La semana pasada Amazon anunciaba uno de los cambios más importantes de su historia.
Jeff Bezos, su CEO y fundador, anunciaba que dejaba de dirigir la empresa que creó hace más de 20 años para centrarse en sus proyectos espaciales y filantrópicos.
Como su sucesor se elevó al cargo a Andy Jassy, hasta ahora director de la parte de negocio Cloud de la compañía, Amazon Web Services (AWS). La elección de Jassy se veía como algo esperado, definido como un ‘segundo Bezos’ que puede mantener al gigante en su posición de dominancia.
Porque sí, al dar un relevo a su fundador Amazon ha marcado uno de los hitos de su historia (Bezos era el único fundador junto con Zuckerberg que quedaba al frente de las mayores Big-Tech), pero seguramente el cambio no sea trascendental por la buena marcha de la empresa. Amazon había anunciado justo momentos antes de la despedida unos resultados de récord en 2020.
Sin embargo, la elección de Jassy también es un forma de reconocer el trabajo que ha llevado a cabo de AWS, la pata de servicios en la nube que se ha convertido ya en el negocio más rentable de Amazon. En otras palabras, todos conocemos a Amazon por su tienda online y su marketplace, pero su vía de ingresos más eficiente -y parece que aún más a futuro-, es toda su infraestructura en la nube.
AWS: el negocio más rentable de Amazon
Un par de gráficos son suficientes para ver cómo AWS ha ido evolucionando en los últimos años hasta convertirse en la niña bonita de las cuentas del gigante del e-commerce.
Las ventas de Amazon entre todos sus servicios se dispararon un 38% en 2020, para alcanzar los 386.100 millones de dólares de ingresos anuales. De ellos, un 12% procedían de AWS, el mayor ingreso tras todo el retail, que Amazon lo divide entre su tienda online como tal y las comisiones que cobra a vendedores externos en Amazon.
Si vemos, AWS no ha aumentado su peso en gran medida en los últimos años, pero sí que ha conseguido crecer al ritmo de la compañía -a pesar de que últimamente el crecimiento de sus ingresos se ha ralentizado tras crecer exponencialmente-. Y, lo que es más importante, se ha convertido con diferencia en la división de la empresa más rentable.
La diferencia entre gastos e ingresos con otros negocios de Amazon como la propia venta online son abismales. AWS, que presta servicio multitud de plataformas, usuarios, webs y empresas como Dropbox o FourSquare es hoy una máquina de rentabilidad. El mejor negocio de Amazon, en definitiva.
Amazon Web Services: líder del negocio Cloud
La rama de productos en la nube de Amazon arrancó en 2006. Una historia menor que la de Microsoft Azure o Google y que sin embargo le ha valido para posicionarse como líder de este segmento.
AWS controla hoy más de 30% de la cuota de mercado en la nube, a bastante distancia de Azure y más aún de Google Cloud o IBM u Oracle, las antiguas gigantes y pioneras del sector que no han sabido reconvertirse en un sector que requiere constante actualización.
La rentable división de Amazon ofrece servidores, almacenamiento, redes, informática remota, correo electrónico, desarrollo móvil y seguridad. Pero s queremos entender su estructura, AWS puede dividirse en tres productos principales: EC2, el servicio de computación en la nube de Amazon, Glacier, un servicio de almacenamiento de bajo coste, y S3, el sistema de almacenamiento de Amazon.
AWS tiene 76 zonas de disponibilidad en las que se encuentran sus servidores. Estas regiones de servicio se dividen para permitir a los usuarios establecer límites geográficos en sus servicios (si así lo desean), pero también para proporcionar seguridad mediante la diversificación de las ubicaciones físicas en las que se encuentran los datos. En total, AWS abarca 245 países y territorios.
Bezos ya veía la rentabilidad de la nube
Jeff Bezos ha comparado en alguna ocasión Amazon Web Services con las empresas de servicios públicos de principios del siglo XX. Hace cien años, una fábrica que necesitaba electricidad construía su propia central eléctrica pero, una vez que las fábricas pudieron comprar la electricidad a una empresa pública, la necesidad de las costosas centrales eléctricas privadas disminuyó. AWS está tratando de alejar a las empresas de la tecnología informática física y llevarlas a la nube.
Tradicionalmente, las empresas que buscaban grandes cantidades de almacenamiento tenían que construir físicamente un espacio de almacenamiento y mantenerlo con sus propios servidores. Almacenar en la nube podría significar la firma de un costoso contrato por una gran cantidad de espacio de almacenamiento en el que la empresa podría "crecer". Construir o comprar un espacio de almacenamiento demasiado pequeño podría ser desastroso si el negocio despega y caro si no lo hace.
Lo mismo ocurre con la potencia informática. Las empresas que experimentan un aumento de tráfico tradicionalmente acaban comprando mucha potencia para mantener su negocio durante las horas punta. En las épocas de menor actividad la potencia informática queda sin utilizar, pero sigue costando dinero a la empresa.
Con AWS -y otras servicios en la nube-, las empresas pagan por lo que utilizan. No hay costes iniciales para construir un sistema de almacenamiento y no es necesario estimar el uso. Los clientes de AWS utilizan lo que necesitan y sus costes se escalan automáticamente y en consecuencia de forma más eficiente.
Todo ello hace que AWS sea a día de hoy la división más rentable de Amazon, y quién sabe si en un futuro la más importante. El cambio de CEO hacia Andy Jassy es desde luego toda una declaración de intenciones.