, incluyendo la posibilidad de cambiar a otro antagonista mítico de los cómics, como el Doctor Doom.
Pero hacer cualquier cambio conlleva sus propios dolores de cabeza: Majors ya ha aparecido además de en Loki en Ant-Man and the Wasp: Quantumania en febrero y todo estaba sembrado para que fuera la estrella antagónica en una nueva película de Los Vengadores en 2026.
Además de la mala prensa para Majors, los directivos de Marvel también están lidiando con el estreno actual de The Marvels, que se sabe que ha contado con muchos rerrodajes y que ahora parece probable que decepcione en taquilla.
Tras tocar la cima… ¿Marvel afronta su caída?
Todo esto se da para una marca, un estudio y unos personajes que han disfrutado de una casi ininterrumpida serie de éxitos desde que comenzó a producir independientemente sus películas con Iron Man en 2008 y después con la compra de Disney.
Una carrera enormemente rentable culminó en el éxito de los 2.800 millones de dólares de recaudación de Avengers: Endgame en 2019, la película más taquillera de la historia y la guinda de un estudio que ha recaudado cerca de 30.000 millones con 32 películas. Marvel es sinónimo de éxito en el cine actual, para bien o para mal.
Pero, por supuesto replicar ese tipo de fenómeno no es fácil. Y más con una nueva generación de personajes que ya no cuentan con la ligazón de los cómics tan presente para muchos.
El éxito de Marvel desde 2008 en gran medida se achaca a que se ha convertido en algo generacional. Lectores de cómics de los 80 y 90 que fueron al cine, les gustó e inculcaron esa afición a sus hijos. Pero ahora esas nuevas generaciones deben arraigar es consumo de series y películas casi a nivel industrial. Y ahí parece que algo está fallando.
La apuesta por Disney Plus: ¿Una jaula de oro para Marvel?
Si tuviéramos que poner una fecha, la fuente de los problemas actuales de Marvel se remonta a 2020. La pandemia de COVID impulsó e impuso la necesidad de explotar Disney Plus a toda costa. Llegó el estreno en streaming de Black Widow, y parece que pese a las muchas pruebas, ni Marvel ni Disney han conseguido encontrar un umbral de rentabilidad tan bueno en el streaming como el que tenía en las salas.
Según el plan de Marvel, nunca habría una falta de superhéroes, con una película en cines o una nueva serie de televisión transmitiéndose en cualquier momento dado. ¿Nadie podía pensar que quizá pudiera darse algo de sobresaturación y fatiga al espectador?
Es posible que la necesidad de tejer una trama interconectada a lo largo de tantos programas, películas y plataformas diferentes creara una narrativa confusa que desconcertó a los espectadores.
También son evidentes ciertos signos de atropello en el calendario que se han marcado, como el hecho de los retrasos de The Marvels o los cambios en su calendario.
Especialistas en CGI trabajando 14 horas diarias
En febrero pasado, cuando se estrenó Quantumania, hubo críticas por el bajo nivel de los efectos visuales en algunas escenas. Especialmente, las relacionadas con la nueva versión de M.O.D.O.K.
"Hubo al menos 10 escenas en las que los efectos visuales se añadieron en el último minuto y estaban fuera de foco", contó a Variety un veterano de la industria presente en el estreno.
Luego supinos el origen. Hartos de jornadas de trabajo de 14 horas sin horas extras, los trabajadores de VFX de Marvel votaron por unanimidad para sindicalizarse en septiembre, lo que desencadenó una tendencia en toda la industria.
"El año 2023 fue la gota que colmó el vaso", dijo Anna George, ex asistente de coordinación de VFX de Marvel Studios al comparecer ante el Congreso de EE.UU. para testificar sobre los plazos y las condiciones de trabajo insostenibles del estudio. "El salario y las largas horas en Marvel fueron la razón por la que tuvimos que comenzar nuestro proceso de sindicalización allí. Las condiciones eran completamente insostenibles".
Un mes después del desastroso estreno de Quantumania, la guillotina cayó sobre Victoria Alonso, quien supervisaba la producción, postproducción, VFX y animación del estudio. Aunque la razón citada para su despido repentino fue su papel no autorizado como productora ejecutiva en la película nominada al Oscar Argentina 1985, pronto se supo que no era la única razón.
El tapón en efectos visuales se había hecho ya evidente, con algunos efectos finales para series de Disney+ como WandaVision y She-Hulk: Attorney at Law insertados después de su debut en streaming ante las críticas.
Muchos costes, y ahora menos ingresos
Las películas de Marvel han resultado ser en su mayoría productos perfectos a nivel económico, devolviendo muchas veces por 4 su inversión, sin contar la venta de merchandising o el acceso a parques de atracciones de Disney.
Pero las series parecen no serlo tanto.
Por ejemplo, un solo episodio de She-Hulk cuesta unos 25 millones de dólares, superando el presupuesto de un episodio de la última temporada de Game of Thrones, pero sin un impacto desde luego similar.
La solución: ¿Un regreso de Los Vengadores originales?
Algunas fuentes ya indican una solución drástica que está empezando a hablarse: traer de vuelta a Los Vengadores originales.
Eso incluiría revivir a Iron Man de Robert Downey Jr. y la Black Widow de Scarlett Johansson. No sería barato, pero quizá sería una especie de deux ex machina en la que, como muchas veces en los cómics, algunos personajes revivieran y Kang desapareciera sin apenas explicaciones mayores.
También está encima de la mesa la opción de rehacer el casting para Kang y dejar a un lado a Majors, como Feige lo hizo cuando reemplazó a Terrence Howard en Iron Man 2 con Don Cheadle. De hecho, Marvel no tiene miedo de cambiar de rumbo, incluso después de hacer anuncios llamativos.
Esperando a los X-Men y a Los 4 Fantásticos
La clave para revitalizar Marvel podría estar en el arsenal de superhéroes que Disney adquirió durante su compra de 21st Century Fox en 2019. Ese trato trajo varios héroes de primera línea, justo los que ahora faltan, como los X-Men y los Cuatro Fantásticos, de nuevo bajo el control del estudio.
Los fans ya están entusiasmados con la próxima Deadpool 3, que une al mercenario bocazas de Ryan Reynolds con Wolverine o Lobezno de Hugh Jackman, y el reinicio de Los 4 fantásticos programado para 2025.
Es complicado imaginar a Marvel caer todavía, pero desde luego se puede decir que su punto actual se asemeja mucho a la definición clásica de crisis: un momento crucial que obliga a tomar decisiones, y que no necesariamente debe llevar a un punto peor.