Insidious: La Puerta roja de Patrick Wilson, es el aparente capítulo final de la saga que comenzó en el 2010 de la mano de James Wan y fue un referente de las películas de terror. Esta entrega recupera la historia de la familia Lambert y también, su siniestra conexión con el pasado y lo sobrenatural.
Mucho más, a medida que se profundiza en el origen de la condena que les somete a la aparición de demonios familiares. Por lo que el argumento, en esta ocasión, explora en la idea del bien y del mal a la manera de creaciones de la memoria colectiva. También, como elementos que las víctimas de la oscuridad deberán descubrir para conservar la cordura e incluso, la vida.
Todo, por supuesto, en medio de la aparición de criaturas feroces, viles y temibles. Para la ocasión, el director Patrick Wilson, captó lo mejor de la mitología de la franquicia, en una colección de demonios terroríficos. Desde los más conocidos que los fanáticos reconocerán de inmediato, hasta nuevas versiones sobre las pesadillas de los Lambert, inspiradas en imágenes escalofriantes. La película profundiza en su apartado visual a partir de la innovación y al dotar a sus entes de una espantosa personalidad inconfundible.
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Te recomendamos cinco películas de terror que recuerdan y son herederas directas, de las cintas Insidious. Monstruos temibles que reinventan una saga inquietante, hasta una muñeca aterradora. Cada ser maléfico es parte de la manera en que el mundo cinematográfico actual recupera el sentido del mal en espeluznantes alegorías.
Posesión infernal: El despertar
La obra de Lee Cronin, profundiza en la saga creada por Sam Raimi a partir de la innovación. En específico, al meditar sobre el sentido de lo maligno, esta vez en el centro de la ciudad de Los Ángeles. Con un argumento alejado de los bosques y cabañas aisladas de las anteriores entregas, esta vez, se trata del miedo como aspecto urbano. Lo cual transforma por completo su escenario y brinda una nueva dimensión a la historia.
Pero lo más interesante, es la evolución de los conocidos Deadites. Los zombis y espíritus demoníacos producidos por el Necronomicon Ex-Mortis, tienen esta vez un sentido mucho más elaborado que solo recipientes de poder. Al mismo tiempo, son expresiones de una idea mayor acerca de lo terrorífico, que se esparce a la manera de una infección invisible. Eso en medio el habitual sentido del horror corporal que hizo famosa a la franquicia.
Con lentitud, la historia transforma las posesiones en una puerta abierta hasta secretos malsanos, que involucran lo sobrenatural con algo más temible. Lo que construye una versión sobre lo que expresa la idea del miedo, más cercana a la naturaleza humana, de lo que podría comprenderse de inmediato. Uno de los puntos fuertes de la cinta.
El exorcista del Papa
El largometraje de Julius Avery, combina teorías conspirativas con la idea del mal esencial. Eso, a través de la posesión demoníaca y en cómo la Iglesia podría relacionarlas con los fundamentos de la fe. Gabriele Amorth (Russell Crowe) es el jefe de exorcismos de la Santa Sede. También, un hombre que conoce las manifestaciones de lo tenebroso de cerca. Lo que nunca imaginó, es que lo maligno estaría mostrándose a través de ideas cada vez más elaboradas y siniestras, justo entre los muros del Sagrado Lugar.
El argumento, excesivo, extravagante y grotesco en comparación con muchas películas de terror, explora en la perspectiva de lo demoníaco a través de su relación con lo humano. Asimismo, la forma en que se vincula y se reconstruye, para sostener el miedo como parte de la naturaleza humana. Gradualmente, el padre Amorth, descubrirá que más allá de las puertas fortificadas que rodean los lugares en los que se educó, habita un horror inconcebible. No precisamente con el rostro de las criaturas con las que lucha a diario, sino con el de los hombres que debe obedecer.
Para su tramo final, la película deja claro que el recorrido a través de lo paranormal, se manifiesta en cientos de maneras distintas. A la vez, que se sujeta a la concepción de la realidad y el tiempo como fuerzas análogas que luchan entre sí. Uno de sus elementos más originales.
Luz del diablo
La película de Daniel Stamm analiza la manera en que el mal se enlaza con el pasado, el futuro y las posibilidades de redención. La hermana Ann (Jacqueline Byers) tendrá que enfrentar un demonio que ya destruyó a una parte esencial de su vida. De modo que el nuevo encuentro con lo terrorífico, tiene mucho de tratar de entender el lugar del cual proviene su percepción de la bondad.
La cinta, analiza el tema de las posesiones desde una óptica novedosa. En especial, cuando transforma a una religiosa, en un testigo excepcional de la lucha contra el temor y la cuestión del dogma de la creencia. Poco a poco, el demonio que persigue a Ann, la hará confrontar la idea de su propia naturaleza ambigua y su perspectiva de la crueldad. A la vez, el motivo por el cual, la lucha se hace más complicada a medida que atraviesa la historia del personaje.
Con un apartado visual sencillo, la película sostiene su impacto en una puesta en escena tenebrosa y un diálogo con conceptos trascendentales. Aunque no logra expresar todas sus ambiciosas ideas, si alcanza una versión sobre el horror desgarrador y sutil. Lo cual termina por ser fuente de preguntas acerca del temor como parte de la naturaleza humana.
Annabelle vuelve a casa
El largometraje dirigido por Gary Dauberman y producida por James Wan, tiene una singular percepción de lo malévolo. Como la tercera entrega de la franquicia de Annabelle, tiene su propia mitología dentro de las películas de terror. No obstante, lo más intrigante en el argumento, es su percepción del horror, a la manera de una herencia siniestra.
Como las películas más conocidas de la saga Expediente Warren: The Conjuring, la trama explora la vida de los demonólogos Ed y Lorraine. En esta ocasión, lo que ocurre cuando deciden conservar a la tétrica muñeca en su casa para evitar que el poder macabro que contiene, se esparza. Convertida en un foco de atracción de un poder maligno, temen que pueda causar más daño. Lo que ocurrirá, cuando el juguete despierte al resto de los espíritus malignos que se encuentran en la habitación en la que resguardan los artefactos malditos. Por lo que el conjunto de objetos aterradores, aterrorizarán a Judy, la hija de los Warren. Lo cual explora la idea de un legado condenado que pasa entre generaciones.
Con un imaginario amplio y rico en detalles, la cinta explora todo tipo de leyendas urbanas, pero específicamente, la relación del demonio que se aferra a la muñeca. Muy semejante al que forma parte del argumento de Insidious: La Puerta roja, lo que demuestran que pertenecen al mismo universo.
El Exorcista
El clásico de las películas de terror, dirigido por William Friedkin y escrito por William Peter Blatty, sigue siendo la película más inquietante sobre la influencia de fuerzas maléficas. A más de cuarenta años de su estreno, todavía es considerada como una obra influyente en el cine de género y de las más aterradoras de la historia cinematográfica.
El argumento sigue a la actriz Chris MacNeil (Ellen Burstyn) cuya hija de 12 años, Regan (Linda Blair), es poseída por una entidad demoníaca. Chris busca ayuda de dos sacerdotes, Damien Karras (Jason Miller) y Lankester Merrin (Max von Sydow), para realizar un exorcismo y liberar a su hija de la violenta experiencia ineplicable.
El largometraje marcó la pauta para la forma de comprender el terror de lo sobrenatural como un hecho real. La actuación de Linda Blair en el papel de Regan es particularmente realista, al lograr transmitir una gran cantidad de emociones aterradoras y desgarradoras. Además, la banda sonora de la película, compuesta por Mike Oldfield, es icónica y se ha convertido en un elemento clave en la historia del séptimo arte.