Tras más de quince años de alegrías, las películas de superhéroes atraviesan un momento complicado. Por lo que el argumento de Blue Beetle —una historia de origen clásica— es un riesgo. No solo porque se trata de una historia común que el público conoce bien. También porque intenta recuperar parte de la magia y la emoción de proyectos en los que el nacimiento de un héroe es el centro del conflicto.
Pese a las dudas, la película de Ángel Manuel Soto logra ser entretenida y compensa su falta de originalidad. Lo que da como resultado una perspectiva fresca y sencilla sobre un género que suele ser más ambicioso. El recorrido de Jaime Reyes (Xolo Maridueña) para aprender de sus nuevos poderes y capacidades es tan entrañable como divertido. A la vez, se aleja de las batallas épicas del cine de superhéroes para apostar por a una trama más discreta. Si ese es el camino que deberán tomar las franquicias de ahora en adelante está por ver.
Por supuesto, no es la primera ocasión en que las películas de superhéroes se renuevan con una propuesta que contradice lo visto hasta entonces en pantalla. Te dejamos cinco historias de origen de algunos superhéroes que marcaron un hito cinematográfico.
Batman, la película de superhéroes de Tim Burton
Durante las décadas de 1970 y 1980, el cine de superhéroes decayó hasta volverse una burla de mala calidad de sus principales figuras. Por lo que la idea de llevar a la pantalla grande a Batman debió de toparse con la resistencia de Hollywood. El proyecto de Benjamin Menilker y Michael E. Uslan tardó casi diez años en encontrar un productor que se atreviera a financiarlo. Su película sobre el superhéroe mostraba una perspectiva adulta, alejada del tono festivo y ridículo de la serie televisiva protagonizada por Adam West.
Finalmente, en 1998, con el guion de Sam Hamm, Tim Burton comenzó a dirigir lo que se considera una de las mejores películas de origen de superhéroes. Con Michael Keaton a la cabeza, el punto de vista del director incluía explorar en la dualidad del personaje como Bruce Wayne.
El resto del elenco estaba formado por Kim Bassinger como Vicki Vale y Jack Nicholson como Joker. Este último, brindó al villano más conocido del mundo de Batman una personalidad perversa y burlona. La combinación del estilo gótico del realizador y las brillantes actuaciones de los actores la convirtieron en un éxito de taquilla y crítica.
Superman, de Richard Donner
Esta película de superhéroes fue innovadora en muchas cosas a la vez. Por un lado, toda su publicidad se basó en que uno de los héroes más queridos de la cultura popular finalmente mostraría sus poderes. De hecho, el eslogan de promoción fue: “creerás que un hombre vuela”.
Por otro lado, el relato de origen mostró tanto el lado humano de Clark Kent (Christopher Reeves) como su herencia kryptoniana. Además, el guion de David y Leslie Newman mostró la evolución del héroe, su crecimiento y su faceta más vulnerable. La combinación de todo lo anterior creó una película amable y optimista, que exploró con cuidado en Superman como símbolo cultural.
Convertida en uno de los mejores largometrajes del cine de superhéroes, es la historia de un hombre en busca de identidad. Un elemento que daría pie a todas las reinterpretaciones sobre la figura del último hijo de Krypton desde ese momento en adelante.
Iron Man, la película de superhéroes más exitosa de Marvel es de Jon Favreau
En el 2008, el cine de superhéroes atravesaba una de sus habituales crisis. Tras el fracaso de la saga de Batman, las expectativas de cualquier otra adaptación eran muy bajas. Por lo que el experimento de Marvel de llevar al live-action las aventuras de un héroe no muy popular despertó desconfianza. Más aún, cuando el director apenas había dirigido dos proyectos previos y la estrella principal era un actor controvertido en horas bajas.
No obstante, de alguna forma, Iron Man se convirtió en un éxito que abrió una época dorada para las películas de superhéroes. Robert Downey Jr. brindó al personaje un descaro natural que deslumbró al público y el guion asombró por su análisis del poder. Además, la película fue la primera del Universo Cinematográfico de Marvel en añadir la ya tradicional escena poscréditos. En ella puede verse a Nick Fury (Samuel L. Jackson) dando los primeros indicios sobre la futura iniciativa de los Vengadores.
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Convertida en un clásico para los amantes del cine de superhéroes, la primera entrega de Iron Man sigue siendo la favorita de buena parte del público. A la vez, un ejemplo de cómo narrar de forma emocionante el origen de una figura tan cínica como atípica.
Capitán América: el primer vengador, de Joe Johnston
Siguiendo la línea cronológica, se trata de la primera historia de la franquicia de Marvel, aunque se estrenó en el 2011. Un relato sobre el Capitán América que permitió explorar en una de las figuras más emblemáticas del mundo del cómic.
Y hacerlo, además, desde el punto de vista de su nobleza ejemplar, en lugar de desde su nacionalismo. Lo que convirtió al personaje interpretado por Chris Evans en una metáfora del bien que no se limitó a Norteamérica.
Esta película de superhéroes no fue especialmente exitosa en taquilla, pero su argumento mostró los valores y el tono que la saga de Marvel tendría en el futuro. Steve Rogers, más que un héroe, se convirtió también en el líder del equipo que el estudio creaba para su franquicia. Como la antítesis de Iron Man, recogió los valores tradicionales que identificaron a la figura en su larga trayectoria en papel.
The Matrix, de Lana y Lilly Wachowski
Neo (Keanu Reeves) no es un héroe común, sino uno que abrió la puerta del ciberpunk al gran público. Aunque The Matrix tiene un más que sospechoso parecido con el libro Neuromancer, de William Gibson, logró llevar el cine de superhéroes más allá de su público natural. Lo que permitió a las hermanas directoras y guionistas profundizar en un nuevo tipo de figura superheroica.
De hacker clandestino a convertirse en el elegido en mitad de una guerra que se llevará a cabo en un futuro distante. Neo evoluciona en pantalla después de obtener poderes, autoconocimiento y crecimiento intelectual. Mientras a su alrededor el mundo descubre su verdadera naturaleza y se transforma en una distopía siniestra sobre el control tecnológico.
No obstante, lo mejor del personaje de Keanu Reeves es su cualidad para ser un símbolo, el bien en una batalla de fuerzas destinadas a destruirse entre sí. Más que un superhéroe y menos que un mesías, la figura sigue siendo una de las más curiosas del cine. Además de un gran ejemplo al contar una complicada historia de origen.