Incluso antes que el género de figuras poderosas se convirtiera en un fenómeno de popularidad, las historias de héroes de carne y hueso cautivaban al público. En especial, las que relataban la forma en que personajes turbios, perversos o incluso directamente malvados, emprendían un largo camino hacia la redención. Ya fuera por explorar en la forma en que la decisión de hacer el bien vencía todo tipo de instintos mezquinos o el hecho de disfrutar de una transformación completa. El hecho es que las figuras redimidas por actos de valor, fe o bondad con frecuencia, son las favoritas en cualquier historia. O al menos, las que ofrecen el desafío de comprender sus motivaciones más profundas. 

Del duro trayecto de Anakin Skywalker (Hayden Christensen) para abandonar el lado oscuro en la saga Star Wars a la desgarradora escena final de Drácula de Francis Ford Coppola. Lo cierto es que el recorrido humano de todo tipo de villanos, muestra cómo el cine puede narrar las infinitas graduaciones de la moral. A la vez, cómo los mejores argumentos, suelen brindar espacio e interés, a la posibilidad de la transformación. Ya sea a través de grandes actos heroicos, una segunda oportunidad o solo la búsqueda de un nuevo propósito. Los héroes que logran redimirse en un acto de voluntad, demuestran el poder del cine para narrar la naturaleza humana en todas sus facetas.

Para demostrarlo, te dejamos cinco películas con malvados que alcanzaron la redención. De un robot que decidió luchar por la raza humana a un demonio que venció su naturaleza violenta para evitar el apocalipsis. La selección recorre todas las dimensiones del bien y el mal, que varias de las figuras más interesantes de la cultura pop, muestran en toda su extensión. El punto más interesante de este singular perspectiva sobre el heroísmo con un toque vulnerable. 

Terminator 2: el juicio final

Luego de abrir todo tipo de posibilidades futuristas con Terminator en el año 1984, a James Cameron le llevó tiempo y esfuerzo, encontrar una historia de la misma calidad para la secuela. Y la encontró en el tropo de la redención. Pero en lugar de mostrar la evolución de un villano para convertirse en héroe, hizo algo más interesante. Imaginar qué ocurriría si el temible androide T-800 interpretado por Arnold Schwarzenegger, podría mostrar llas temibles capacidades de un mecanismo biomécanico. Entre ellas, tomar conciencia de sí mismo y además, decidir su camino con base en esa experiencia. 

De modo que el realizador, tomó el habitual tópico del villano en busca del bien y analizó una transformación radical que afectara al resto de los personajes. El resultado es el interesante guion de Terminator 2: el juicio final, también autoría de James Cameron. 

La película relata como el aterrador robot exterminador de la primera parte, se convierte en herramienta del bien. Mucho más, en una forma en que John Connor (Edward Furlong) comprende lo que el futuro puede depararle. Lo que incluye, el hecho que sus peores enemigos, pueden convertirse en sus aliados. Un punto que la saga llevará a diversos lugares en adelante. 

Hancock

En 2008, el director Peter Berg tomó la premisa del personaje que se redime a base de buenas acciones o reconocer sus actos de maldad, para profundizar en una idea curiosa. A saber: si un ser todopoderoso podría tener conciencia de los límites entre ambas cosas. El resultado es Hancock, una sátira con tintes dramáticos acerca de un hombre peculiar que busca la redención, en medio del desánimo y el pesimismo. 

El personaje titular, interpretado por Will Smith, no tiene memoria acerca de su pasado. Tampoco, una explicación a sus extraordinarias capacidades. Mucho menos, ningún deseo de llevar sobre sus hombros la carga de ser un superhéroe. Pero es precisamente lo que hará, para lograr ser reconocido y respetado en mundo que le observa con suspicacia. En particular, cuando el bienintencionado Ray (Jason Bateman), le muestre la real posibilidad de hacer el bien y limpiar su nombre. 

Pero todo se volverá un poco peor, cuando Hancock descubra que la redención tiene un precio. Uno que, además, incluye descubrir su pasado y asumir la posibilidad de perderlo todo para hacer lo que es debido. El más extraño — y doloroso — mensaje de esta cinta, en apariencia burlona que termina por ser una perspectiva dura sobre el poder. 

Detective Knight: Redención

El que probablemente sea el último papel de Bruce Willis en el cine, es la historia de un policía malhumorado, en busca de hacer el bien. Eso, a pesar de tener que luchar contra la ley, el sistema carcelario estadounidense y un grupo de enemigos cada vez más violentos. Pero, como demostrará el detective Knight, todo esfuerzo para luchar contra el crimen, implica, en cierta medida, la redención.

Más allá de su premisa central, la cinta es todo un homenaje a los tradicionales papeles de su protagonista. De hecho, el personaje interpretado por Willis, con todo su cinismo y poca paciencia, es muy parecido al John McClane por el que se hizo famoso. Pero más allá de eso, también se trata de un nuevo tipo de héroe, que a pesar de todos sus defectos y comportamiento adusto, busca el heroísmo.

Para su extravagante escena final, la cinta dejó dos puntos en claro. Por un lado, que Knight es uno de los personajes que demuestran que la redención es un acto de voluntad férrea. Y por el otro, que los grandes hombres no siempre deben ser amables para ser bondadosos. Una combinación que Bruce Willis hizo creíble y entretenida. 

Saga Hellboy

Guillermo del Toro, obsesionado con los monstruos, encontró en el personaje Hellboy, una premisa hecha a su medida. Este demonio que no desea serlo o en cualquier caso, que no quiere ser definido por sus cuernos y el color rojo de su piel, llegó al cine en 2004. 

Por entonces, este primer acercamiento al curioso mundo imaginado por Mike Mignola, fue todo un recorrido por un mundo lleno de símbolos del bien y del mal. Interpretado por Ron Perlman, la criatura destinada a ser el motivo de un apocalipsis violento, se transformó en un personaje entrañable. Uno, además, muy consciente de la búsqueda de hacer el bien a pesar de su naturaleza en esencia maligna. 

Pero fue la segunda película estrenada en el 2008, la dejó claro que Hellboy estaba destinado — o decidido — a encontrar la redención. En medio de una trama más ambiciosa, extraña y mitológica, el demonio amante de los gatos, escogió de nuevo al mundo humano. Eso, a pesar de la tentación de destruirlo y al final, ser todopoderoso. La mejor lección que deja a su paso el personaje. 

En tiempo de brujas

La historia universal está llena de eventos brutales y de moral ambigua, pero pocos tan controversiales como las cruzadas. A partir de esa idea, la cinta de Dominic Sena, reflexiona acerca del mal provocado por el hombre y la forma como los espíritus más nobles, pueden rechazar algo semejante. En este caso, se tratará de dos caballeros. Behmen (Nicolas Cage) y Felson (Ron Perlman) darán un paso atrás para alejarse de los intereses de los poderosos y luchar por su cuenta por el bien.

Pero lo que comienza como un objetivo brumoso, termina por convertirse en todo un acto de redención, cuando, juntos, deban salvar la vida de víctimas a lo largo del continente Europeo. A mitad de camino entre la posibilidad de la bondad y enfrentar el mal con convicción, En tiempo de brujas es una interesante perspectiva sobre la decisión de encontrar la justicia. El elemento que hace de este escenario real lleno de cuestionamientos sobre la perversidad del poder, un singular escenario sobre la fe y la esperanza. 

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