El cine de terror evoluciona con sus fanáticos. De modo, que sus tópicos más conocidos, se han hecho distintos de generación en generación. Películas como Háblame o series como La caída de la casa Usher, exploran en la violencia, el miedo y lo sobrenatural a partir de un punto de vista contemporáneo. Mucho más, cuando el género apunta a una audiencia más joven y con intereses por completo distintos a los que sustentó hasta ahora, los argumentos terroríficos.
Sin embargo, un grupo de películas van más allá de esa transformación. Algunas se han convertido en clásicos, ya sea por su innovación técnica y visual, la manera de abordar temas complicados e incluso, su capacidad para transgredir límites morales. Cada una de ellas, han pasado a la historia del séptimo arte, por marcar un hito que, difícilmente, puede ser superado. A la vez, por dejar claro que los argumentos más terroríficos son a menudo atemporales y pueden ser analizados en épocas distintas, para comprender su mensaje. Un logro que escasos directores, actores y tramas logran alcanzar.
Te dejamos cinco clásicos de terror que puedes ver ahora mismo en streaming. Desde la adaptación que cambió por completo el tópico de los objetos y artefactos embrujados, hasta una obra de arte visual que todavía asombra. La colección abarca varios tópicos, temas y perspectivas, pero todos apuntan a un mismo objetivo. Analizar la oscuridad — moral, intelectual y espiritual — de la cultura, como un monstruo con rostro humano.
El Exorcista (Max)
Incómoda, terrorífica y desagradable, la película del año 1973 dirigida por William Friedkin se convirtió en un clásico de cine de terror casi desde su estreno. Basada en la novela del mismo de William Peter Blatty, la cinta explora mucho más que solo los sucesos que rodean a un exorcismo. También, lo hace en la fe, la pérdida y la devastación moral como expresiones del mal.
La trama se centra en Regan MacNeil (Linda Blair), una niña de 12 años cuyo comportamiento se hace cada vez más aterrador. Sin que haya una explicación plausible, Regan se convierte en una criatura tenebrosa, sospechosa de asesinato.
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Su madre, Chris MacNeil (Ellen Burstyn) busca ayuda médica y psiquiátrica para su hija. Pero los tratamientos convencionales no logran resolver el problema. Finalmente, Chris recurre a la ayuda del sacerdote Damien Karras (Jason Miller) y a un experimentado exorcista, Lankester Merrin (Max von Sydow). El argumento, entonces, avanza hacia una tétrica visión acerca de lo sacrílego, lo blasfemo y lo sagrado. Innovadora en sus efectos especiales, puesta en escena y temática, la película sorprendió por su crudeza y violencia.
Carrie (Prime)
Brian De Palma, tuvo el curioso honor de adaptar la primera novela publicada de Stephen King. Pero además, en profundizar en el tópico de la violencia sobrenatural desde un punto por completo distinto. En lugar de una criatura o una entidad monstruosa, el centro del horror era una joven con capacidades psíquicas, maltratada y traumatizada.
La historia relata cómo Carrie White (Sissy Spacek), una adolescente tímida y retraída, intenta lidiar con el acoso escolar. También, con su madre fanáticamente religiosa y represiva (Piper Laurie). Carrie es objeto de burla y acoso constante por parte de sus compañeros. Hasta que su vida cambia drásticamente cuando descubre que tiene poderes telequinéticos.
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Después de sufrir una humillación pública en el baile de graduación, la joven se venga en una escena que pasó a la historia del cine de terror. Al igual que el libro, el argumento usa los temas del bullying, represión y la ira, como contexto de su personaje. Un giro narrativo que todavía sorprende por su actualidad.
Christine (Filmin)
No solamente las casas y lugares pueden estar embrujados. Algo que demostró esta adaptación de 1983 de la novela homónima de Stephen King. Dirigida por John Carpenter, sigue la historia de un automóvil poseído por una fuerza maligna e imparable.
La trama se enfoca en Arnie Cunningham (Keith Gordon), un estudiante de secundaria marginado, que adquiere un Plymouth Fury de 1958 en mal estado. Fascinado por el vehículo y convertido en símbolo de rebeldía adolescente, le llama Christine. A medida que Arnie pasa más tiempo con el automóvil, se vuelve obsesivo y violento. Poco a poco, el argumento relata la influencia del ente que habita en el coche y la forma como ejerce influencia en sus propietarios.
Con un singular humor negro, la cinta fue una de las primeras en abordar el tema del miedo adolescente convertido en objetivo de lo paranormal. Aunque la película no fue un gran éxito en taquilla en su momento, ha ganado un estatus de culto a lo largo de los años.
La noche de los muertos vivientes (Prime)
Subversiva y con un trasfondo social, la obra de George A. Romero, de 1968, llevó el género zombi a la gran pantalla. Pero además de eso, supo combinar una historia de terror con consideraciones y críticas acerca de la cultura norteamericana.
El argumento relata como un grupo de personas se refugian en una granja abandonada mientras son asediados por hordas de muertos vivientes. El director imaginó a los cadáveres reanimados como criaturas torpes y desconcertadas por la violencia. Con un enfoque realista y crudo de la violencia y el horror, se considera una pieza maestra del cine de bajo presupuesto.
Además, el realizador, abordó tópicos temas complejos como racismo y la desconfianza entre los supervivientes, usando a sus monstruos como contexto. El largometraje marcó un antes y un después en la representación de los zombis en el cine. De hecho, estableció muchas de las convenciones que se han utilizado en películas y series de televisión posteriores.
El resplandor (Max)
Esta adaptación del libro de Stephen King, es una de las pocas que desagrada a su autor. Stanley Kubrick no solo cambió el argumento central lo suficiente como para enfocar el mal de una forma distinta al libro. También, se tomó libertades acerca del personaje de Jack Torrance, uno de los más queridos del autor por su trasfondo autobiográfico. Lo que provocó una conocida confrontación debido al resultado final.
Pero con todo, el argumento es muy semejante al del libro. El guion sigue a Jack (Jack Nicholson), un escritor y exprofesor con problemas de bebida. En medio de una crisis matrimonial y personal, se convierte en el cuidador del Hotel Overlook durante el invierno. Para hacer menos dura su estadía, la administración le permite permanecer en el lugar junto con su esposa Wendy (Shelley Duvall) y su hijo Danny (Danny Lloyd). Pero, a medida que el invierno avanza y la familia queda aislada en el hotel, Jack comienza a perder la cordura debido a las fuerzas sobrenaturales y oscuras que le acechan.
La película explora temas de locura, aislamiento, violencia y la influencia corruptora del hotel. A medida que Jack se sumerge en la locura, el resplandor, una habilidad psíquica que posee su hijo Danny, se vuelve más fuerte y revela los horrores del pasado del hotel.