Rivales (Challengers) ya ha llegado al fin a los cines. La película es la nueva obra de Luca Guadagnino, el director de filmes como Call Me by Your Name, Suspira o Hasta los huesos: Bones and All. En esta ocasión, el italiano ha optado por abordar el mundo del tenis profesional. Aunque, en realidad, eso es tan solo el contexto, pues lo que narra es un turbulento triángulo amoroso que protagonizan Zendaya, Mike Faist y Josh O'Connor.

La cinta se centra en Tashi Duncan, una joven promesa del circuito WTA que apunta a ser el mayor talento de su generación. Sin embargo, una dura lesión trunca su camino a la gloria. Tras esto, se convierte en la entrenadora de Art Donaldson, con quien se casa y a quien lleva hasta lo más alto. Una mala racha les hace tener que presentarse a un torneo Challenger, la segunda categoría más baja, para recuperar confianza. Allí se cruzan con Patrick Zweig, antiguo mejor amigo de Art, que no ha alcanzado el nivel que se esperaba de él cuando era joven. Sin embargo, ese choque de caminos les llevará a los tres a revivir su intrincado y pasional pasado.

Rivales

Luca Guadagnino firma un seductor y diabólico drama romántico en el que cuenta los vaivenes de un pasional triángulo romántico con el tenis profesional como telón de fondo. Un ejercicio de estilo de lo más entretenido en el que Zendaya brilla con luz propia y dominando todos los registros, acompañada por unos sensacionales Mike Faist y Josh O'Connor que completan el amoroso y traicionero trío de protagonistas. Una película perversa y entretenidísima.

Puntuación: 4 de 5.

Del drama deportivo al romántico

Rivales comienza como un drama deportivo al uso. Los fans de este tipo de películas disfrutarán enormemente de su primera media hora. Un retrato de las contradicciones, los sueños y las presiones de quienes quieren tocar la gloria con sus propias manos. Esa primera parte de la película es particularmente interesante para los fanáticos del tenis, pues en realidad no hay tantas buenas películas sobre este género. Están Borg McEnroe o la reciente El método Williams, amén de Match Point (si es que puede considerarse una película de tenis). Pero más allá de eso, el campo está poco sembrado.

Rivales

Se nota que el guionista de Rivales, Justin Kuritzkes, ha indagado mucho en el circuito y se ha documentado acerca de numerosas historias de tenistas profesionales. Una labor que queda bastante bien plasmada aunque, eso sí, es muy asequible también para quienes no conozcan nada de este mundo. Pero, una vez que las bases están asentadas, como si hubiera estado calentando, Guadagnino se pone a jugar. Y la película pasa poco a poco a su terreno.

El tenis siempre está ahí, pero la historia del triángulo amoroso es la que gana todo el protagonismo a medida que pasan los minutos. Y lo hace porque el director tiene un talento innato para sacar el lado más sexy, sensual y explosivo de cada situación. Sin necesidad siquiera de una sola escena de sexo, Rivales va ganando temperatura y tensión a medida que la relación de sus protagonistas se vuelve más y más tóxica. Todo funciona como un reloj bien engrasado. Es un drama romántico, perverso y seductor de lo más entretenido.

Rivales

Una estructura en tres sets

Y uno de los motivos por los que todo encaja de una manera tan sólida en Rivales es su estructura narrativa. Lejos de contar una historia de manera lineal, Guadagnino y Kuritzkes optan por los saltos temporales. Se establecen tres tiempos distintos, como tres sets. El principal es el presente, con el torneo Challenger entre Art y Patrick. Pero, a través de él, se narran dos pasados diferentes con los que se van añadiendo capas y capas a este festival de secretos, pasiones y desencantos. Los impulsos de la juventud, la templanza de la madurez, los instintos ocultos de almas atormentadas...

Además de dividir Rivales en tres tiempos, director y guionista también diseñan su película en base a los puntos de vista. Y aquí es donde realmente todo se mueve como un partido de tenis, el gran punto de genialidad de la propuesta. En el revuelto triángulo amoroso, siempre hay un personaje que toma la delantera, que se siente invencible. Exactamente igual que en un encuentro real. El tenis no es solo pasar una pelota por encima de la red, es sentir lo que ocurre. Fortaleza mental, confianza, dominar al adversario. Eso es lo que hacen Tashi, Art y Patrick con su relación.

El filme va dando saltos de un punto de vista a otro según quién lleve las de ganar. Es un duelo muy igualado que convierte a Rivales en algo hipnótico de principio a fin. Todo es una sucesión de golpes hasta que alguien falla o bien saca un derechazo ganador. Y después de eso, vuelta a empezar. El trabajo de guion, dirección y montaje es extraordinario a este respecto.

Rivales

Una química que traspasa a pantalla

Bajo esa original premisa, el aceite que hace moverse a la maquinaia son sus actores. Y en este caso, la apuesta no podía ser mejor. Zendaya, Faist y O'Connor derrochan una química desbordante tanto en las escenas más románticas y eróticas como en los momentos más intensos y dramáticos. Cada mirada que se lanzan tiene la respuesta precisa porque han entendido a la perfección a sus personajes. Son tres actuaciones viscerales que se aúpan unas en otras para crecer. Aunque, evidentemente, la reina de la fiesta es ella.

Zendaya está magnética una vez más. De nuevo demuestra que es una de las actrices más talentosas de la actualidad. Quizá todavía no cuente con la filmografía envidiable de las mayores estrellas de la industria. Pero siempre está sobresaliente y su futuro sigue siendo uno de los más prometedores de todo Hollywood. En una misma película es capaz de mostrarse vulnerable y triste como solo ella sabe. Pero también puede hacer de diva ante la que rendirse obnubilado. Domina cada registro con una facilidad pasmosa. Si además tiene la réplica del rebelde y embaucador Patrick de O'Connor y del sereno y apesadumbrado Art de Faist, no hay manera de que esto no saliera bien.

Rivales

Guadagnino nos plantea un vibrante partido de tenis con el amor en juego. Un encuentro de lo más tóxico en el que nadie es bueno y los verdaderos deseos devoran a las apariencias. A nivel narrativo y visual, ofrece ideas de lo más ingeniosas vinculadas al tenis, acompañadas de una banda sonora de Trent Reznor que le sienta como anillo al dedo a la película. Y, sobre todo, cuenta con tres protagonistas magníficos y cautivadores encabezados por Zendaya en uno de sus papeles más completos. Con Rivales, el director alza un nuevo Gran Slam.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: