Ayer, ARM anunció el precio de la oferta pública de venta (OPV) de 95,5 millones de acciones, a cambio de 51 dólares cada una. De esta forma, la diseñadora de chips británica levantó 4.870 millones de dólares y alcanzó una valuación de mercado de más de 54.000 millones de dólares.
A partir de hoy, jueves, las acciones de ARM cotizan en el NASDAQ. De esta forma, se cumple el plan de la compañía de salir a la bolsa tras la fallida compra por parte de NVIDIA.
Según expertos y analistas, la empresa controlada por Softbank optó por un enfoque conservador para establecer el valor de la acción, puesto que originalmente se rumoreaba con que apuntaba a una cifra más alta.
De hecho, en los últimos meses se especuló con que la idea era levantar entre 8.000 y 10.000 millones con la OPV de ARM para lograr una valoración de entre 60.000 y 70.000 millones de dólares. Pero finalmente los japoneses han apuntado un poco más bajo, con el fin de mantener su apuesta en esta firma como un proceso a largo plazo.
Según documentos presentados ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), una vez concluida la OPV, Softbank se mantendrá como el principal accionista de ARM. Específicamente, los asiáticos controlarán alrededor del 90 % de las acciones. Aunque también habrá lugar para que otros pesos pesados de la industria tecnológica tengan su participación.
Antes de la OPV, ARM negoció con varias tecnológicas para que se sumaran como "inversores ancla". Esto les permitiría comprar acciones a precio fijo, antes de que comenzaran a cotizar en la bolsa. Según la información disponible, la empresa británica separó unos 700 millones de dólares en acciones para que puedan ser adquiridas por Apple, NVIDIA, TSMC, Intel y Samsung, entre otras.
ARM sale a la bolsa y concreta uno de sus planes más ambiciosos
La salida a la bolsa de ARM se gestó cuando los reguladores —principalmente la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos— comenzaron a poner trabas a la compra por parte de NVIDIA. Los de Jensen Huang anunciaron la adquisición de la diseñadora de chips británica en septiembre de 2020, a cambio de 40.000 millones de dólares. Sin embargo, nunca lograron cerrarla.
Además de las citadas trabas regulatorias y de las quejas por parte de los rivales de NVIDIA que eran clientes de ARM, el Reino Unido comenzó a jugar un fuerte papel en esta historia. En 2021, las autoridades británicas intervinieron el acuerdo alegando motivos de seguridad nacional. Y a comienzos de 2022, el gigante verde tiró la toalla y abortó formalmente el intento de compra.
Desde entonces, la prioridad de Softbank fue clara: si no los podía comprar NVIDIA, saldrían a la bolsa. Pero esta decisión vendría acarreada de una fuerte presión política del Reino Unido, que pretendía que ARM cotizara en la Bolsa de Valores de Londres. Algo ante lo que, claramente, los japoneses no cedieron.
Otra posibilidad que se puso sobre la mesa fue que varias tecnológicas conformaran una alianza y compraran ARM para "mantenerla neutral". Esto surgió a partir de comentarios de Cristiano Amon, presidente y CEO de Qualcomm, aunque la iniciativa nunca avanzó.
La presión británica no surtió efecto
Los dueños de ARM dijeron desde un comienzo que, si avanzaban con una OPV, la intención era cotizar en el NASDAQ. No solo porque allí podrían convivir con otras Big Tech internacionales, sino porque las empresas del sector solían obtener una mejor valoración.
La salida a la bolsa de ARM fue motivo de grandes disgustos en territorio británico. No olvidemos que, en su momento, la por entonces primera ministra Liz Truss intentó intervenir personalmente. Su intención era que Softbank considerara realizar dos OPV en simultáneo —una en Londres y la otra en Nueva York—, pero no tuvo suerte. De hecho, la empresa analizó esa opción, pero la descartó. Esto, debido a los altos costes y a la necesidad de contar con aprobación regulatoria tanto de Estados Unidos como del Reino Unido.
Vale aclarar que, pese a cotizar en el NASDAQ, ARM continuará siendo una empresa británica. Es más, la compañía anunció una expansión de sus instalaciones en Bristol, Inglaterra, y prometió ampliar la contratación de empleados en dicho territorio. Además, las propiedades intelectuales de la compañía se seguirán registrando en Gran Bretaña. Aun así, es imposible no pensar que la presión político-regulatoria durante el intento de compra de NVIDIA terminó resultando contraproducente para el Reino Unido.
¿Renace el interés por las OPV tecnológicas?
Existe mucha especulación sobre cuál será el rendimiento de ARM una vez que sus acciones comiencen a cotizar en el NASDAQ. Pero los expertos también quieren poner la lupa sobre los efectos de la OPV de la diseñadora de chips británica. En especial, si enciende la mecha para que más empresas —tanto startups como ya consolidadas— intenten seguir por el mismo camino.
Las ofertas públicas de venta del sector tecnológico se han frenado en el transcurso de los últimos dos años. El contexto económico internacional, la inflación, las tasas de interés, la pandemia, la crisis de los semiconductores, la guerra de Ucrania y las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China, han sido claves para explicar esta "sequía".
ARM ya superó los $4.370 millones de la OPV de Kenvue Inc., una subsidiaria de Johnson & Johnson, que salió a la bolsa en mayo. Además, su llegada al NASDAQ es la más importante que se ha dado desde octubre de 2021, cuando Rivian levantó más de 13.000 millones de dólares y alcanzó una valoración de $86.000 millones.