Elon Musk por fin se ha pronunciado sobre su renuncia como CEO de Twitter. Y, para sorpresa de nadie, ha sido de la forma más "Elon" posible. "¡Renunciaré como CEO en cuanto encuentre a alguien lo suficientemente tonto para aceptar el trabajo!", aseguró el magnate en un tweet. "Después de eso, solo llevaré los equipos de software y servidores", continuó.
Liderar el equipo de software de una empresa como Twitter equivale, en realidad, a tener el control de su rumbo. Musk, además, es el propietario de la compañía, por lo que tiene influencia sobre la misma incluso si no ostenta un cargo ejecutivo. En otras palabras: no importa si Elon Musk renuncia o no como CEO. De una forma u otra, va a seguir siendo el director de la orquesta. Ciertas decisiones o responsabilidades quizá dejen de estar en su mano, pero seguirá siendo él quien defina el futuro de la red social.
Elon Musk, protagonista de las polémicas en Twitter durante las últimas semanas
La encuesta publicada por Elon Musk –en la que consultó si debía renunciar como CEO de Twitter– ha sido la guinda de un pastel compuesto por múltiples polémicas, todas acumuladas durante las últimas semanas. Entre ellas:
- Despidos masivos poco después de tomar las riendas-
- Ofrecer las insignias de verificación a quienes paguen la suscripción a Twitter Blue –lo que ocasionó suplantaciones de identidades de empresas o celebridades–.
- Suspender bots que publicaban la ubicación de su avión privado –pese a decir en el pasado que no lo haría, como muestra de su defensa de la libertad de expresión–.
- Prohibir el enlazado a perfiles en otras redes sociales –e incluso suspender cuentas por ello, como el caso de Taylor Lorenz, antes incluso de implementar dicha condición en los términos de uso–.
Tras esta montaña rusa, Elon Musk consultó a sus seguidores si debía seguir liderando la compañía. Y la encuesta, según especificaba, sería vinculante. El resultado fue claro: el 57% de los 17 millones de participantes votaron a favor de su renuncia como CEO de Twitter.
En paralelo, la acción de Tesla continúa cayendo en bolsa pese al buen desempeño de la compañía en términos económicos. Los accionistas temen que Elon Musk no sea capaz de compaginar sus labores en Twitter con las de Tesla –así como el resto de compañías– sin que el fabricante de automóviles se resienta.