Con la segunda temporada de Euphoria entre manos, de Sam Levinson para HBO Max, recordamos el fenómenos que se distinguió por el impacto. Se trató de un recorrido incómodo, tenaz y radiante de la vida de los adolescentes de la generación Z. Pero también una búsqueda del significado de la juventud en una época cínica, violenta e hipercomunicada. El resultado fue una serie visualmente impactante, con una crudeza desgarradora y un inspirado guion. Desde la sexualidad de los jóvenes contemporáneos hasta su búsqueda en un lugar en el mundo. Euphoria atravesó todos los espacios y parajes para sostenerse sobre algo más doloroso que la mera idea del tránsito entre dos puntos de la madurez.

La segunda temporada de Euphoria intenta repetir el fenómeno, pero sin lograrlo del todo. No se trata de una pérdida de calidad de la premisa o que su historia haya perdido vigencia. Tal vez se trata de algo más sencillo: el fenómeno. Euphoria tiene una alargada repercusión en la cultura pop reciente que juega en su contra: su estilo frontal, con una puesta en escena cinematográfica y su interés en tema novedosos sorprendió. Y a la vez engendró todo un nuevo tipo de series a su imagen y semejanza.

Desde la nueva versión The Gossip Girl hasta Kamikaze, también en HBO Max. Euphoria parece estar en todas partes con su aire desafiante y vertiginoso. Incluso, los estrenos de sus dos capítulos especiales fueron éxitos de audiencia y crítica relevantes. Ambos mostraron a las protagonistas Rue (Zendaya) y Jules (Hunter Sheaffer) más allá del complicado mapa de sus dolores. También del recorrido elemental y doloroso de sus relaciones con quienes le rodeaban y sus propios problemas.

A Rue, que la serie mostró en el final de la temporada uno a punto de caer de nuevo en sus adicciones, el capítulo la humanizó. Desprovista de sus máscaras favoritas, cansada y abrumada, fue un paso más allá para el personaje y su actriz. Al otro extremo, la Jules de Hunter Sheaffer se hizo preguntas existenciales de profundo interés y llega a la segunda temporada de Euphoria con duras decisiones a cuestas. Y es en este punto en el que ambos personajes están a punto de encontrarse. Colisionar, dialogar y quizás comprender qué las une y que las separa.


El brillo falso y los dolores en la segunda temporada de Euphoria

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La segunda temporada de Euphoria está profundamente interesada en la moralidad de sus personajes. Después de analizar su sexualidad, identidad de género y decisiones éticas, los nuevos capítulos tienen otra mirada. Se trata de una decisión arriesgada,que podría parecer sermoneadora o tediosa. Pero la premisa se nutre del hecho de que estos adolescentes abrumados, angustiados y heridos están en pleno crecimiento. Los años no han transcurrido en vano. Y todo el jovencísimo elenco refleja esa madurez con una energía que sorprende por su brillo.

Con los dos capítulos especiales como referencia, la segunda temporada de Euphoria comienza su recorrido con las consecuencias de ambos puntos de vista. Rue se encuentra en el momento más oscuro de su joven vida, golpeada y sacudida por el miedo. También, por el desamor, el abandono y los fantasmas de la adicción que no supera del todo. Por el otro lado, Jules, que abandonó a Rue y lucha con su identidad de género se encuentra en un neutro terreno intermedio que le agobia. Pero Euphoria es más que el romance central entre sus protagonistas y ese tono coral es lo más interesante de sus nuevas historias.

Todo a medida que su vida parece cada vez más confusa y dura


A la segunda temporada de Euphoria regresan Cassie (Sydney Sweeney), Maddy (Alexa Demie), Lexi (Maude Apatow) y Kat (Barbie Ferreira). Para beneficio del programa, estos adolescentes angustiados y llenos de dolores han madurado lo suficiente para ser menos salvajes, pero sí para estar más heridos. Cassie, soltera después de un aborto y una relación tormentosa, busca encontrar un sentido a la soledad. Pero más allá de su búsqueda de un lugar en el mundo (y la serie hace especial hincapié en el tema), quiere encontrar consuelo al sufrimiento. Por su lado, Maddy intentará de una vez por todas entender qué busca en el amor. Qué necesita y en que punto se encuentra. Todo a medida que su vida parece cada vez más confusa y dura.

Euphoria y su mundo visual

Para la segunda temporada de Euphoria, Sam Levinson vuelve a brindar a la serie su tono onírico, cinematográfico y compacto. De los tonos azules y difuminados en luz de la primera temporada pasa a un despliegue de brillo que imita las falsas esperanzas de sus personajes. Desde las primeras escenas narradas por Rue (la voz de Zendaya es en sí misma un hilo conductor), hasta la historia que se muestra. Las luces y sombras van y vienen en este experimento visual que siempre ha tenido una gigantesca ambición por el relato invisible. 

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De nuevo la tiene, pero los grandes interrogantes de la segunda temporada de Euphoria esta vez no se resuelven del todo con escenas complicadas y elaboradas. El guion ha madurado como sus personajes, su premisa ha crecido y por extraño que parezca el recorrido es brillante. Toda una mirada sustanciosa a una temporada que deja muy claro que hay mucho que contar de este grupo de personajes abrumados por su existencia.

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