Cada expansión de Star Wars entraña tanto un riesgo como una posibilidad. Una parte de la audiencia podría estar saturada. Pero la amplitud del universo permite hallar relatos que antes no fueron tratados o desarrollados a plenitud. Eso último está ocurriendo en Star Wars: La remesa mala, con una buena segunda temporada.

Si la primera entrega puede entenderse (y celebrarse) como un homenaje a toda la mitología de Star Wars, la continuidad del relato marcha sobre esos mismos rieles. En cada capítulo, Star Wars: La remesa mala regala referencias y tira guiños hacia sus películas y series. Cuando no lo hace de forma directa, el espectador podrá notar cómo se retroalimenta ese universo en algún detalle estético o en una frase. 

Star Wars: La remesa mala, en su primera temporada, se enmarca en tiempos de La guerra de los clones. El final de este conflicto resuena en las distintas referencias y acontecimientos que se encuentran en la serie. La Fuerza Clon 99 es la encargada de llevar la historia sobre sus hombros. Se trata, recordemos, de un grupo rebelde y con mutaciones genéticas que va por el universo cumpliendo distintas misiones. 

La segunda temporada de Star Wars: La remesa mala sigue a cargo del creador de la primera, Dave Filoni. Este creativo es uno de los relevantes dentro del organigrama de la franquicia, luego de participar en varios proyectos. Filoni, junto con su equipo, es quien conecta de forma creativa distintas cuestiones en formato animado y televisivo. Su criterio compacta la historia e invita a los espectadores a conocer un poco más sobre la galaxia. 

La profundidad de la serie

Lo que podría entenderse como un relato más de aventuras es algo más complejo e interesante de ver. La segunda temporada de Star Wars: La remesa mala sigue siendo un relato adulto, como en su primera entrega. Esto plantea a su espectador distintos temas y líneas de pensamiento que escapan a la acción. En esta serie importa tanto la trama política, la tensión entre el bien y el mal, como las escenas de acción en las que abundan los disparos y se ve, de vez en cuando, algún sable de luz.

El ritmo y la tensión narrativa propician que esos momentos espectaculares sean el complemento adecuado a otras cuestiones. Así, la acción no es uno de los ejes principales. Solo es una arista más de las relaciones que se tienden entre los miembros de la Fuerza Clon 99 o el pulso de otras fuerzas que, movidas por el poder, se saltan normas y códigos para preservarlo o incrementarlo.

Star Wars: La remesa mala es el relato en el que niños deben actuar como adultos. Los mayores, en ocasiones, tienen que aparcar la dureza con la que miran la vida para poder empatizar con los más pequeños. De esa manera, todos siguen descubriendo que, como equipo, son más los puentes que los unen que aquellos que están rotos. De esa forma sobreviven a través de la galaxia. Lo hacen intentando robar cargamentos y adentrándose en misiones en las que los actores políticos tienen más peso dentro de la trama.

Star Wars: La remesa mala

La segunda temporada de la serie sostiene el tono adulto de la primera, sin alejarse demasiado de un público juvenil. Uno de sus grandes logros es poder combinar distintas cuestiones para llegar a públicos diversos. Su ritmo es convincente y la relación entre sus personajes siguen creciendo. Mientras tanto, fiel a la tradición de La Guerra de Las Galaxias, se refleja cómo el mundo está en un constante pulso entre el bien y el mal, entre la paz y el conflicto.

Puntuación: 4 de 5.

Star Wars: La remesa mala,
el conflicto y la naturaleza humana

Uno de los grandes aciertos de la franquicia Star Wars a través del tiempo es encontrar formas de representar el pulso entre el bien y el mal. Lo ha hecho desde una perspectiva estética, diferenciando a los buenos de los malos a través del color de los sables de luz, por ejemplo; otorgando el color negro a unos, próximos al lado oscuro, mientras a otros se les vistió con prendas más claras. 

Star Wars La remesa mala, segunda temporada, critica en Disney

La simbología podría dar para ensayos enteros sobre filosofía y política. El valor agregado de producciones como Star Wars: La remesa mala es plantear ese tipo de juegos de forma entretenida. Es probable que cada espectador encuentre en la Fuerza Clon 99 un personaje con el cual identificarse. Ellos conforman un abanico de caracteres que se nutre entre sí y, al mismo tiempo, aportan contrastes a los otros.

Por esa razón es bastante más que un relato animado, quizá pensado para un público juvenil. Como Arcane, Star Wars: La remesa mala se apoya en ese género para tener más recursos al momento de componer y recrear sus múltiples escenarios. No por eso deja de ser una serie rica, capaz de gustar a distintos públicos y, quizá, de ir conquistando su propio espacio dentro del Star Wars(si es que aún no lo tiene).

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La segunda temporada de Star Wars: La remesa mala se encuentra disponible en la plataforma de Disney+ a partir de este 4 de diciembre.

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