Una nueva encuesta realizada por Bloomberg a 5.000 propietarios del Tesla Model 3 revelan que el índice de satisfacción con el uso del vehículo es muy alto. Pero también demuestra un sentimiento generalizado entre las personas que tenemos un vehículo de la marca: cada día soportamos menos las tonterías de Elon Musk, CEO de la empresa.

De forma generalizada, la mayoría de los 5.000 encuestados contestaron que están muy contentos con el Tesla Model 3, que nunca más van a comprar un coche de combustión interna y que se disfruta bastante conducirlo. Además, 75 % de las respuestas aseguran que el siguiente vehículo que tendrán también será un Tesla. Muchos de ellos quieren, de hecho, la Cybertruck.

La publicación hizo la misma encuesta en 2019, por lo que es posible mostrar las tendencias a lo largo del tiempo en cuanto al sentimiento general del coche, de la empresa y de su fundador. La mayoría de las respuestas mantienen un nivel similar en cuanto a satisfacción, algunas aumentan, otras caen. Pero, con diferencia, el mayor cambio de percepción en cuatro años es la opinión sobre Elon Musk.

De hecho, el principal motivo de quienes vendieron su Tesla y cambiaron de marca, fue la desaprobación a Elon Musk. El sentimiento era especialmente fuerte en personas que votan al partido demócrata, y no es de sorprenderse. Quienes votaron por los republicanos, veían con mejores ojos al CEO de la compañía.

La mayoría de las personas que desaprueban a Musk citan su compra de Twitter, sus argumentos políticos, sus opiniones en la red social, su antivacunismo y la aparente distracción que todo esto causa en el directivo.

"Me encantan los coches, pero no quiero apoyar a alguien que tiene una opinión tan baja y hostil sobre las personas que han hecho que Tesla sea un éxito", explica uno de los encuestados. Un sentimiento que, de hecho, comparto como propietario de un vehículo de la marca.

Tesla Model 3 / Tesla / Elon Musk
Foto: Eduardo Arcos

Cada vez es más difícil justificar los comportamientos erráticos de Elon Musk

Elon Musk, como algunos otros fundadores/emprendedores de compañías disruptoras, genera un interés descomunal que deriva en el fanatismo. Cuando Steve Jobs vivía, muchos argumentaban que tenía una máquina de distorsión de la realidad. Hacían referencia al hecho que era capaz de convencerte de absolutamente cualquier cosa.

En el caso de Musk, sucede algo relativamente similar. Musk supo cambiar para siempre dos mercados. El de la exploración espacial privada con SpaceX y ha demostrado que se puede fabricar coches 100 % eléctricos que la gente desea, con Tesla.

Pero de demostrar con su trabajo que es un genio, capaz de montar varias empresas exitosas que, literalmente, han cambiado el mundo, ha pasado a convertirse en una especie de títere de si mismo. Opinando de todo, creando controversia de casi cualquier tema para siempre estar en boca del mundo, tomando malas decisiones en serie y polarizando al extremo a millones de personas. El personaje de Musk en Twitter y la gestión de la red social ha hecho dudar muchos. ¿Es realmente un genio o simplemente es un tipo con demasiada suerte?

Afortunadamente, Tesla es una empresa que se ha hecho demasiado grande, al punto que no hace falta que Elon Musk esté al frente. Hay miles de personas en la compañía con un talento descomunal que la han convertido en el mayor fabricante de coches eléctricos del mundo.

También hay un hecho importantísimo que no deberíamos de dejar pasar. Las mejores épocas de Tesla hasta la fecha, por mucho, han ocurrido justamente cuando Elon Musk derivó su atención a Twitter. Lo mismo pasa con SpaceX. Puede que se trate de una coincidencia, pero me temo que en la gestión de empresas, sobre todo estas, eso no existe.

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