El director William Friedkin, eternamente conocido por El Exorcista, falleció el pasado 7 de agosto a los 87 años. Según informó su esposa, las causas de la muerte fueron un fallo cardíaco y una neumonía. Como herencia, deja una última película, The Caine Mutiny Court-Martial, que se estrenará en el próximo Festival de Venecia fuera de concurso antes de llegar a los cines.
Maestro principalmente reconocido durante las décadas de los 70 y 80, Friedkin acumuló una extensa filmografía que siempre estará marcada por esa obra inigualable de cine de terror que es El Exorcista. Sin embargo, más allá de ella, el cineasta también dirigió algunos filmes que son igualmente reseñables y que le confirman como uno de los mejores de su tiempo.
Friedkin cuenta en su haber con un premio Oscar, un Globo de Oro, así como otros galardones y reconocimientos en festivales tan prestigiosos como los de Cannes o Venecia. Incluso en televisión también logró destacar con capítulos en series de renombre como Más allá de los límites de la realidad (The Twilight Zone) o CSI. Pero su gran amor fue siempre la gran pantalla. Por ello, recogemos cinco películas más allá de El Exorcista para celebrarle de la mejor forma posible.
The French Connection. Contra el imperio de la droga (1971)
Si William Friedkin tuvo un éxito al margen de El Exorcista, ese fue The French Connection. Contra el imperio de la droga. Basada en la novela de Robin Moore, la cinta sigue a dos policías que tratan de acabar con una red de tráfico de drogas. El filme es uno de los mejores thrillers policiales de todos los tiempos.
Tanto es así que recibió ocho nominaciones en los Premios Oscar. De ellas, ganó cinco: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor Protagonista (Gene Hackman), Mejor Guion Adaptado y Mejor Montaje. Un acierto seguro para pasar una gran tarde de cine en memoria del director.
Los chicos de la banda (1970)
De nuevo una adaptación, aunque en este caso de una obra de teatro. Los chicos de la banda sacó al mismo reparto de actores del escenario para ponerlo en pantalla. Es, además, una de las primeras grandes películas que presentó en Estados Unidos la homosexualidad sin tapujos y sin acabar en la tradicional tragedia.
Nueve amigos se reúnen para celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Ocho de los integrantes del grupo son abiertamente gays, mientras que uno asegura no serlo. El objetivo de la fiesta será demostrar si dice la verdad o si, por el contrario, tiene miedo a salir del armario; pero Friedkin también juega con las relaciones de los demás muchachos. En el año 2020 la obra tuvo una nueva adaptación en Netflix.
Carga maldita (1977)
Conocida mundialmente por su título original Sorcerer, esta película es un remake de El salario del miedo (1953), del francés H.G. Clouzot. Aunque, en realidad, Friedkin siempre negó que se tratara de un remake de aquella, sino de una adaptación de la novela de Georges Arnaud. La historia presenta a cuatro tipos socialmente repudiados y de diferentes nacionalidades que reciben un peligroso encargo. A través de las selvas de Sudamérica, deben transportar seis cajas de explosivos sumamente inestables.
En su estreno, las críticas fueron principalmente negativas y en taquilla no llegó a generar ganancias ni a cubrir los costes. William Friedkin atribuyó esto a la llegada a los cines a la vez que la primera entrega de Star Wars, que fue la que arrastró mareas de público a las salas. Sin embargo, con los años ha ganado mucha popularidad y ahora Carga maldita se considera un thriller de culto.
Vivir y morir en Los Angeles (1985)
Coescrita entre Friedkin y Gerald Petievich, el autor de la novela original, Vivir y morir en Los Angeles narra la vida de un agente del servicio secreto que quiere atrapar a un falsificador de dinero. Para conseguirlo, pondrá en marcha un peligroso plan que puede salirle muy caro.
Acción, suspense y drama en un neo-noir que cuenta en su reparto con nombres como los de William Petersen, Willem Dafoe o John Turturro, entre otros. Porque, pese a pasar a la historia con una película de terror, Friedkin fue también un maestro del género policiaco.
A la caza (1980)
Otra vez una historia sobre un policía. Esta vez, Al Pacino da vida a un agente que busca a un sanguinario asesino de homosexuales. Para ello, debe infiltrarse en los ambientes más sórdidos y sadomasoquistas. Esto levantó mucha polémica con su estreno, aunque con el paso de los años la obra de Friedkin ha sido cada vez más celebrada.
El título original era Cruising, una práctica tradicionalmente asociada al contexto LGTBI que consiste en salir a la búsqueda de encuentros sexuales esporádicos y anónimos en lugares públicos. Sin embargo, también puede significar “patrullar”, lo que le sirvió al cineasta para un peculiar juego de palabras.