Las riendas de una de las empresas más grandes del mundo cambiaron el pasado 5 de julio. Jeff Bezos abandonaba su puesto como Director Ejecutivo de Amazon tras 27 años con el plan a medio plazo de viajar al espacio el próximo 20 de julio y, a largo, de centrarse en Blue Origin, su empresa espacial, y actividades filantrópicas. A los mandos de la mayor empresa de comercio electrónico del mundo dejaba al que muchos consideran su heredero natural, Andy Jassy, el hombre que había hecho fuerte la división de Amazon Web Services en los últimos años.
Un relevo seguramente sosegado tanto visto desde fuera como desde dentro, que ahonda aún más en la nueva etapa de relevo de fundadores que las Big Tech han afrontado en los últimos años. De las denominadas GAFAM, solo Zuckerberg (también el más joven) sigue al mando de la compañía que fundó.
Jassy, de 53 años, ha sido un fiel lugarteniente de Bezos desde que entrara en la empresa en 1997, solo tres años después de que Bezos fundara lo que un inicio iba a ser una librería online en Seattle.
Dirigir Amazon, con más de 1,3 millones de empleados en todo el mundo y 386.000 millones de dólares de ingresos en 2020, no es desde luego un trabajo cualquier. Y más cuando Amazon se ha enfrentado seguramente por primera vez en toda su historia al escrutinio público por sus políticas laborales en los últimos tiempos, algo a lo que se suma el reto de las investigaciones por abuso de posición dominante y el reto de seguir manteniendo la ventaja actual sobre sus competidores. El negocio está en auge, pero también el escrutinio, ya que la empresa se enfrenta a una serie de obstáculos normativos y esfuerzos de sindicalización que pondrían a prueba el temple de cualquier director general.
¿Pero qué retos concretos tiene Jassy a corto y medio plazo al frente de Amazon? Desde luego, no son pocos.
Investigaciones sobre monopolio y abuso de posición dominante
Amazon es unas de las grandes tecnológicas que tiene procesos abiertos en el Congreso y la Comisión Federal de Comercio de Estados que se irán resolviendo en los próximos meses. No es un tema en el que Amazon se sienta seguro de tener todas consigo, ya que se gastó casi 19 millones de dólares en financiar grupos de presión el año pasado, solo por detrás de Facebook, según un análisis de Public Citizen, un grupo de vigilancia que rastrea el gasto en política y lobbies.
Entre los proyectos de ley para atar en corto el monpolio que se están desarrollando en la cámara de representantes estadounidense, hay uno que restringiría a empresas como Amazon la posibilidad de competir con otros vendedores en su propio mercado. Esto significaría que Amazon no podría vender su propia marca de Amazon Basics en Amazon siempre que compita directamente con otros productos que allí se venden. Por ejemplo, Amazon no podría vender herramientas de su marca Basic si hay otros proveedores con productos similares, o que Apple no podría vender sus propias aplicaciones en la App Store si hay de terceros con el mismo fin.
Dejando a un lado la complicación de que una norma así salga adelante, o el debate sobre si tendría realmente sentido, Brian Huseman, vicepresidente de políticas públicas de Amazon, ha sido la voz de Amazon en defensa ante estas posibilidades regulatorias, que también amenazas desde el lado de la Unión Europea. “Más de medio millón de pequeñas y medianas empresas estadounidenses se ganan la vida a través del mercado de Amazon, y sin acceso a los clientes de Amazon, será mucho más difícil para estos vendedores de terceros dar a conocer su negocio y obtener unos ingresos comparables”, dijo.
Jassy tiene cierta experiencia en el trabajo con agencias gubernamentales, ya que Amazon Web Services se convirtió en un destacado contratista militar y gubernamental, pero la política antimonopolio es probablemente un terreno nuevo.
Sobre el monopolio, Jassy deberá lidiar también con la revisión de la propuesta de adquisición de MGM para impulsar su servicio de Amazon Prime Video.
El (enorme) reto laboral de Amazon
Jassy también tendrá que lidiar con otorgar buenas condiciones a la inmensa mano de obra que impulsa y sustenta su imperio de comercio electrónico y que ha atraído las críticas en los últimos tiempos. Los trabajadores de Amazon en Estados Unidos de momento no han conseguido sacar adelante una unión sindical fuerte, pero el peso público sobre sus condiciones laboral -también en otros países como España- cada vez es más evidente.
Bajo la dirección de Bezos, Amazon luchó agresivamente contra la sindicalización durante casi una década. La empresa se opuso con éxito a un importante esfuerzo de los trabajadores de sus centros en Bessemer, Alabama, crearan su propio sindicato este año, contratando a empresas externas para que le ayudaran a sofocar la campaña sindical. El resultado de la votación, que dijo que no a la unión de los empleados, no obstante, está siendo impugnado.
Hace unos meses, una investigación aseguraba que los repartidores de Amazon llegaban a orinar en botellas para no perder tiempo y así cumplir con los estándares que se le piden. Y ese es solo seguramente el caso más llamativo.
Bezos se despidió en su última carta a los accionistas que Amazon tenía el reto de convertirse “en el mejor empleador del mundo”, un reto que ha pasado a Jassy directamente.
Los trabajadores llevan mucho tiempo denunciando unas condiciones laborales extenuantes e inseguras en los almacenes de Amazon, donde la tasa de rotación de los empleados es de aproximadamente el 150%.
Las demandas por plagiar los productos de sus propios clientes
Jassy también tendrá que lidiar con los vendedores descontentos en su marketplace, donde la compañía ha sido acusada de extraer datos de los vendedores de terceros en su plataforma, que luego utiliza para hacer sus propias versiones de los mismos productos bajo la línea Basic.
Las marcas propias de Amazon representan todavía una parte muy pequeña, alrededor del 1% de las ventas, pero su potencial parece increíble para la propia empresa, que puede ganar mucho más dinero vendiendo sus propios productos en una gama que no ha dejado de crecer en variedad.
Relacionado con esto también está el reto de controlar las reseñas falsas en Amazon, que parecen desbocadas. Dharmesh Mehta, vicepresidente de confianza de los clientes de Amazon, dijo en un comunicado que la empresa eliminó más de 200 millones de reseñas supuestamente falsas el año pasado y que se toma en serio su “responsabilidad de controlar y hacer cumplir nuestras políticas.”
AWS y la competencia en la nube de Microsoft
El niño bonito de Jassy, AWS, sigue siendo la división más rentable de Amazon y también la dominante entre su competencia, pero tiene muchos perseguidores.
Según el último análisis de la firma de investigación Canalys, el 33% del gasto en la nube en el cuarto trimestre de 2020 fue para Amazon. Pero Microsoft vio crecer su cuota de mercado hasta el 20% del gasto en el trimestre y registra un impresionante crecimiento del 50% año tras año para su nube Azure. Google Cloud está en un lejano tercer lugar en términos de cuota de mercado, y sigue mostrando fuertes pérdidas a pesar de su crecimiento.
El gran reto de Jassy será mantener el dominio y la rentabilidad de AWS, que alimentan la inversión en el resto del imperio de Amazon.
Y no hay que olvidar que Bezos seguirá siendo el jefe en Amazon, aunque sea desde el espacio
El hecho de que Bezos no sea consejero delegado no significa que vaya a desaparecer por completo de Amazon. Bezos no es CEO ahora, pero sigue siendo uno de los principales accionistas de Amazon y, aunque ha vendido parte de sus acciones en los últimos meses, su inmensa riqueza sigue ligada al rendimiento de la compañía que fundó. Esto es, quizá el gran reto de Jassy, sea pasar a ser el gerente de una empresa que tiene un dueño claro y que ha crecido con esta disposición.