El culebrón continúa con un giro de guion más. Elon Musk ha aceptado comprar Twitter bajo su propuesta original visto que tenía más que perder que que ganar en el juicio. Pero lo ha hecho con una nueva sorpresa: ha revelado que la compra de Twitter se encuadraría dentro de un plan para crear X, una “app para todo”, como él mismo ha dicho en, como no, Twitter.

¿Pero qué sería X y de dónde viene este concepto? X fue ya el nombre que Musk dio a una de sus primeras grandes empresas, una fintech que acabaría siendo el germen de PayPal. Tras poseerlo, hace unos años volvió a comprar el dominio x.com por una suma no revelada que seguro que fue importante.

Pero después de dar a conocer sus nuevos planes, la idea primigenia que viene a la cabeza es pensar en un posible Twitter evolucionado a X como algo muy parecido a la super aplicación china WeChat.

Musk no dio muchos detalles, pero el CEO de Tesla ha admirado abiertamente la aplicación propiedad de Tencent, que ha pasado de ser un servicio de mensajería a un mini-internet utilizada diariamente por más de mil millones de chinos.

En WeChat sus usuarios pueden hablar con familiares, pero también leer noticias, pedir comida a domicilio o pedir un taxi. Para muchas cosas, no hace falta salir de ella, algo que también ha hecho que haya sido acusada de ser un instrumento de control por parte del Partido Comunista Chino. 

Esto es posible gracias a una vibrante red de ‘mini-apps’ que se conectan directamente a la interfaz de WeChat, que además es una de las mayores redes de pagos y finanzas en línea de China. Los usuarios se envían dinero, pagan sus compras y servicios e incluso piden préstamos.

Esta economía de las mini-apps de WeChat tiene un valor aproximado de 240.000 millones de dólares y ha crecido un 12,5% hasta alcanzar los 450 millones de usuarios en 2021. En resumen, WeChat funciona como un servicio "todo en uno", que combina los usos de aplicaciones como Facebook, Twitter, Uber, Instagram o Paypal.

Pero la comparación con WeChat podría quedarse corta

En una reunión que Musk tuvo en verano con los trabajadores de Twitter en su primer intento de compra, Musk ya dejó claro que su visión de la red social pasaba por evolucionarla. Y ahí ya nombró Wechat.

Pero hay algo más interesante. En las conversaciones que han salido a la luz a raíz del juicio entre Jack Dorsey y Musk, también se deja caer a idea de que Twitter —o X—, funcione respaldada sobre un protocolo blockchain y en el que “enviar mensajes tenga un coste mínimo”. 

Parte de las conversaciones entre Musk y Dorsey adjuntadas en el juicio
Parte de las conversaciones entre Musk y Dorsey adjuntadas en el juicio

La idea es similar a algunas que ya han circulado para solucionar el problema del spam en los correos electrónicos. Si por cada tuit tuviéramos que pagar una mínima fracción de céntimos, a los usuarios quizá no nos costara nada, pero anularía el uso automático de muchos spammers.

Y luego, al convertirlo en un protocolo de mensajería, no habría una empresa central para censurarlos o no. Esto, que se sale de la vía más monetizable a lo WeChat, pero sería un cambio profundo en el Twitter actual, recuerda a una idea que el propio Dorsey ya planteó en su momento, y que fue uno de los motivos que, al ver inviable, acabaron forzando su salida: el proyecto BlueSky, del que ya te hablamos aquí

Dorsey, en su momento lo definía como “similar a la de una tienda de aplicaciones que ofrezca a la gente la máxima flexibilidad en cuanto a los algoritmos que quieren usar para ver las publicaciones que se les presentan”.

Llevándolo a la tierra, esto supondría cambiar nuestra relación con las redes sociales a la que tenemos con un gestor de correo. Por medio de un protocolo común, podemos añadir a nuestro gestor —Gmail, Outlook, Mail— tantas cuentas de correo que queramos. Cada una de su propio dominio, con sus propios usos y reglas.

En la práctica, Bluesky busca encontrar ese protocolo común en el que, quizá a futuro, nos conectemos a una sola aplicación en la que podamos encontrar un feed de Twitter ordenado como nosotros prefiramos. O quizá las notificaciones de Facebook controladas por reglas que nosotros podamos marcar de mejor forma. Unir todo bajo un paraguas, en definitiva, para que a su vez dentro de este protocolo podamos generar nuestros propios espacios en función de comunidades, temas afines, y reglas de moderación concretas.

Twitter, a su manera, ya estaba caminando para ser una SuperApp

Pero esa aspiración de Musk por hacer Twitter una SuperApp también pasa por que sea rentable. Dejemos antes claro que Twitter ha tenido siempre una relación alejada de la rentabilidad. Y Musk, si algo parece evidente, es que podrá hacerla mejor o peor, pero no quiere perder dinero. De ahí sus supuestas intenciones de mejorar funcionalidades. 

Twitter ha sido la gran red social a la que más le ha costado ser rentable. Lo logró en 2018, lo volvió a conseguir en 2019, y en 2020, debido a la caída de publicidad por la pandemia, volvió a números rojos. Todo, mientras sus usuarios parecían seguir en plano.

Hasta ahora, Twitter ha basado el 90% de sus ingresos en publicidad y en tratamiento y licencia de datos utilizados de forma anonimizada para hacer análisis de consumo.

Como decimos, este objetivo de ser una SuperApp no es nuevo, aunque sí que ha sido potenciado por el nuevo CEO Parag Agrawal. 

Hace unos meses, el analista Scott Galloway ya argumentaba que crear una SuperApp al estilo chino, con el objetivo de crear un producto lo suficientemente amplio y rentable como para buscar un comprador para Twitter, era el siguiente objetivo de sus directivos tras poner a Dorsey fuera del timón.

Siguiendo las migas de este supuesto plan, Twitter lleva ya desde 2021 comprando varias pequeñas aplicaciones e integrándolas. Lo que también es cierto es que de forma errática. Revue (para newsletters, que ahora, sin embargo, parece casi en desuso), Spaces, o la funcionalidad de círculos, Twitter Blue, son todas funcionalidades que han llegado tras una larga lista de pequeñas adquisiciones.

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