¿Se puede erradicar la COVID-19? Esta es una pregunta que nos hemos hecho hasta la saciedad desde que la enfermedad irrumpió en nuestras vidas. Nos gustaría que la respuesta fuera un sí, especialmente ahora que disponemos de vacunas para combatirla. Sin embargo, cabe destacar que a lo largo de la historia solo se ha conseguido erradicar totalmente una enfermedad humana: la viruela.

Otras han reducido muchísimo su incidencia y prácticamente han desaparecido de muchos lugares del mundo. El sarampión, por ejemplo, llegó a convertirse en algo casi anecdótico en ciertos lugares del mundo, aunque el nacimiento de los grupos antivacunas ha demostrado que el virus seguía ahí agazapado, a la espera de encontrarse con personas no inmunizadas a las que atacar.

Se considera que la próxima enfermedad que podría erradicarse es la poliomelitis. De hecho, se han erradicado dos de sus tres serotipos y en la actualidad se encuentra en muy pocos lugares del mundo. En agosto de 2020, la OMS declaró África libre de este virus y señaló Pakistán y Afganistán como los únicos lugares en los que aún permanece. Ahora bien, ¿podría la COVID-19 sumarse a la lista de enfermedades erradicadas? 

Lo cierto es que, según un estudio recién publicado en BMJ Global Health, es algo factible. Tanto, que incluso se considera más factible erradicar la COVID-19 que la propia polio. 

Más que la poliomelitis, pero menos que la viruela

Para saber cómo de probable es erradicar la COVID-19, un equipo de científicos procedentes de centros de investigación neozelandeses diseñó un curioso sistema de puntuación.

El sistema de puntuación evalúa 17 variables

En él, se evalúan un total de 17 variables, que se puntúan de 0 a 3, según cómo de buenas estén siendo en la lucha contra una enfermedad. Entre ellas se encuentran, por ejemplo, la disponibilidad de una vacuna segura y eficaz, la gestión de los Gobiernos, el impacto de las medidas de salud pública o la aceptación de las medidas por parte de la población. 

No solo se evaluó la COVID-19. También la viruela y la poliomelitis, por ser la única erradicada y la que está más cerca de desaparecer.

Como cabía esperar, la viruela obtuvo una mayor puntuación. Concretamente, un 2,7, equivalente a 43 de los 48 puntos que podría haber alcanzado. Pero lo más interesante es que la COVID-19 quedó por encima de la poliomelitis. Por poco, pero por encima. La COVID-19 obtuvo un 1,6 (28/51) y la poliomelitis un 1,5 (26/51).

Entonces, ¿se podrá erradicar la COVID-19?

Un 1,6 sobre tres supone que erradicar la COVID-19 es factible, pero no seguro. 

Al fin y al cabo, muchos expertos ya han señalado que es muy posible que tengamos que convivir con el virus. Posiblemente más atenuado, hasta el punto de que solo haya que vacunar a las personas más vulnerables. Pero incluso los autores de este estudio insisten en que es pronto para sacar conclusiones.

Lo que sí demuestra este  trabajo es que tanto el interés gubernamental como el de la sociedad son esenciales para que se pueda acabar con una enfermedad. Y son solo aquellas que amenazan a grandes cantidades de población y ponen en serio riesgo la economía las que realmente atraen ese interés. La gravedad de la enfermedad, así como los avances científicos y médicos, tienen mucho que ver, desde luego. Pero, como en tantas otras cosas en la vida, el dinero manda. También en casos como estos.

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