Elon Musk sorprendía hace unos días anunciando en la red social el rebranding y cambio completo de la plataforma. Algo que podría esperarse por sus declaraciones de los últimos meses, donde afirmaba querer poner en marcha “X, una app para todo”, pero que ha pillado por sorpresa por su celeridad y por la decisión de echar a la papelera todo el peso de la anterior marca y no integrarla o mantenerla de alguna forma.

Anodina para muchos, incomprensible para otros, ilusionante para los cada vez menos seguidores acérrimos de las decisiones sin brújula alguna del magnate, la X y el dominio X.com ya presiden y redirigen a Twitter respectivamente.

Inciso: hay ya quien apunta que técnicamente va a ser muy complejo que el cambio de dominio definitivo no repercuta en la gran cantidad de tráfico que la ya antigua Twitter recibe vía Google. Veremos.

En cualquier caso, Musk ya había anunciado y teníamos noticias de X Corp., el holding sobre el que querría cimentar ese nuevo Twitter, basado en el “vídeo, el audio, los mensajes, pagos y la IA”, según ha declarado. Y, también, el lanzamiento hace unas semanas de X.ai, su matriz de Inteligencia Artificial para, supuestamente, competir con OpenAI gracias a la gran cantidad de información presente en la red social.

Es conocido que a lo largo de su carrera Musk ha utilizado la letra 24 del abecedario en varias de sus empresas. SpaceX, su empresa de exploración espacial, y Tesla Model X, su SUV eléctrico, son ejemplos de esto.

La letra X también ha jugado un papel importante en la vida personal de Elon Musk. En 2020, Musk y su entonces pareja, la música conocida como Grimes, llamaron a su hijo X Æ A-Xii. Más tarde, el nombre del segundo hijo de la pareja fue cambiado a 'Y' de Exa Dark Sideræl Musk. Preguntada sobre el porqué del nombre, la cantante dijo que X era “la variable desconocida”.

Sin embargo, su relación con la X como marca se remonta a la práctica mitad de su vida actual, cuando hace 25 años (Musk cuenta con 52), adquirió el dominio X.com, primero pensando en usarlo para su primera empresa, que después formaría parte de PayPal.

El origen de la obsesión de Musk con X

Thiel y Musk, en el comienzo de PayPal con el logo aún vigente de X

Zip2 fue la primera empresa de éxito de Musk, cofundada junto con su hermano Kimbal y Greg Kouri. Su propuesta era un software que permitía a las entonces recién nacidas ediciones online de los diarios implementar guías locales.

Compaq adquirió Zip2 para integrarlo en el perdido buscador Altavista, y los Musk comenzaron a hacer fortuna con su venta. 

Era el año 1999, y Elon Musk, con su dominio X.com recién comprado, puso en marcha X, una empresa de pagos online que poco después se fusionaría con su análoga Confinity, fundada a su vez por Peter Thiel.

De aquella unión surgiría PayPal, empresa que serviría para crear unos de los nidos de talento y poder tecnológico más poderosos y que, con su compra por parte de eBay, daría a Musk ya las alas financieras para enrolarse a fondo en las aventuras de Tesla o SpaceX.

Con la venta de la empresa, PayPal se quedó como parte de sus activos X.com, que durante años permaneció en desuso hasta que Musk se lo recompró en 2017, publicando un tuit (¿ahora sería un Xs?) en agradecimiento.

Pero, antes de eso, sucedieron muchas cosas. Y también con X.

La connotación sexual y las dudas sobre su uso

Existen varias versiones en la trastienda de los primeros grandes negocios de Musk sobre el origen de X y el dominio. Julie Anderson Ankenbrandt, una de las que fuera de las primeras ejecutivas de PayPal, escribió en Quora sobre el nombre de la empresa original.

"Elon, los otros fundadores de la empresa que era x.com y yo nos sentamos alrededor de una mesa en la trastienda de un bar desaparecido hace tiempo llamado Blue Chalk en Palo Alto, tratando de decidir cuál debía ser el nombre de la empresa... y la cuestión en cuestión era si ser q, x o z punto com", escribía Ankenbradnt en 2016.

"Finalmente, cuando la camarera trajo la siguiente ronda de bebidas, Elon le preguntó qué pensaba, y ella dijo que le gustaba x.com. Elon golpeó la mesa y dijo "¡Eso es entonces!" y todo el mundo se rió, pero al final fue más o menos así como se decidió."

A pesar de la expulsión de Musk de PayPal en 2000, en la que Thiel y sus leales votaron a favor de cambiar la dirección de la empresa y despojar a Musk del poder mientras estaba de viaje en Australia, el CEO de Tesla y Twitter/X siguió sintiendo debilidad por el dominio. De ahí que lo recomprara.

Según Ashlee Vance, autor de la biografía Elon Musk: Tesla, SpaceX, and the Quest for a Fantastic Future, contaba sobre el dominio X a NPR que “todo el mundo intentó convencerle de que no llamara así a la empresa por las insinuaciones sexuales, pero a él le gustó mucho y se quedó con él”. 

La tercera visión la aportaba el domingo el también periodista Walter Isaacson, que está escribiendo una nueva biografía sobre el CEO de Tesla, diciendo que Musk le aseguró antes de que tomara el control de Twitter que planeaba renombrarlo como X.com y "tratar de convertirlo en una plataforma que cumpliera con su visión original de 1999".

Musk escribió en 2017 que aún no tenía "ningún plan" para el dominio, pero que tenía "un gran valor sentimental" para él. Cuando otro usuario tuiteó a Musk sugiriéndole que utilizara X como un "sitio web paraguas" para todas sus otras empresas, Musk respondió que ese era probablemente el mejor uso del dominio. 

El futuro inmediato y a largo plazo de Twitter / X

Musk ya ha hablado públicamente y en privado sobre sus planes para una aplicación similar a WeChat, la popular superaplicación china que ofrece una variedad de servicios, desde mensajería y videochat hasta juegos, compartición de fotos, servicios de transporte, entrega de alimentos, banca y compras.

La idea es que Twitter, bajo el nombre de X, se convierta en una plataforma que aloje múltiples funciones. Todavía no está claro si muchas de las características originales de Twitter sobrevivirán a esta transformación.

Junto con la transformación de Twitter en X, Elon Musk también está trabajando en nuevas iniciativas relacionadas con la inteligencia artificial (IA), como son X.AI, su nueva empresa que rivalizará con OpenAI, y la creación de TruthGPT, una alternativa a ChatGPT, que mencionó no obstante solo en una entrevista con Fox News.

Estas iniciativas muestran el interés continuado de Musk en la IA y su deseo de crear su propia versión de una superaplicación. Sin embargo, también plantean preguntas sobre cómo se equilibrarán estas nuevas empresas con sus otros proyectos, incluyendo Tesla y SpaceX.

Blockchain y pagos: ¿el futuro deseado o la última vida de Twitter?

Elon Musk, CEO de Twitter

Por ahora, sabemos más bien poco. Musk ha nombrado el audio y el vídeo como nuevos puntales, a lo que se suma la mensajería y una reciente actualización que permitirá a las compañías publicar sus vacantes en X, compitiendo quizá con LinkedIn.

Lo que parece que puede resurgir, haciendo caso a una información publicada en febrero por el Financial Times, es una idea que Musk ha dejado caer en alguna ocasión: que con ayuda del blockchain se forme un sistema de mensajería seguro donde cada mensaje tuviera un coste ínfimo. Inadvertible para cualquiera, pero que imposibilitara el uso masivo por parte de bots.

A ello se suma además el nuevo fondo y reparto de ingresos publicitarios para creadores puesto en marcha hace unos días, y también, como no, la actual suscripción a Twitter Blue.

Pero tampoco hay que llevarse a engaño. Esta puede ser la última salida hacia delante de un magnate cuya compra hasta ahora le ha salida muy cara y que ha hecho que los anunciantes salgan corriendo.

Si nos tenemos que atener a las palabras que su nueva CEO, Linda Yaccarino, ha puesto en negro sobre blanco a sus empleados, lo cierto es no podemos sacar nada en claro.

Con X iremos aún más lejos para transformar la plaza de la ciudad global, y volver a impresionar al mundo.

Nuestra empresa es la única que tiene el empuje necesario para hacerlo posible. Muchas empresas dicen que quieren moverse rápido, pero a nosotros nos gusta movernos a la velocidad de la luz, y cuando lo hacemos, eso es X. En el fondo, tenemos mentalidad de inventores: aprendemos constantemente, probamos nuevos enfoques, cambiamos para hacerlo bien y, en última instancia, triunfamos.

Linda Yaccarino

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