El 8 de marzo de 2016, un hombre le bajó la ropa interior a la periodista Andrea Noel en la Ciudad de México y salió corriendo. Lejos de quedarse de brazos cruzados, Noel pidió las grabaciones de seguridad de los edificios que se encontraban al lado del lugar de la agresión y publicó en redes sociales el vídeo para identificar al culpable. Muchos usuarios en redes apoyaron a la periodista pero, por desgracia, este caso también sacó lo peor de cada persona. Algunas la llamaron "puta" por el hecho de llevar falda pero lo peor llegó cuando la periodista se convirtió en víctima de acoso digital. Insultos, amenazas de muerte y hasta acoso en su domicilio fue suficiente para que tuviera que abandonar el país.
Por desgracia, Andrea Noel no ha sido la única. En México, más de 9 millones de mujeres mayores de 12 años han sido acosadas digitalmente, de acuerdo con el Módulo sobre Ciberacoso 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Las amenazas de muerte, la suplantación de identidad y mensajes discriminatorios son algunas de las prácticas que se utilizan para acosar a las mujeres, siendo las más comunes el spam o virus, el envío de contenido multimedia o las llamadas telefónicas.
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Las defensoras de los derechos humanos y las periodistas son los colectivos más afectados por el acoso digital, según el informe La violencia en línea contra las mujeres en México, realizado por el colectivo Luchadoras. Y este tipo de violencia no hace más que aumentar.
A pesar de detectar la problemática y explicarla, el colectivo puso de relieve que los datos del INEGI son de 2015 y que estos son los últimos disponibles. Por ello, es difícil saber si esta cifra ha ido en aumento. "Esas cifras no son una información que constantemente esté recogiendo el INEGI como el instituto oficial para hacerlo. No es algo constante, eso fue un módulo que realizaron. Creemos que la cifra puede ser mayor, aunque no tenemos aún número real porque existen ciertos sesgo en la información porque no es un ejercicio constante", apuntó Anaiz Zamora, integrante de Luchadoras.
En entrevista con Hipertextual, Zamora alertó de la gravedad de esta situación, la cual podría ser especialmente peligrosa en México. Si tomamos como ejemplo que el índice de feminicidios en el país es más alto que en otros países, explica, y si además pensamos que las plataformas son un espacio donde se trasladan estas violencias, podríamos pensar que en México pueden haber cifras más altas de acoso digital que las reportadas por INEGI.
Como ejemplo, la integrante de Luchadoras recordó el caso de Karla Souza, la actriz que afirmó haber sido violada por un director de cine mexicano en los inicios de su carrera. En este caso, Souza recibió mensajes de apoyo, pero también muchas críticas por haber alzado la voz.
Pero Souza no ha sido la única en ser víctima de estas opiniones después de romper su silencio.
El hashtag que desencadenó todo
En mayo de 2017, una joven fue asesinada en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La gente pedía respuestas sobre quien pudo cometer homicidio y con qué objetivo, aunque las autoridades se limitaron a decir que la estudiante había estado "drogándose y alcoholizándose" y que vivía "en concubinato con su novio".
Este argumento fue utilizado para explicar el asesinato, como si estos aspectos hubieran sido el motivo para dejar a la mujer sin vida. La polémica trascendió a Twitter, donde muchas mexicanas formaron parte de la campaña #SiMeMatan, en la que mostraban aspectos de su vida que podrían haber explicado su asesinato según las declaraciones de las autoridades.
Los tatuajes, la forma de vida o el simple hecho de ser mujer fueron algunas de las contiendas que utilizaron las mujeres para poner de relieve una situación que, por desgracia, va mucho más allá de este caso en concreto.
La historia detrás de la movilización Nosotras Paramos
Daniela es una de las chicas que participó en el movimiento y en las diversas marchas que han tenido lugar en la Ciudad de México, como la que se celebró con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género, el 25 de noviembre, o la manifestación por el Día de la Mujer en 2017. Este año, quiere acudir de nuevo al evento pero, a diferencia de la marcha anterior, carga a sus espaldas con el miedo y la incertidumbre tras haber sido víctima de acoso digital. Daniela prefiere no revelar su nombre completo ni su cuenta en redes sociales por miedo a próximas represalias.
"Después de tuitear con el hashtag de #SiMeMatan, empecé a recibir mensajes con amenazas, me empezaron a llamar 'puta' e 'hija de tu pinche madre'. Pensé que se habían equivocado o que era un loco, pero cuando se empezó a repetir me entró el miedo".
Las amenazas provenían de dos cuentas, las cuáles fueron eliminadas, aunque eso fue solo el principio. Semanas después de los primeros mensajes, Daniela recibió una amenaza más fuerte: un chico, sin fotografía de perfil en su cuenta de Twitter, le dijo que sabía dónde vivía y que si se atrevía a seguir publicando comentarios "feministas" o denunciaba, tendría consecuencias.
No sabía qué hacer, me quedé paralizada. Nunca dije nada a mi familia, pero a mis amigas sí y durante una temporada me acompañaban hasta la puerta de mi casa todas las noches.
Con el tiempo, los mensajes disminuyeron hasta que dejó de recibirlos. Sin embargo, Daniela dejó de publicar durante meses sus opiniones en redes sociales, sobre todo respecto a temas como los feminicidios, el acoso o el abuso sexual.
Finalmente, la irrupción del #MeToo y de otras campañas fueron el momento en el que muchas mujeres empezaron a romper el silencio y a contar sus experiencias. Daniela ha vuelto a publicar en Twitter "sobre esta gran situación que nos afecta a todos y todas" aunque, por un tiempo, lograron silenciarla.
Combatir el acoso
Para lograr identificar estos casos y, sobre todo, para prevenirlos y combatirlos, el informe de Luchadoras aconsejó que no se faciliten datos personales, que se protejan sus dispositivos con contraseñas y que, en el caso de recibir amenazas, se almacenen los datos del o de los agresores para poder denunciarlo.
Además de Luchadoras, la plataforma Cibermujeres creó un informe para dar herramientas de seguridad a las mujeres que puedan encontrarse ante estas situaciones. El proyecto, coordinado por la oficina para América Latina de IWPR (Institute for War and Peace Reporting), ofrece consejos para aumentar la seguridad en internet como crear contraseñas más seguras, además de módulos sobre el sexting y el activismo online.
Dhaniella Falk, directora regional en América Latina de IWPR, explicó en entrevista con Hipertextual los principales retos para poder hacer frente al acoso digital. "Antes que nada hay que reconocer que el acoso digital a las mujeres sí es violencia. No solamente porque una amenaza en línea puede ser precursor de una agresión fisica, sino tambien porque el acoso en línea en sí puede afectar a una persona en formas graves que van desde la auto-censura (dejar de disfrutar de la libertad de expresarse en linea) hasta el suicidio".
Al igual que hizo Daniela, Falk recomienda que las víctimas acudir a sus personas de confianza, además de a las autoridades. Por otro lado, es importante pedir consejo a personas que están familiarizadas con la seguridad de las cuentas en redes sociales para identificar casos como la difusión de imágenes sin el consentimiento de la persona. Eso es una ofensa, señala Falk, así como "forzar a su pareja compartir sus contraseñas como prueba de amor, para luego espiarla", lo cual describe como una violcion de la privacidad.
En mi opinión, las autoridades tienen que poner a disposición personas sensibles con entrenamiento en temas de género y conocimientos de derechos digitales (..) para resolver casos y ofrecer apoyo. Muchas temen con bastante razón que la policía las victimizará, culpándolas cuando ensenan fotos, o que no van a hacer nada.
Al respecto, Anaiz Zamora de Luchadoras añadió que conseguir un marco legal que regule estas violaciones es complejo porque, hasta el momento, las iniciativas legales al respecto han incluido aspectos que podrían limitar la libertad de expresión en internet. Estas respuestas, señala, muestran el poco conocimiento de la gente y la necesidad de que las medidas sean integrales.
Además de iniciativas por parte del Gobierno, es necesario que las plataformas actúen. Estas "han mostrado interés y han cambiado políticas respecto a su contenido. Sabemos que han habido denuncias pero no sabemos cuántas. Les pedimos a las plataformas que también son parte del fenómeno que transparenten esa información". Como respuesta integral, este fenómeno también incluye que los usuarios reporten los casos de acoso o violencia digital.
Uno de los principales problemas señalados por las entrevistadas es la poca visibilización del problema. Muchas mujeres sufren acoso digital sin darse cuenta y los mismos atacantes piensan que, si el daño provocado es vía digital, es menor y que no tiene consecuencias.