Pero, ¿qué hace tan de considerable interés la trilogía de películas? Para comenzar, la trilogía original de The Matrix es una mezcla de referencias a un nivel nuevo cinematográfico. Recorre desde el mundo de la literatura — la influencia de Yasutaka Tsutsui y William Gibson es obvia — hasta la concepción de lo estético. El mundo del anime, manga, la percepción sobre la especulación distópica y la filosofía. La obra de las Wachowski toma imágenes, perspectivas y visiones de todo tipo de medios a su alcance.
Como si eso no fuera suficiente, las directoras tomaron la directa decisión de reconstruir la idea sobre el planteamiento de una mundo dual. La mirada sobre el hombre, la inteligencia artificial y la incertidumbre del futuro son en The Matrix elementos mitológicos. Una tan amplia, densa y bien construida que logró sostener el recorrido del argumento a través de diferentes escenarios. Si la primera película mostró un planteamiento disruptivo con tintes filosóficos, el resto se empeñó en explorar el submundo bajo la propuesta.
El resultado fue un recorrido brillante a través de varios planos sobre la ciencia ficción especulativa. Pero a también a través de los planos de conciencia, el camino del héroe e incluso, una atrevida visión sobre la realidad desdoblada. The Matrix apuntaló la idea del cine de ciencia ficción como una promesa basada en todos los puntos que podía analizar. A la vez comprendió que era necesario basar su mito básico en la naturaleza humana. El resultado es un recorrido tenaz, incómodo y a veces extravagante por varios sustratos a la vez. Pero también una reconstrucción esencial del cine a través de una mirada renovada sobre sus posibilidades futuristas.
Una píldora azul, una píldora roja y un presente movedizo
Para su estreno en 1999, nadie tenía una idea muy claro qué podía esperar de la película del estudio Warner Bros. De hecho, apenas meses antes de su estreno, unas cuentas imágenes mostraron la estética vanguardista de sus personajes. No había sinopsis más allá de una vaga descripción de un “viaje de conciencia” y una aventura en los terrenos de la ciencia ficción. Tampoco muchos detalles sobre el argumento, rodeado de un considerable secretismo.
Las pocas fotografías que llegaron a periódicos y revistas mostraban a un andrógino Keanu Reeves en traje de cuero en medio de un escenario inexplicable. Sin mayores detalles sobre la historia, la extraña apariencia del actor desconcertó a la crítica pero entusiasmó a los fans del manga, el anime y la ciencia ficción. Había una clara y evidente relación entre la apariencia fría y pulida de las figuras en trajes de cuero y clásicos de la cultura pop. Hubo algunas preguntas sobre el guion y por lo que estaba ocurriendo en plató.
Era la década anterior al dominio total de internet. Mucho antes del fervor y la devoción de las redes sociales sobre los estrenos. The Matrix se alimentó de su propio mito a través de una idea general sobre lo que prometía. Se sabía que lo que estaba ocurriendo en la filmación desafiaba cualquier lógica cinematográfica. También que estuvo a punto de no filmarse. El enrevesado y singular guion había atravesado varias productoras. Una caja de los misterios que se sustentó sobre una inversión millonaria.
A nivel técnico se hablaba de un film que tenía toda la intención de innovar en el apartado visual. Pero también de uno que había desconcertado a la producción y ejecutivos con su propuesta. Para las Wachowski era de considerable importancia reformular la manera en que se percibía la realidad. De modo que invirtieron buena parte de esfuerzo y trabajo en crear las condiciones para que el planteamiento del film fuera algo por completo nuevo. Se habló de sets modulares, de una serie de secuencias filmadas por cámaras múltiples, de visiones de pesadillas que trastocaban la percepción sobre lo onírico.
Pero nada podía preparar al público 31 de marzo de 1999 cuando The Matrix se estrenó con la única promesa de seguir “al conejo blanco”. El film fue un éxito inmediato y se convirtió en una las películas más influyentes en una década prolífica. Con 463 millones de dólares recaudados a nivel mundial, la producción sacudió al mundo del cine. Un nuevo mundo aún inexplorado había llegado al cine.
Todo lo que el cine tiene que agradecer a 'The Matrix'
Este año, una de las primeras imágenes que pudo verse de The Matrix Resurrections fue la de Neo hablando acerca de sus sueños. La paradoja de la realidad y lo intangible desdoblado en un terreno peligroso vuelve de nuevo a la historia de The Matrix. Pero más allá de esa concepción ya conocida, la escena recordó algo más: el hecho de que The Matrix es garantía de reformular el lenguaje cinematográfico.
De hecho, el primer tráiler hizo énfasis en la forma en que la primera película comprendió la mirada sobre lo que existe y lo posible. La web que sirve de promoción mostró el día de su lanzamiento las dos clásicas píldoras. Pero también pequeños fragmentos de ingenio como la permutación de imágenes hasta crear un nuevo trailer en cada visita. La mera salvedad recordó a los fans la ambición de The Matrix y, sobre todo, lo que pueden esperar de su regreso.
Al momento de su estreno, el film encabezó una revolución en lo visual que empujó a la ciencia ficción a un nuevo nivel. El llamado “Bullet Time” — uno de los grandes tesoros de patente de Warner Bros — reconfiguró el espacio visual en el campo de los efectos visuales. Inventado por John Gaeta, la secuencia entera — que se volvió emblemática — dejó boquiabierto al público y desconcertó a la crítica especializada. Gaeta logró construir una técnica precisa que permitió mostrar la sensación de ruptura física y temporal esencial para The Matrix.
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Pero también estaba el hecho de construir una estética que se convirtió en un hito visual. Los ajustados trajes negros de cuero, la visión verde y la concepción de lo visual como atmósfera extensiva. Todos los elementos brindaron a The Matrix un recorrido acelerado por los temas esenciales de la ciencia ficción. Con su versión extravagante sobre clásicos como Ghost in the shell (1995) de Mamoru Oshii, The Matrix analizó la inteligencia artificial. También la vida, la muerte y la incertidumbre. La tecnología en contraposición al hombre. La ilusión de la realidad, rota y retorcida. Pero también desplegó todo tipo de recursos para narrar lo filosófico, lo temible y lo poderoso del futuro.
Al final, todos los mitos confluyen en' The Matrix'
Con su guion basado en Platón, Descartes, juegos mitológicos e incluso un subtexto sobre la identidad y el género, The Matrix se ha vuelto enorme. Tanto en su influencia como en su valor cinematográfico. The Matrix Resurrections es una jugada arriesgada que puede opacar ese legado o, al contrario, robustecerlo. Por ahora, no hay mayores detalles sobre qué esperar en la nueva aventura de Neo y Trinity en mitad de la realidad escindida.
Pero algo si es seguro: una generación está a punto de asombrarse con un fenómeno de décadas. Y el público que encumbró la película original, sorprenderse de nuevo de su influencia. Quizás dos puntos de confluencia de una nueva narración cinematográfica capaz de hacer historia.