Una nueva investigación asegura que más del 80% de la población del planeta sintió en carne propia el calor de julio, que lleva el récord del mes más caluroso hasta ahora. Lo decimos de otra forma: cuatro de cada cinco personas viven en una ciudad en donde la temperatura promedio de julio se vio alterada, al menos un día, por los efectos del cambio climático.

Cuando dicen que julio fue el mes más caluroso, hacen referencia a la temperatura promedio de toda la Tierra. Pero las personas no podemos sentir este registro. En cambio, sí podemos experimentar el impacto del cambio climático a través de las variaciones en las temperaturas diarias y los patrones climáticos de los lugares en los que vivimos. Y eso fue lo que midió Climate Central, una organización sin fines de lucro creada por científicos y periodistas.

Los investigadores analizaron la data de 4.711 ciudades, de 200 países de todo el mundo. Y descubrieron que el cambio climático pasó factura en 4.019 de estas ciudades. El impacto alcanza a 6 mil 500 millones de personas. El nuevo estudio asegura que la quema de carbón, petróleo y gas natural provocó que fuera tres veces más probable que hiciera más calor en al menos un día en estas regiones.

Todo fue peor en el trópico, cerca del ecuador. En esta región, al menos 2 mil millones de personas —una cuarta parte de la población del planeta— sintieron una influencia muy fuerte del cambio climático durante todos los días de julio. Por ejemplo, dice el reporte, los niveles de calor vividos en el sur de Estados Unidos, México, América Central y el Caribe habrían sido extremadamente improbables sin la emergencia climática causada por el hombre.

¿Cómo se mide el impacto del cambio climático en estas temperaturas?

El día más caluroso a nivel mundial fue el pasado 7 de julio. Pero el efecto de cambio climático se sintió en más lugares el 10 de julio, apunta el informe de Climate Central. La organización estima que alrededor de 3 mil 500 millones de personas experimentaron un calor atípico durante esa jornada.

Climate Central es categórico: estas alteraciones en la temperatura tienen que ver con el cambio climático. Es decir, son consecuencia de la actividad humana. ¿Y cómo esto? La organización desarrolló hace un año una herramienta de medición llamada Índice de Cambio Climático.

Este indicador calcula el efecto —en caso de que lo haya— del cambio climático en las temperaturas en todo el mundo en tiempo real. Utiliza observaciones y simulaciones por computadora de científicos de Estados Unidos y Europa.

Para determinar si hay un efecto, los científicos comparan las temperaturas registradas actualmente con un mundo simulado sin calentamiento por el cambio climático. Este planeta recreado es 1,2 grados °C más frío —se calcula que 1.2° es lo que se ha calentado el planeta desde la Revolución Industrial—. De esta forma, determinan las posibilidades de que el calor que estamos sintiendo es o no natural.

Este índice aplica una escala de cinco puntos para indicar cuánto más probable o frecuente se han vuelto las temperaturas diarias por culpa del cambio climático.

¿La nueva normalidad?

El estudio de Climate Central todavía no ha sido revisado por pares, algo fundamental para la credibilidad en el mundo científico. Dos climatólogos externos consultados por Associated Press (AP) consideraron que el estudio era creíble. La organización utiliza métodos de «huellas dactilares climáticas» que utilizan otros grupos reconocidos y que la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos considera técnicamente válidos.

«Realmente estamos experimentando el cambio climático en casi todas partes», dijo Andrew Pershing, vicepresidente de ciencia de Climate Central, al medio citado. Algo que poco a poco se está convirtiendo en la nueva normalidad.

El hemisferio sur está en pleno invierno en esta época del año. Sin embargo, ciudades en Chile y Argentina están viviendo picos de calor extraños. Buenos Aires, solo por citar un ejemplo, registró este martes 30 °C, el día de agosto más caluroso del que se tenga registro. Para este mes del año, el termómetro suele variar entre los 10 y 16 °C en la capital argentina.

«A estas alturas, todos deberíamos estar acostumbrados a que las olas de calor individuales estén conectadas con el calentamiento global», comentó Gabriel Vecchi, climatólogo de la Universidad de Princeton que no formó parte del estudio. El mes de julio, agregó el científico, «le ha dado a la gran mayoría de las personas en este planeta una muestra del impacto del calentamiento global en el calor extremo».

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: