Tal vez, los productores de la ficción televisiva española tardaron un poquito en comprender que no podían hacerse los locos por más tiempo, o que ya cantaría mucho, ante la manera en que se estaban realizando las series procedentes de Estados Unidos durante lo que se dio en llamar, sin sorpresas, la Edad de Oro. Ese traslado a la pequeña pantalla de la factura audiovisual y narrativamente vistosa y más compleja de los largometrajes hollywoodienses. Nada de plano, contraplano y a correr. Pero por fin se decidieron a dejarse de zarandajas o se les metió en cintura. Y ahora, por poner un ejemplo evidente, podemos admirar propuestas como las dos temporadas de Hierro (Pepe Coira, 2019-2021).
El director de sus catorce episodios, Jorge Coira, es muy consciente de este asunto. “Yo recuerdo que hace años soñábamos con estar haciendo series realmente más complejas, más maduras, más arriesgadas”, admite en una entrevista. “Había una especie de idea de que en España no se podía; que sí se podía en cinematografías más avanzadas y más grandes, con más poder económico, como en Estados Unidos, pero no aquí. Y, de repente, resulta que sí podemos. Eso fue gracias a que apareció gente como Movistar y apostó por esto. Y eso tira del carro porque otros empiezan a hacer series interesantes. Y creo que es algo muy bueno que haya mucha gente haciendo cosas más allá de lo habitual”.
La tele ya no es la caja tonta
Su hermano, Pepe Coira, asegura que, para ellos, el auge de las plataformas de streaming es lo que les permite trabajar. “Es decir, amplió el terreno de juego para lo que es la ficción televisiva y nos generó un espacio que era prácticamente imposible tener. Eso me parece estupendo porque la tele es un medio genial, que ha tenido una especie de mala prensa, bastante incomprensible desde mi punto de vista. Y lo que ha hecho la llegada de las plataformas ha sido, de pronto, poder demostrar que en tele se pueden hacer un montón de cosas”. Basta con adentrarse en el particular ambiente de Hierro, el de de la isla que le da nombre, para comprender la certeza de sus palabras.
“Uno de los elementos básicos del cine es la capacidad de viajar con la imaginación, entendida como puras imágenes”, nos expone Jorge Coira. “Está muy bien lo de explorar lugares ya conocidos por uno mismo, pero también es muy agradecido descubrir sitios que no conoces. Si todas las historias norteamericanas se desarrollasen en Nueva York o en Los Ángeles o todas las españolas en Madrid, sería un aburrimiento importante. Hay muchísimos sitios, y yo diría que España tiene algo muy potente: las enormes diferencias culturales, paisajísticas, gastronómicas y de todo tipo que hay entre unos lugares y otros. Así que sería una tristeza que nos quedásemos siempre en lo mismo”. Sin ir a El Hierro, vaya.
Los referentes narrativos de 'Hierro'
Y, si uno les pregunta por sus referentes a la hora de realizar su trabajo, Pepe Coira responde al instante: “No hay ningún caso en el que digas de forma consciente: «Ah, vamos a hacer algo en esta línea». Pero creo que, inevitablemente, ocurre. Y a mí me ha pasado alguna vez, de repente, decir: «¡Ostras! Cómo se parece esto a...», a algo que viste y que, obviamente, lo tenías en el coco pero sin darte cuenta. Pero hay muchos [referentes], tanto en cine como en tele y literatura”. Y continúa así: “[El thriller] es un género al que le tenemos un enorme cariño, y hay un montón de propuestas diferentes y muchas muy apetecibles que pueden rondarnos”.
Pero ¿cuáles? Sin titubeo alguno: “Desde luego, todas aquellas historias en las que importan más los personajes que la trama, de gente que no es puramente buena o puramente mala”. Jorge Coira, por su parte, aporta su opinión al respecto: “Sin ser una cosa imitativa porque sería aburrido a nivel creativo intentar hacer algo igual que otros, sí hay cosas que te gustan y, de pronto, colocas la imaginación y lo que estás intentando hacer en un espacio hermano”. En específico: “Me gusta pensar que Hierro, obviamente siendo por completo diferente de las novelas de Henning Mankell, es un universo tan reconocible como ellas o como las de [Andrea] Camilleri, que tienen tonos distintos pero algo en común”.
Candela Peña y Darío Grandinetti en 'Hierro'
Además, charlaron mucho con el director de fotografía, José Luis Bernal, sobre “una película de ese director escocés maravilloso que es David Mackenzie, Hell or High Water [Comanchería, 2016], una muestra de cómo trabajar en lugares áridos”. Pero “no para intentar imitarla sino pensando en que molaría tener una cierta conexión con ella”. Como con los intérpretes principales de Hierro, los prodigados Candela Peña (Princesas) y Darío Grandinetti (Relatos salvajes). “Creo que hay pocas cosas más agradecidas y más divertidas que trabajar con buenos actores”, asevera Jorge Coira. Aunque, según él, ambos “son muy diferentes” en su dinámica interpretativa.
“Darío se lanza y las primeras tomas son fabulosas y luego se empieza a cansar. Y Candela es un poco al revés”, nos explica. “Pero ambos son actorazos y eso da gusto. Ver cómo, de repente, esto que está escrito se pone en pie, los actores lo hacen suyo y se convierte en algo nuevo, vivo y real es fantástico”. No obstante, no podrán volver a de porque la segunda temporada de la serie es la última, y teníamos curiosidad por la razones de que no siga con una tercera. “Creo que está muy bien terminar a tiempo”, contesta Pepe Coira. “Teníamos el planteamiento de ir a un universo tan especial como la isla de El Hierro y, si hiciésemos de ella un escenario continuo de historias criminales, algo fallaría”.
Una decisión muy sabia
“Empezaría a sonar a truco, a algo que, como espectadores, alguna vez nos ha pasado; decir: «Oh, están estirando el chicle demasiado»”. O sea, los hermanos Coira quieren alejarse con Hierro del increíble índice de criminalidad en el Cabot Cove de Se ha escrito un crimen (Peter S. Fischer, Richard Levinson y William Link, 1984-1996) y acercarse más al respeto de Broadchurch (Chris Chibnall, 2013-2017). De lo contrario, probablemente lo lamentaríamos. “Te da como pena, ¿no? Porque te habían generado una complicidad con unos personajes y con un mundo y, de pronto, te están fallando. A mí me parece una decisión muy sabia. Y hay que decir: «Venga, exploremos más cosas, que el mundo es amplio»”.