Abigail, al igual que el resto de películas de vampiros evolucionan con su público. O es lo que parece sugerir la manera en que el género se ha transformado década con década. Del severo, elegante y frío Conde Drácula de Béla Lugosi, al violento y lascivo encarnado por Christopher Lee a las versiones más románticas como la de Robert Pattinson en Crepúsculo. Lo cierto es que los bebedores de sangre en el cine y la literatura, son parte de la interpretación del mal en la cultura. Mucho más, cuando la siniestra figura se ha utilizado en una buena cantidad de ocasiones, para reflexionar acerca de los lugares más oscuros de la naturaleza humana.

Abigail no es la excepción. De hecho, la más reciente reinterpretación del monstruo clásico, es una burlona perspectiva acerca de la codicia, la violencia y la necesidad de posesión. Todo, en medio de un constante cuestionamiento acerca de quién en realidad es la criatura malvada, en una premisa que comienza con el secuestro de una niña. El grupo de delincuentes encargados de llevar a cabo el delito — torpes y brutales — deberán enfrentar un tipo de mal primitivo. Todo, mientras intentan salvar sus vidas y encontrar la salida en una casa laberíntica convertida en trampa. Pero la cinta de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett (los directores detrás de Scream) es mucho más que un juego del gato y el ratón. Y lo deja claro en sus mejores escenas.

Te dejamos tres razones para ver Abigail si amas el género de los vampiros. De una historia que desafía las expectativas, a su humor desenfadado y cruel. La nueva versión del mito del bebedor de sangre te hará reír y sentir escalofríos en las mismas secuencias. El mejor logro de un experimento del cine de terror que resultó ser mucho más que una perspectiva satírica acerca de un género tradicional.

Una combinación de tópicos inesperada

Abigail comienza como un argumento de casas embrujadas, por lo que dedica sus primeros minutos a mostrar los espacios lujosos del lugar en que transcurrirá la acción. Con paredes cubiertas de paneles de madera y animales disecados — que indican una posible cacería a futuro — la cinta se toma el tiempo para crear atmósfera. 

Pero el guion usa este ingenioso señuelo para alejar el interés de su punto principal. El motivo por el cual, una banda de ladrones y criminales torpes, deciden aceptar lo que parece un trabajo sin muchos desvelos. Lo que implica capturar y luego cuidar de una niña pequeña (Alisha Weir), por veinticuatro horas. Un golpe limpio que les asegurará una fortuna por el mínimo esfuerzo. 

Al menos, eso es en lo que insiste Lambert (Giancarlo Esposito), cerebro de la operación. El grupo, conformado por Joey (Melissa Barrera), Frank (Dan Stevens), Sammy (Kathryn Newton), Dean (el fallecido Angus Cloud en su última actuación) Peter (Kevin Durand) y Don Rickles (Will Catlett), acepta todo sin queja. Pronto, la película entonces se convierte — o eso lo parece — en una premisa paranoica. Eso, cuando una presencia amenazante, se insinúa entre sombras. Finalmente, la cinta descubre sus secretos y cambia a una perspectiva por completo nueva sobre la violencia. Todo, sin alcanzar todavía su primera mitad. 

Un monstruo poco común

Los niños vampiros no faltan en el cine. En 1994, Neil Jordan adaptó la novela Entrevista con el vampiro y llevó a la gran pantalla al torturado personaje de Claudia. Esta (interpretada por Kirsten Dunst) era una criatura con apariencia infantil pero con la mente de una mujer adulta, que terminó por ser asesinada por sus congéneres. 

Más trágica, oscura y siniestra resulta la versión de la jovencísima Eli del libro Déjame entrar de John Ajvide Lindqvist, estrenada en el 2008. En esta ocasión, la actriz Lina Leandersson daba vida a una criatura inmortal con el rostro de una niña eterna, en busca de un compañero para su infinita soledad. 

La Abigail de Alison Weir es por completo distinta a cualquier personaje anterior. En especial, porque su enfoque no es ni romántico ni tampoco melancólico. Al contrario, es de una festiva ferocidad, lo que le lleva a matar de manera salvaje — y divertida, todo hay que decirlo — en medio de escenas de explícito gore. La cinta no se guarda nada en el tintero y se hace cada vez más incómoda a medida que demuestra todo lo que su criatura puede hacer y lo difícil que será detenerla. 

Terror para todos los gustos

En una época de terror elevado y propuestas que intentan llevar al terror a terrenos refinados, Abigail asombra por ser desenfadada, burlona y exagerada. El guion no solo permite a su monstruo matar con una crueldad salvaje que la acerca más a un animal que a la habitual criatura pesarosa. También, explora en todas las posibilidades del gore y el body horror.

El resultado es una película que agradará tanto a los amantes del género de vampiros — no faltan referencias a su larga historia cinematográfica — como a los que solo quieren divertirse. Mucho más gamberra y cruel de lo que cabría esperar, Abigail es el gran estreno del género de terror de la temporada. 

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: