La tercera y última temporada de Star Wars: La remesa mala ya ha llegado a Disney+. La aclamada serie de animación de la saga galáctica se despedirá con una entrega de 15 episodios que se estrenarán semanalmente. Y el objetivo es muy claro.

Desde Lucasfilm quieren conectar la historia de las Guerras Clon de las precuelas con toda la problemática ocurrida durante las secuelas. Una misión que se ve a través de los ojos de su querida y peculiar patrulla de héroes.

Los protagonistas de Star Wars: La remesa mala son Hunter, Wrecker, Crosshair y Echo, cuatro clones defectuosos del ejército de la República que no fueron afectados por la Orden 66 (o no del todo). Junto a ellos está Omega, una niña clon que, por algún misterioso motivo, interesa enormemente al Imperio. La Fuerza Clon 99 debía mantenerla a salvo, pero en la segunda temporada finalmente pierden la batalla. El último miembro de la patrulla, Tech, muere sacrificándose por el resto. Crosshair permanece en prisión, Echo se ha marchado con el Capitán Rex y Omega ha sido capturada.

Star Wars: La remesa mala

Star Wars: La remesa mala vuelve a apoyarse en su asentado tono de aventuras, con una misión de tintes épicos y mucho más maduros en la que el destino de la galaxia está en juego. Con su entrega final, la serie crece hasta convertirse en un nuevo imprescindible para los fans de la saga galáctica, pues se adentra de lleno en las cuestiones más importantes y oscuras del canon, sin dejar de lado el magnífico arco de desarrollo de cada uno de sus protagonistas. Un nuevo triunfo en la animación de Lucasfilm.

Puntuación: 4 de 5.

Espíritu de aventuras

Bajo esa terrible disyuntiva, Star Wars: La remesa mala tiene, sin embargo, un sensacional punto de partida para su entrega final. Porque si algo debe tener una historia de la legendaria saga de George Lucas es épica, acción, aventuras y compañerismo. Unos ingredientes básicos que el proyecto abraza sin miedo como clara heredera de Star Wars: The Clone Wars. A lo largo de las dos primeras entregas, la serie ha ido creciendo poco a poco. En esta última confirma su estatus con la misión más importante, adictiva y adulta a la que se han enfrentado hasta ahora.

Es especialmente acertado el uso de la narrativa paralela. Algo que ya se había explorado con el desarrollo de Crosshair dando como resultado algunos de los mejores capítulos de la serie hasta el momento. En esta ocasión, un foco está puesto en Omega y el mencionado francotirador, mientras que el otro lo lideran Hunter y Wrecker. Todo ha de converger, pero antes deben colocarse con calma las fichas del esta nueva partida de ajedrez a la que se enfrentan los clones.

STAR WARS: La remesa mala

Eso sí, que Star Wars: La remesa mala se tome su tiempo para desarrollar la historia no quiere decir que carezca de ritmo. Los episodios son cada vez más vertiginosos, con un espectáculo que va in crescendo. Y están llenos de los elementos que tanto apasionan a los fans de la franquicia. Es decir, una trama sobre el destino de la galaxia, sí, pero también montones de criaturas y mundos por explorar. Algunos ya son conocidos pero otros son totalmente nuevos. El espíritu de aventuras de Star Wars está más vivo que nunca. Aunque, eso sí, con un tono especialmente maduro y sombrío.

STAR WARS: La remesa mala

Solucionar los problemas del canon

A todo ello hay que sumar algo fundamental que ya se intuía desde que se lanzó la serie. Star Wars: La remesa mala no llegaba solo como un epílogo de las precuelas y las Guerras Clon. En realidad, estaba destinada a ser el parche con el que tapar los agujeros dejados por la trilogía de secuelas. Especialmente todo lo relativo a la clonación. El regreso de Palpatine en el Episodio IX: El Ascenso de Skywalker no fue bien entendido por muchos fans. Así que había que encontrar la manera de hacer encajar la pieza dentro del complejo puzle que es el canon galáctico.

En las series de acción real, principalmente en The Mandalorian, ya se han dado algunas pistas de qué fue lo que ocurrió. Pero existía un oscuro vacío detrás que Star Wars: La remesa mala se ha dignado en rellenar. En realidad, es exactamente lo mismo que hacía The Clone Wars en su día con las precuelas y todo lo que no se contaba en ellas. Aquí la historia de esos clones de Palpatine toma mucho protagonismo, provocando ese tono más adulto y convirtiéndose en el marco sobre el que se pinta el lienzo de la historia final de la Fuerza Clon 99.

Esto hará que quienes más aprecien Star Wars: La remesa mala sean los fans más versados en la saga. Hay infinidad de referencias al pasado y al futuro de la franquicia, incluyendo simpáticos cameos como los que se ven en el tráiler. Algo muy atractivo y agradecido en un universo como este. En cualquier caso, lo que es evidente es que los primeros ocho episodios de esta última temporada ya no esconden sus cartas y van a por todas de cara a una segunda mitad que apunta a ser épica y fundamental en la comprensión de Star Wars y el malvado Imperio. La serie ya no es un producto secundario.

STAR WARS: La remesa mala

Un nuevo alarde técnico

Por último, hay que señalar una vez más el nivel de la animación del que hace gala la compañía. Desde que comenzó a emitirse The Clone Wars hace ya más de 15 años, Lucasfilm siempre ha tratado de innovar y ofrecer el resultado más pulcro y limpio posible a sus fans. Star Wars: La remesa mala vuelve a hacer alarde de ello. Es triste que apenas se mencione, pues el estudio nos ha habituado a él, pero el grado de detalle dentro de las peculiaridades de su estilo es excepcional.

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Eso puede verse en las escenas de acción, que son un verdadero disfrute. Pero también se aprecia de forma magnífica en los primeros planos de sus personajes. Cada línea, cada arruga, cada imperfección de la piel está diseñado con una sobriedad y un acierto exquisitos. El equipo ha vuelto a confeccionar una joya muy rica en lo formal en la que, con solo hacer pausa en el momento que sea, se descubre un nuevo fondo de pantalla ideal. Ojalá Star Wars nunca abandone el terreno de la animación porque es el formato perfecto para expandir su universo de la manera más vistosa y creativa posible.

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